De acuerdo con esa organización, el bombardeo apuntó contra "un edificio frecuentado por altos dirigentes de los Guardianes de la Revolución iraníes [el ejército ideológico de Teherán] y miembros del Hezbolá libanés, así como un vehículo estacionado delante del edificio".
Al menos dos de los muertos no eran sirios, indicó el OSDH, que no precisó sin embargo las nacionalidades.
El ataque se produjo en el barrio de Mazzeh, que alberga misiones diplomáticas y oficinas de la ONU, según un corresponsal de AFP, que contó alrededor de 20 vehículos dañados.
El pasado miércoles, un bombardeo ocurrido en ese mismo barrio dejó varios muertos, incluido, según el OSDH, el yerno del jefe de Hezbolá Hasán Nasralá, que murió el 27 de septiembre en un bombardeo en Beirut.
Las autoridades israelíes no suelen comentar estos bombardeos, pero afirman que no permitirán que Irán, archienemigo de Israel, extienda su presencia en Siria.
El Ministerio sirio de Relaciones Exteriores condenó "en los términos más enérgicos este brutal crimen contra civiles indefensos" y pidió "medidas inmediatas" para impedir que Israel arrastre a la región "a una confrontación que tendrá consecuencias desastrosas".