Ante el tribunal de Aviñón, en el sur de Francia, la fiscalía solicitó esta semana penas de entre 4 y 20 años de prisión para los acusados, en su mayoría por violar a Gisèle Pelicot.
El ministerio público denunció unos actos "abyectos" y defendió sus pedidos de penas en que lo que está en juego en este juicio, que dio la vuelta al mundo, es "un cambio fundamental de las relaciones entre hombres y mujeres".
Giselè Pelicot, —ahora exesposa del acusado principal— se ha convertido en un referente para la lucha contra la violencia sexual en Francia. Solicitó que el juicio se llevará a puerta abierta y abogó por que las imágenes de las violaciones se difundieran ante el público y la prensa presentes para que "la vergüenza cambie de bando".
"Es ante todo el juicio del acusado, no es el de la víctima ni el del patriarcado ni menos aún el de la sumisión química", alegó Yassine-Dbiza, cuyo cliente, Andy R., se enfrenta a 11 años de prisión.
Fanny Pierre, otra letrada, aseguró que su cliente Quentin H., un funcionario de prisiones de 34 años a quien la fiscalía pide 11 años de prisión, "no niega" los hechos, pero consideró que "debería ser condenado a una pena justa".
La abogada de Dominique Pelicot —quién enfrenta la pena máxima—, Béatrice Zavarro, se ha esforzado estos días en explicar por qué su cliente de 72 años, quien reconoce los hechos, organizó estas agresiones, subrayando los traumas que habría sufrido durante la infancia.
Alegó el miércoles que su cliente también tenía un lado de "buen padre y buen abuelo", sin embargo, durante la inspección que se hizo a su computadora cuando inició el juicio contra él, encontraron videos de su hija.
El veredicto se espera el 19 o el 20 de diciembre.