Este tipo de incidente es cada vez más frecuente, pues el tráfico aéreo no deja de aumentar. Solo en Estados Unidos, entre 1990 y 2023 se reportaron 291.600 colisiones entre animales salvajes y aeronaves civiles, según datos de la Federal Aviation Administration (FAA).
Estos incidentes causan, cada año, más de 1.200 millones de dólares en daños a las aeronaves, según el AAWHG.
La mayoría de las veces se producen durante el despegue o el aterrizaje, a entre 0 y 15 metros de altura.
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Durante el vuelo, las colisiones son más raras pero no imposibles.
Uno de los casos más famosos de incidente aéreo con pájaros se remonta a enero de 2009, cuando el piloto de un Airbus A320 de US Airways con 155 personas a bordo logró posarse en el río Hudson, en Nueva York, tras haber chocado con una bandada de ocas salvajes.
Gritos de angustia
"En la mayoría de los casos, chocar con un pájaro no conduce a accidentes importantes", señaló, no obstante, un antiguo experto de la Oficina de Investigación y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil de Francia (BEA, por sus siglas en francés), que pidió el anonimato.
La mayor parte de las veces, los daños son solo materiales y se reducen a abolladuras o impactos en la carlinga del avión. Pero cuando una o varias aves "entran en un reactor, los daños pueden ser más serios", sobre todo si los animales dañan el compresor, "lo cual puede provocar un fallo o que el motor se pare", explicó el experto de la BEA.