Las agencias de ayuda afirman que los combates, los saqueos y la burocracia han dificultado la distribución de la ayuda.
La intensificación de las rivalidades políticas y étnicas dentro de Sudán ha hecho temer que el país, el tercero más extenso de África por superficie, pueda escindirse, desestabilizando una región volátil que limita con el Sahel, el mar Rojo y el Cuerno de África.
Cientos de miles de personas han huido a Egipto, Chad y Sudán del Sur, y un número menor ha cruzado a Etiopía y República Centroafricana.
Ambos bandos han utilizado el oro, el recurso más valioso de Sudán y objeto de un contrabando generalizado, para apoyar su esfuerzo bélico.
¿Cuál es el papel de los estados extranjeros?
El conflicto se ha convertido en una competición por la influencia en Sudán y la región circundante entre potencias como Emiratos Árabes Unidos (EAU), Arabia Saudí, Egipto, Etiopía, Irán y Rusia.
Los países del Golfo ya han realizado inversiones en sectores como la agricultura y los puertos. Rusia ha buscado una base naval en la costa de Sudán.
Los EAU han proporcionado armas a las RSF, según expertos de la Organización de las Naciones Unidas, mientras que, según fuentes, Irán ha enviado apoyo militar al ejército.
Egipto y su presidente Abdulfatah al-Sisi, exjefe del ejército que derrocó a su predecesor islamista, mantienen profundos vínculos con Burhan y el ejército.
Las potencias occidentales, incluido Estados Unidos, apoyaron la transición tras el derrocamiento de Bashir, pero la atención diplomática sobre Sudán se ha visto limitada por las guerras de Ucrania y Gaza.
¿Qué esfuerzos se han hecho pata poner fin a la guerra?
El año pasado, Arabia Saudí y Estados Unidos llevaron delegaciones de ambas facciones a Yeda para entablar conversaciones, pero el alto el fuego acordado allí nunca se mantuvo y el proceso se tambaleó.
Otras iniciativas han sido lanzadas por la agrupación regional africana IGAD y por Egipto, lo que ha suscitado preocupación por el solapamiento de esfuerzos diplomáticos y la rivalidad.
En agosto, Estados Unidos convocó conversaciones en Suiza, pero se vieron lastradas por la ausencia del ejército.
Con información de Reuters