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Trump reaviva su obsesión por Groenlandia y desafía el orden global

Trump reaviva su interés por esta isla, un territorio danés, sugiriendo el uso de la fuerza para anexionarla. Su postura genera críticas internacionales y pone en riesgo la estabilidad regional.
mié 08 enero 2025 02:26 PM
¿Por qué Trump está obsesionado con Groenlandia? Estás son las razones geopolíticas
El hijo mayor de Donald Trump realizó una visita a Groenlandia esta semana.

Donald Trump, próximo a tomar posesión como 47° presidente de Estados Unidos no ha dejado de sorprender con su persistente fijación por Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca.

Desde su primera presidencia, cuando propuso comprar la isla —recibiendo un rotundo “no” de Dinamarca—, hasta sus recientes declaraciones como presidente electo de Estados Unidos, Trump ha intensificado su retórica, ahora sugiriendo incluso el uso de la fuerza para tomar control del territorio.

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El martes durante una conferencia de prensa en Mar-A-Lago, Trump reiteró sus ambiciones de anexionarse Groenlandia y el Canal de Panamá, argumentando razones de “seguridad económica”.

Cuando se le preguntó si descartaba acciones militares, respondió que no podía hacerlo. Este tipo de comentarios han generado indignación internacional y desconcierto en la Unión Europea, que ve en sus palabras una amenaza no solo a la estabilidad regional, sino al principio de inviolabilidad de las fronteras que sostiene el orden mundial desde la Segunda Guerra Mundial.

Reacciones globales

Olaf Scholz, canciller de Alemania, calificó las declaraciones de Trump como una amenaza directa al principio de inviolabilidad de las fronteras, un pilar del derecho internacional.

“Este principio se aplica a cualquier país, grande o pequeño”, declaró Scholz en Berlín, haciendo una comparación implícita con la invasión de Rusia a Ucrania.

Añadió que cualquier intento de modificar las fronteras mediante la fuerza, independientemente de quién lo intente, debe ser condenado de manera categórica. Scholz también destacó que estos comentarios podrían generar tensiones adicionales en un momento ya delicado para las relaciones transatlánticas.

Por su parte, el secretario de Estado saliente de Estados Unidos, Antony Blinken, minimizó la viabilidad de las amenazas de Trump, afirmando que “obviamente eso no va a suceder”.

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Estas palabras, aunque tranquilizadoras, no han disipado del todo las preocupaciones internacionales. En tanto, Dinamarca, a través de su canciller Lars Løkke Rasmussen, se mostró “abierta al diálogo” para reforzar la cooperación ártica con Estados Unidos, subrayando que Groenlandia sigue siendo territorio danés. Rasmussen enfatizó que este tipo de incidentes deben abordarse con diplomacia y no con confrontación, un enfoque que contrasta con la postura beligerante de Trump.

Rasmus Jarlov, un político conservador y miembro del Parlamento danés, calificó el comportamiento del presidente electo de Estados Unidos como una falta de respeto hacia un aliado fiel. “Este nivel de desprecio hacia un socio leal es sin precedentes y profundamente preocupante”, expresó Jarlov en redes sociales.

El gobierno francés, por otro lado, denunció las declaraciones de Trump como una “forma de imperialismo” y recordó que Groenlandia, aunque es un territorio autónomo, forma parte de la esfera de la Unión Europea.

“Este tipo de retórica es inaceptable y contraria a los valores que defendemos como comunidad internacional”, afirmó Jean-Noël Barrot, canciller francés.

Además, mencionó que la Unión Europea tiene el deber de proteger los territorios de ultramar de cualquier amenaza externa, reiterando que la soberanía de Groenlandia no está en discusión.

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Historia de una obsesión

Durante su primera presidencia, Trump expresó su interés en comprar Groenlandia, lo que fue rechazado de inmediato por Dinamarca. La creciente atención por esta nación resalta su importancia estratégica y económica.

Con vastos recursos naturales y una ubicación geopolítica clave, la isla ha sido objeto de interés no solo de Estados Unidos, sino también de otros actores globales como China y Rusia.

En aquel momento, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, declaró que la propuesta de Trump era “absolutamente absurda”.

Ahora, con Trump Jr. visitando Groenlandia y publicando fotos en redes sociales con simpatizantes que portaban gorras “Make America Great Again”, la tensión diplomática se reaviva. Estas imágenes han generado controversia y críticas tanto en Dinamarca como en Groenlandia, donde muchos consideran estas acciones como una provocación innecesaria de acuerdo con la BBC.

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Los visitantes esperan la llegada del empresario estadounidense Donald Trump Jr. a Nuuk, Groenlandia, el 7 de enero de 2025. Donald Trump Jr realizó una visita privada a Groenlandia, un territorio autónomo danés codiciado por Trump padre y que espera ser independiente algún día, pero que por ahora sigue dependiendo de Copenhague.

Mientras tanto, Trump ha intentado justificar su postura al vincular Groenlandia con la seguridad global. “Groenlandia y el mundo libre necesitan seguridad, fortaleza y paz”, afirmó en su plataforma Truth Social, rematando con un slogan: “Make Greenland Great Again”.

El futuro de las relaciones entre Dinamarca y Estados Unidos queda en suspenso, marcado por estas tensiones.

Aunque la anexión de Groenlandia parece improbable, las declaraciones de Trump ponen en jaque la estabilidad diplomática en el Ártico y revelan una vez más el estilo confrontativo que caracteriza su política exterior. Los expertos advierten que este tipo de incidentes no solo dañan las relaciones bilaterales, sino que también tienen el potencial de desestabilizar alianzas clave como la OTAN y la Unión Europea.

Con información de AFP

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