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El declive petrolero arrastra, aún más, a la economía de Venezuela

El país caribeño, donde se renueva gobierno el 10 de enero, tiene reservas de petróleo superiores a las de Arabia Saudita, pero su industria ha sufrido un declive.
lun 06 enero 2025 07:45 AM
Más petróleo que Arabia Saudita, pero una economía en ruinas: el caso de Venezuela
La historia de Venezuela con el petróleo inicia a finales del siglo XIX, cuando se realizaron los primeros descubrimientos en el país.

Venezuela es el país con las reservas de petróleo más grandes del mundo. Con 304,000 millones de barriles, de acuerdo con BP, el país sudamericano supera las reservas probadas de Arabia Saudita, el principal productor. Sin embargo, la industria petrolera lleva años de un marcado declive, que ha arrastrado a la economía.

Nicolás Maduro, quien iniciará un nuevo periodo de gobierno el 10 de enero, culpa a las sanciones impuestas por Estados Unidos de los problemas de economía venezolana, incluida la caída en la producción petrolera. Sin embargo, los problemas de esta industria comenzaron mucho antes.

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La dependencia de la economía venezolana al petróleo la hundió. En años recientes, el país vivió una de las hiperinflaciones más altas que se hayan visto y un caída pronunciada del PIB. Esto, junto con una represión política cada vez más dura, llevó a millones de venezolanos a abandonar el país.

Los primeros años de la producción petrolera

La historia de Venezuela con el petróleo inicia a finales del siglo XIX, cuando se realizaron los primeros descubrimientos en el país.

A partir de los años 1920, “el petróleo se convierte en el principal producto de exportación y principal fuente del presupuesto nacional, motor de la economía venezolana. Todo lo demás, directa o indirectamente, dependía de la actividad petrolera”, indicó en entrevista con la agencia AFP el académico y exrector de la Universidad del Zulia, Ángel Lombardi.

En 1973, cuando el país ya integraba parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), se beneficio de un embargo de cinco meses de la OPEP a los países que respaldan a Israel en la guerra de Yom Kippur cuadruplicó los precios del petróleo y convirtió a Venezuela en el país con el ingreso per cápita más alto de América Latina.

Durante dos años, el inesperado crecimiento de los precios del petróleo agregó 10,000 millones de dólares a las arcas estatales, dando paso a un crecimiento desenfrenado y una mala gestión. Los analistas estiman que hasta 100,000 millones de dólares fueron malversados solo entre 1972 y 1997.

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En 1976, se nacionalizó la industria de los hidrocarburos y se crea el holding estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). La mayor parte de las obras de infraestructura fueron financiadas por los ingresos petroleros.

El nacimiento y declive de un petroestado

De acuerdo con la mayoría de los expertos, la situación cambia con la llegada a la presidencia de Hugo Chávez (1999-2013), quien usó a PDVSA como vaca lechera.

A partir de 2005, Chávez proporcionó petróleo subsidiado a varios países de la región, incluida Cuba, a través de una alianza conocida como Petrocaribe. Durante la presidencia de Chávez, que duró hasta 2013, las reservas estratégicas de petróleo disminuyeron y la deuda gubernamental aumentó más del doble.

En este periodo, Venezuela se convirtió en un petroestado, es decir, un país en el que los ingresos de la renta dependen profundamente de la exportación de petróleo y gas natural, el poder económico y político están altamente concentrados en una élite minoritaria y las instituciones políticas son débiles e irresponsables, y la corrupción está muy extendida.

En este tipo de estados, el auge de los recursos atrae grandes entradas de capital extranjero, lo que conduce a una apreciación de la moneda local y a un impulso para las importaciones que son comparativamente más baratas. Esto absorbe la mano de obra y el capital de otros sectores de la economía, como la agricultura y la fabricación, que los economistas dicen que son más importantes para el crecimiento y la competitividad.

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"La mayoría de los petroestados se volvieron dependientes del petróleo mientras, o inmediatamente después, estaban estableciendo una democracia, instituciones estatales, un servicio civil independiente y el sector privado, y el estado de derecho", dice Terry Lynn Karl, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Stanford y autor de The Paradox of Plenty, al Council of Foreing Relations.

