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Sarah McBride: primera mujer trans en el Congreso y nueva batalla cultural

Sarah McBride es la primera mujer trans elegida al Congreso, enfrenta ataques políticos y un clima polarizado mientras se prepara para asumir su cargo el 3 de enero. Sus valores están en juego.
vie 22 noviembre 2024 12:00 PM
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Sarah McBride, senadora del estado de Delaware y candidata a representante de los Estados Unidos, posa para un retrato fuera de su oficina de campaña en Wilmington, Delaware, Estados Unidos, 26 de octubre de 2024.

Antes de convertirse en la primera mujer transgénero en ser elegida para el Congreso de Estados Unidos, Sarah McBride, de 34 años, sabía que su camino no estaría exento de retos y hostilidad.

En una entrevista previa a su victoria electoral del 5 de noviembre, declaró al podcast TransLash: "Puede que intenten confundirme de género, puede que intenten decir el nombre equivocado, harán lo que prevemos que hagan. Lo harán para provocarme y mi trabajo consistirá en no darles la respuesta que quieren", dijo la representante demócrata por Delaware.

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Su predicción no tardó en cumplirse. Apenas semanas después de su elección y antes de asumir su puesto en la Cámara de Representantes el próximo 3 de enero, McBride se convirtió en el objetivo de una resolución presentada por la congresista republicana Nancy Mace. La iniciativa busca restringir el acceso de mujeres transgénero a los baños femeninos en el Capitolio, bajo el argumento de que dichos espacios deben ser utilizados solo por personas según su sexo biológico.

"Solo porque un congresista quiera llevar minifalda no significa que pueda entrar en un baño de mujeres", escribió Mace en redes sociales en un comentario que rápidamente generó críticas por su tono despectivo.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, intentó ganar tiempo para debatir el tema y finalmente se mostró a favor de la prohibición, afirmando que los baños de un solo sexo estarían "reservados a individuos de ese sexo biológico".

Aunque McBride aclaró que no usa minifaldas, sino vestidos hasta la rodilla, optó por no reaccionar directamente al insulto. En su lugar, emitió un comunicado asegurando que respetará las normas del Congreso, aunque no esté de acuerdo con ellas.

"No estoy aquí para pelearme por los baños", afirmó McBride, quien centró su atención en problemas más amplios, como la vivienda y la inflación, temas prioritarios para sus votantes en Delaware.

La "guerra cultural" en torno a los derechos transgénero

La controversia en torno a McBride refleja un contexto político más amplio en Estados Unidos, donde temas relacionados con los derechos de las personas transgénero se han convertido en un campo de batalla clave entre conservadores y progresistas.

Donald Trump, presidente electo republicano, ha intensificado los ataques hacia la comunidad LGBTQ+ en su campaña presidencial, utilizando el acceso a baños y la participación de mujeres trans en deportes femeninos como temas centrales para movilizar a su base política.

Trump ha prometido erradicar lo que llama la "locura transgénero" en los colegios y sacar "a los hombres del deporte femenino". Además, ha criticado duramente la "ideología woke", un término que usa para referirse a políticas progresistas relacionadas con el género, el racismo y otras formas de inclusión.

Por su parte, McBride se ha mantenido como una defensora visible y activa de los derechos transgénero desde el inicio de su carrera política.

Durante su tiempo como senadora estatal en Delaware, lideró campañas para aprobar leyes que prohibieran la discriminación por identidad de género, enfrentándose a insultos y deshumanización pública. Su activismo no solo la llevó a ser elegida como la primera senadora estatal transgénero en 2020, sino también a ganar un lugar destacado en el Partido Demócrata.

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Una vida marcada por el activismo y la resiliencia

La trayectoria de McBride incluye momentos tanto personales como profesionales que han moldeado su compromiso con la igualdad. Desde joven, enfrentó conflictos internos sobre su identidad. En su autobiografía de 2018, relató cómo, siendo niño, solía rezar por las noches para despertar siendo una niña.

Finalmente, en 2011, durante su etapa como líder estudiantil en la American University de Washington, anunció públicamente su transición a través de una carta abierta, lo que marcó el inicio de su vida como activista.

Más adelante, su participación en la política local de Delaware la conectó con figuras clave como el presidente Joe Biden, también oriundo del estado. Durante la administración de Barack Obama, McBride trabajó como pasante en la Casa Blanca, un hito que cimentó su perfil como líder emergente.

En 2016, su discurso en la convención del Partido Demócrata atrajo la atención nacional, convirtiéndola en una de las voces más visibles de la comunidad LGBTQ+.

Sin embargo, su vida no ha estado exenta de tragedias. McBride conoció a su esposo, Andrew Cray, en el contexto de su activismo. Cray, un abogado trans y defensor de los derechos LGBTQ+, falleció poco después de casarse con McBride debido a un cáncer. Esta experiencia reforzó su determinación de luchar por un mundo más justo e inclusivo

Un balance entre la representación y la eficacia legislativa

Aunque McBride reconoce la importancia simbólica de ser la primera congresista transgénero, ha dejado claro que no quiere ser reducida únicamente a su identidad. "No puedo hacer lo correcto para la comunidad trans si no soy el mejor miembro del Congreso que puedo ser para Delaware", afirmó también en la entrevista con TransLash.

McBride subraya que su objetivo es demostrar que las personas transgénero pueden contribuir de manera significativa en diversos campos, incluyendo la política. "Es la única manera de que la gente vea que las personas trans pueden ser buenos médicos, buenos abogados, buenos educadores, buenos miembros del Congreso".

A pesar de los desafíos que enfrenta, McBride está decidida a enfocarse en las prioridades de sus votantes, como la vivienda, la inflación y otros problemas cotidianos. Sin embargo, reconoce que su rol como defensora de la comunidad trans seguirá siendo un aspecto central de su labor en el Congreso.

Su presencia en la Cámara de Representantes marca un avance histórico, pero también pone de relieve las profundas divisiones en torno a los derechos de las personas transgénero en Estados Unidos.

En un país donde los debates sobre género, identidad y equidad se encuentran en el centro de la política, McBride tendrá que equilibrar su papel como pionera y legisladora mientras trabaja para lograr un cambio significativo tanto para su distrito como para la comunidad LGBTQ+.

Con información de AFP.

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