Donald Trump tiene una nueva obsesión y son las tierras raras.
El presidente de Estados Unidos condicionó la entrega de ayuda a Ucrania a tener un acceso privilegiado a las tierras raras que posee este país europeo.
Donald Trump tiene una nueva obsesión y son las tierras raras.
El presidente de Estados Unidos condicionó la entrega de ayuda a Ucrania a tener un acceso privilegiado a las tierras raras que posee este país europeo.
"Vamos a tener todo ese dinero allí y yo digo que lo quiero de regreso. Les he dicho que quiero el equivalente, unos 500,000 millones de dólares de tierras raras", defendió el presidente el 4 de febrero.
"Y ellos básicamente han aceptado hacer esto, con lo que al menos no nos sentimos estúpidos", agregó.
Como respuesta, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, "inversiones de empresas estadounidenses" para sus yacimientos de tierras raras.
En un plan de paz revelado en octubre pasado, Volodimir Zelenski propuso, sin mencionar específicamente las tierras raras, un "acuerdo especial" con los socios de su país, garantizando una "protección común" y la "explotación comun de los recursos estratégicos" de su país.
Ofreció como ejemplos "el uranio, el titanio, el litio, el grafito y otros recursos estratégicos de gran valor”.
A principios de esta semana, Trump anunció que su enviado especial para Ucrania, Keith Kellogg, viajará al país europeo pronto, así como su secretario del Tesoro, Scott Bessent.
Sin embargo, Ucrania no es el único territorio rico en tierras raras que ha llamado la atención de Trump. Poco antes de tomar posesión, el republicano insistió en la compra de Groenlandia a Dinamarca, una isla que cuenta con enorme reservas de estos materiales.
La Unión Europea identificó 25 de los 34 minerales de su lista oficial de materias primas fundamentales en la zona, incluidas las tierras raras.
Canadá es otro territorio con este tipo de recursos que ha estado en la mira de Trump, quien ha dicho que lo mejor para este país sería convertirse en el estado 51 de Estados Unidos.
"Sugiero que la administración Trump no solo sabe cuántos minerales críticos tenemos, sino que esa puede ser la razón por la que siguen hablando de absorbernos y convertirnos en el estado número 51" de Estados Unidos, dijo el primer ministro de Canadá Trudeau el viernes en una cumbre económica, de acuerdo con medios canadienses.
Las tierras raras son metales estratégicos para la economía del futuro, en particular para las grandes tecnologías de la transición energética.
Las tierras raras están compuestas de 17 materias primas como el disprosio, el neodimio o el cerio, descubiertas a finales del siglo XVIII en Suecia.
Aunque sus propiedades son distintas, estos elementos se agruparon bajo un solo nombre porque suelen estar presentes en el mismo suelo.
Una vez se recupera el material de la tierra, se debe someter a un tratamiento de "separación" de los distintos minerales mediante operaciones químicas que a veces implican ácidos.
A pesar de su nombre, las tierras raras se encuentran en múltiples lugares de la Tierra.
"Las tierras raras son relativamente abundantes en la corteza terrestre, pero las concentraciones minables son menos comunes que para la mayoría de los otros productos minerales”, indica el Servicio Geológico de Estados Unidos.
En un balance de 2024, la misma fuente calculaba que había más de 110 millones de toneladas en el mundo.
China es, por mucho, el país con las mayores reservas comprobadas de este tipo de materiales, pues más de un tercio se encuentran en su territorio. Le siguen Vietnam, Brasil, Rusia e India.
Las tensiones entre China y Occidente, ya sea por motivos comerciales o geopolíticos, son abundantes. Esto hace que en Bruselas y Washington se vea como una necesidad urgente diversificar su suministro de tierras raras.
Su inquietud se basa en precedentes históricos: un conflicto territorial llevó a China a cortar su aprovisionamiento de tierras raras a Japón en 2010.
Desde entonces, el archipiélago asiático diversificó sus proveedores, cerrando un acuerdo con la empresa australiana Lynas y desarrollando su propia filial de reciclaje.
"Cuanto más aumenta la demanda por estas materias primas, la gente más las busca y más las encuentra. El problema está más en la relación entre el coste de extracción y el precio del mercado", analiza John Seaman, investigador del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI).
La demanda seguirá aumentando. Para alcanzar la neutralidad de carbono en 2050, la Unión Europea, por ejemplo, necesitará 26 veces más tierras raras de las que usa en la actualidad, calculó la Universidad KU Leuven para la asociación europea de productores de metales Eurometaux.
En Estados Unidos se produjo otra alerta en mayo de 2019. En plena guerra comercial con Washington, el presidente chino, Xi Jinping, visitó una fábrica de tratamiento de tierras raras y dejó caer la amenaza de bloquear la exportación de estos materiales.
El interés de Trump en territorios como Groenlandia, entonces, es más que anecdótico.
"Los actores [internacionales] son cada vez más conscientes de la necesidad de diversificar sus fuentes de suministro, sobre todo en lo que respecta a la dependencia de China de las tierras raras”, dijo a la agencia AFP, Ditte Brasso Sørensen, experta en geopolítica y directora adjunta del grupo de reflexión Europa.