En los últimos años, las exportaciones de petróleo han financiado casi dos tercios del presupuesto del gobierno. Las estimaciones para 2024 sitúan esta cifra ligeramente más baja, en un 58%.

Sin embargo, la corrupción que ya gangrenaba a una parte de PDVSA se sumó auna mala gestión y decisiones polémicas, que poco a poco mermaron al motor único de la economía

La más espectacular fue el despido de 20,000 trabajadores, la mayor parte de ellos profesionales de alta calificación, entre 2003 y 2004, después de una huelga de más de un mes de la industria que prácticamente paralizó al país.

Eugenio Montoro, exgerente de PDVSA y opositor al régimen chavista, dijo a la agencia AFP que esta decisión no solo generó una caída en la producción, el signo más evidente y cuantificable del derrumbe de la petrolera, sino en otros aspectos clave, como el mantenimiento de las instalaciones.

Aunque la producción siguió en aumento hasta 2008, con un pico de 3.5 millones de barriles diarios, luego se derrumbó hasta los 400,000 barriles diarios, lo que hundió al país en una crisis económica sin precedentes.

La caída del precio del petróleo de más de 100 dólares por barril en 2014 a menos de 30 dólares por barril a principios de 2016 envió a Venezuela a una espiral económica y política.

El producto interno bruto (PIB) de Venezuela se redujo en aproximadamente tres cuartas partes entre 2014 y 2021. Sin embargo, la economía creció un 5% en 2023, y el gobierno prevé que alcanzará el 8% en 2024.

En este periodo, la inflación anual se disparó a poco más del 130,000 % en 2018, y aunque desde entonces se ha ralentizado, se mantuvo en el 190 por ciento en 2023, según el banco central.

¿Cuál fue el papel de las sanciones?

La crisis se profundizó a partir de 2018 con el establecimiento de sanciones a la industria por parte de Estados Unidos, que desconoció la reelección de Nicolás Maduro por considerarla fraudulenta.

De acuerdo con un análisis de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, desde agosto de 2017 hasta octubre del 2020, la producción petrolera de Venezuela tuvo una caída de casi cinco veces lo ocurrido en los 18 meses previos a las sanciones, cuando la producción cayo 1% mensual.

Sin las sanciones, PDVSA se habría recibido ingresos adicionales por 30,949 millones de dólares en el periodo analizado, indica la WOLA. John Bolton, asesor de seguridad nacional de Estados Unidos durante el gobierno de Donald Trump, dijo que Venezuela perdería anualmente 11,000 millones en ingresos por exportaciones petroleras.

Sin embargo, el contexto geopolítico hizo que las sanciones tuvieran que suavizarse. En noviembre de 2022, en parte para ayudar a compensar el aumento de los precios mundiales de la energía debido a la guerra en Ucrania, Estados Unidos permitió al gigante petrolero estadounidense Chevron reanudar operaciones limitadas en el país.

A cambio, el gobierno de Maduro y la oposición acordaron continuar el diálogo después de un estancamiento de un año. En octubre siguiente, Caracas acordó una hoja de ruta para una elección presidencial libre y justa en 2024.

Washington recompensó la medida al aliviar aún más las sanciones al sector petrolero y de gas natural de Venezuela, permitiéndole exportar productos de petróleo y gas durante seis meses.

Sin embargo, después de que el gobierno venezolano no cumpliera las condiciones para una votación justa y se reanudara una disputa territorial de siglos con Guyana por el control de la región petrolera del Esequibo, Washington volvió a imponer sanciones petroleras en abril de 2024.

¿Un escenario de esperanza?

El presidente de PDVSA y ministro de Petróleo, Pedro Tellechea, asegura que el país está “en pleno renacimiento de la industria petrolera”.

“Hoy estamos en un crecimiento, un sueño de volver a recuperar nuestros mercados internacionales”, afirma. “Venezuela posee una de las mayores reservas de gas, que podemos mejorar y hacer el equilibrio perfecto para la transición energética”, añade.

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