El republicano Donald Trump prometió el domingo expulsar de Estados Unidos a la "salvaje" banda Tren de Aragua, un grupo criminal transnacional con origen en Venezuela, en un mitín en el emblemático Madison Square Garden, en Nueva York.
Trump definió al Tren de Aragua como "una de las bandas de inmigrantes más mortíferas y despiadadas", dijo que está presente en Estados Unidos y culpó de ellos a su rival para las presidenciales del 5 de noviembre, la demócrata Kamala Harris.
Trump aseguró que el Tren de Aragua está "desatando una violenta matanza por todo Estados Unidos" y prometió "acelerar las expulsiones del Tren de Aragua y de pandillas salvajes como la MS-13, que es igualmente peligrosa", en referencia a la temida banda criminal Mara Salvatrucha.
"Estados Unidos es ahora un país ocupado, pero pronto dejará de serlo", prometió.
Pero, ¿qué es esta organización y por qué Trump la mencionó en su discurso? A continuación presentamos la información más relevante sobre esta megabanda venezolana.
El Tren de Aragua es, de acuerdo con las investigadoras Carolina Sampó de la Universidad Nacional de la Plata y Valeska Troncoso de la Universidad de Santiago de Chile, “una organización criminal intermedia de carácter transnacional”.
De acuerdo con las especialistas en seguridad pública, el Tren de Aragua de trata de una megabanda, un concepto muy relacionado con el contexto venezolano. Las megabandas se dedican a un diverso número de actividades ilícitas. Muchos de sus miembros han quedado el libertad después de pasar un tiempo en la cárcel. Este tipo de organización no tienen una ideología política y su fin es estrictamente económico.
En un artículo para la revista análisis político, publicado este año, Sampó y Troncoso señalan que a diferencia de otros organismos criminales en América Latina, como los carteles mexicanos y colombianos, su principal actividad no es el tráfico de drogas.
A nivel local se han dedicado principalmente a las extorsiones, mientras que a nivel trasnacional sus principales actividades son el lavado de dineros y el tráfico y trata de personas.
El Tren de Aragua nació en la cárcel de Tocorón, en el estado de Aragua entre 2012 y 2013. En esta prisión, el Esaydo no proveía de los servicios mínimos necesario para la supervivencia de los presos, que triplicaban la capacidad del penal.
Debido a esto “el lugar de la prisión fue capturado por la organización y terminó por convertirse en una fortaleza; desde ahí el pran principal tomaba decisiones sobre el futuro de comunidades venezolanas y extranjeras, y también allí recibía el dinero proveniente de las actividades ilegales del grupo”, indica el artículo.
El Tren de Aragua es una organización jerárquica y piramidal. En la cúpula de la pirámide se encuera el gran principal, Héctor Rusthenford Guerrero Flores, conocido como el “Niño Guerrero”. La mayoría de las decisiones sobre el Tren de Aragua son tomadas por Guerrero, quien ejerció el poder desde la prisión por años y ahora lo hace en libertad.
Después de él, están los pranes, como se conoce a los líderes en prisión con cierto control.
A continuación se encuentran los lugartenientes o luceros. Los “luceros de alta” sin las figuras más cercanas y de mayor confianza de los pranes. Los “luceros de la baja” son la fuerza de choque que ejerce la mayoría de la violencia para proteger a los líderes.
En la cuarta posición se encuentra los gaiteros, que son los vigías, ejercen custodia y se encargan de transmitir información hacia arriba. En la base de la pirámide se encuentran los soldados.
La expansión del Tren de Aragua se volvió transnacional hacia 2018, cuando la pandilla intentó establecerse en la frontera entre Venezuela y Colombia. Fue impulsada por la migración causada por la crisis económica que azotaba al país gobernado por Nicolás Maduro en ese momento.
En Colombia se enfrentó a importantes grupos criminales colombianos, entre ellos el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC). Los grupos lucharon por el control de los pasos fronterizos clandestinos, conocidos como trochas, que albergan diversas economías delictivas, como el trasiego de drogas, contrabando de bienes y migrantes.
De acuerdo con InSight Crime, el grupo se expandió siguiendo los flujos migratorios venezolanos, permaneciendo inicialmente bajo el radar al centrarse únicamente en los migrantes venezolanos, a medida que aumentaba su presencia en los pasos fronterizos y en las zonas urbanas donde estos se congregan.
Entre 2018 y 2023, el Tren de Aragua construyó una red criminal transnacional, estableciendo células en Colombia, Perú y Chile, con informes adicionales de su presencia esporádica en Ecuador, Bolivia y Brasil.
A medida que las células se fueron consolidando, permearon economías delictivas locales, empleando una violencia selectiva y llamativa para expulsar a los grupos locales y constituirse como una seria amenaza.
Además de la extorsión y el tráfico de migrantes, las facciones del Tren de Aragua en el extranjero controlan un sistema de préstamos ilegales, microtráfico, el secuestro, el tráfico internacional de drogas a pequeña escala, la trata de personas y los robos.
De acuerdo con el gobierno de Texas, que la declaró recientemente como una organización terrorista, el Tren de Aragua participa del tráfico de migrantes a través de la frontera con México.
La preocupación de algunos legisladores de Estados Unidos por la posible expansión del grupo en ese país llevó al Departamento del Tesoro a declarar al Tren de Aragua como una Organización Criminal Transnacional en julio de 2024.
Ese mismo mes, el Departamento de Estado admitió que la actividad de esta organización se había extendido a Estados Unidos y ofreció recompensa de 12 millones de dólares por tres de sus miembros que podrían estar en Colombia y Venezuela.
Con información de AFP
