Donald Trump, expresidente de Estados Unidos (2017-2021) y candidato republicano a la Casa Blanca, ha usado en sus distintas campañas un discurso en el que vincula a la migración proveniente de la frontera sur con la falta de seguridad que, presuntamente, viven los estadounidenses. También ha acusado, sin dar pruebas, que desde México entran terroristas a su país.
“Con Trump, lamentablemente, la idea de México cambió radicalmente y se convirtió más un problema. Incluso, para algunos sectores políticos, se convirtió en un enemigo. En un cambio muy duro que tiene efectos muy graves en la relación con México”, dijo el académico.
Por ejemplo, Urbano recuerda que durante su gobierno, Trump recurrió a amenazas y chantajes para que México tomara acciones que impidieran la llegada de inmigrantes provenientes de Centroamérica hasta la frontera con Estados Unidos.
Con Joe Biden, si bien el discurso cambió, la relación tensa con el presidente Andrés Manuel López Obrador, no permitió que se regresara del todo a la concepción de México como un socio para Estados Unidos, que se volvió incluso más grave con temas como el tráfico de armas y de drogas, especialmente fentanilo.
Problemas como los malentendidos y la falta de cooperación ara la captura de Ismael “el Mayo” Zambada, el líder histórico del Cártel de Sinaloa, “se manifiesta una lectura en la que Estados Unidos no ve a México como un colaborador, sino como un estorbo”.
Un balance del DHS
Más de dos décadas después de la creación del DHS, para Urbano, el balance no es positivo, especialmente en el tema migratorio.
“Ha agravado la narrativa sobre seguridad, es decir, ha securitizado la migración cuando el abordaje debe ser mucho más multifactorial”, explica el especialista en política migratoria. “Para efectos de promover una narrativa de seguridad en Estados Unidos creo que ha sido eficiente, pero para la gestión de fenómenos vinculados con la seguridad creo que ha sido muy limitado.
Urbano indica que en 2025, el próximo presidente de Estados Unidos revisará los alcances que tiene el Departamento de Seguridad.
“Mi lectura es que fue creado como reacción a un fenómeno, pero no como resultado de la evaluación de las debilidades de Estados Unidos en materia de seguridad.