Una vida marcada por el activismo y la resiliencia
La trayectoria de McBride incluye momentos tanto personales como profesionales que han moldeado su compromiso con la igualdad. Desde joven, enfrentó conflictos internos sobre su identidad. En su autobiografía de 2018, relató cómo, siendo niño, solía rezar por las noches para despertar siendo una niña.
Finalmente, en 2011, durante su etapa como líder estudiantil en la American University de Washington, anunció públicamente su transición a través de una carta abierta, lo que marcó el inicio de su vida como activista.
Más adelante, su participación en la política local de Delaware la conectó con figuras clave como el presidente Joe Biden, también oriundo del estado. Durante la administración de Barack Obama, McBride trabajó como pasante en la Casa Blanca, un hito que cimentó su perfil como líder emergente.
En 2016, su discurso en la convención del Partido Demócrata atrajo la atención nacional, convirtiéndola en una de las voces más visibles de la comunidad LGBTQ+.
Sin embargo, su vida no ha estado exenta de tragedias. McBride conoció a su esposo, Andrew Cray, en el contexto de su activismo. Cray, un abogado trans y defensor de los derechos LGBTQ+, falleció poco después de casarse con McBride debido a un cáncer. Esta experiencia reforzó su determinación de luchar por un mundo más justo e inclusivo
Un balance entre la representación y la eficacia legislativa
Aunque McBride reconoce la importancia simbólica de ser la primera congresista transgénero, ha dejado claro que no quiere ser reducida únicamente a su identidad. "No puedo hacer lo correcto para la comunidad trans si no soy el mejor miembro del Congreso que puedo ser para Delaware", afirmó también en la entrevista con TransLash.
McBride subraya que su objetivo es demostrar que las personas transgénero pueden contribuir de manera significativa en diversos campos, incluyendo la política. "Es la única manera de que la gente vea que las personas trans pueden ser buenos médicos, buenos abogados, buenos educadores, buenos miembros del Congreso".
A pesar de los desafíos que enfrenta, McBride está decidida a enfocarse en las prioridades de sus votantes, como la vivienda, la inflación y otros problemas cotidianos. Sin embargo, reconoce que su rol como defensora de la comunidad trans seguirá siendo un aspecto central de su labor en el Congreso.
Su presencia en la Cámara de Representantes marca un avance histórico, pero también pone de relieve las profundas divisiones en torno a los derechos de las personas transgénero en Estados Unidos.
En un país donde los debates sobre género, identidad y equidad se encuentran en el centro de la política, McBride tendrá que equilibrar su papel como pionera y legisladora mientras trabaja para lograr un cambio significativo tanto para su distrito como para la comunidad LGBTQ+.
Con información de AFP.