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“La salud materno infantil muestra el desarrollo de los países”

La Iniciativa de Salud Mesoamérica, impulsada por el BID, ayudó a aumentar el acceso a servicios de salud de calidad a 1.8 millones de personas en Centroamérica.
jue 20 marzo 2025 09:59 AM
Emma Iriarte, jefa en funciones de la División de Salud, Nutrición y Población del BID (Imagen principal del artículo web 'Salud materno-infantil: el indicador oculto del desarrollo de un país').
Emma Iriarte, jefa en funciones de la División de Salud, Nutrición y Población del BID, explica que las intervenciones pequeñas han hecho grandes diferencias en la salud materno infantil.

La salud de las madres y los niños muestra qué tan bien se desarrolla un país, pues implica mucho más que los cuidados sanitarios y es un indicador de la calidad de los servicios que ofrecen los gobiernos, afirmó Emma Iriarte, secretaria Ejecutiva de la Iniciativa de Salud Mesoamérica (ISM) y jefa en funciones de la División de Salud, Nutrición y Población del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

“El indicador de mortalidad materna y de mortalidad neonatal son de los pocos indicadores que son trasladadores y que indican el nivel de desarrollo de un país”, mencionó en entrevista.

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Iriarte indicó que además de los sistemas sanitarios, la mortalidad materna e infantil pone en evidencia cómo funcionan otras políticas publicas, el transporte, la educación, el acceso a la vivienda, la disponibilidad de agua y la nutrición.

El BID lanzó en 2011 la Iniciativa de Salud Mesoamérica (ISM), un programa cuyo objetivo es mejorar indicadores clave para este sector en ocho países: Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Nicaragua, Panamá y México, aunque exclusivamente en Chiapas.

¿En qué consistió la Iniciativa Salud Mesoamérica?

La iniciativa fue una alianza del BID con la Fundación Slim, la Fundación Gates, los gobiernos de Canadá y España, y colaboró con autoridades locales para financiar y dar asistencia técnica para intervenciones que permitieran que mujeres, recién nacidos y niños pequeños tengan acceso a mejores servicios de salud.

El programa, que estuvo activo entre 2011 y 2021, atendió uno de los problemas estructurales de la región, una de las más desiguales económicamente en el mundo: la brecha de acceso a servicios de salud e impactó de manera positiva en 1.8 millones de personas.

“Los valores y las cifras de los datos a nivel de promedio, en salud y en acceso son buenos en general, a nivel de toda la región Latinoamericana y del Caribe. El problema es cuando comparamos cómo estos datos promedios de indicadores de salud están en las poblaciones más pobres comparadas con los más ricos, hay una gran brecha”, señaló.

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La ISM se dirigió al 20% de la población más pobre de los países donde se llevó a cabo. El objetivo, de acuerdo con Iriarte, era que esta población pudiera tener indicadores de mortalidad materno infantil equivalentes o superiores a los promedios nacionales.

Para ello, la iniciativa fomentó, en primer lugar, la recopilación sistemática de datos sobre atención sanitaria. Después de un análisis de las cifras de mortalidad infantil en la región, el BID descubrió que en esta población había muchas muertes de niños menores de cinco años por causas fácilmente prevenibles, como diarrea o infecciones respiratorias.

Los datos respaldaron un modelo de financiamiento en el que se concedía un incentivo por el desempeño cuando se alcanzaban los objetivos acordados. Este enfoque garantizó que los ministerios de salud de cada país se centraran en los resultados y aceleraran las mejoras en sus redes de atención sanitaria.

La secretaria general del ISM indicó que cada país, junto con el BID, estableció sus metas, con indicadores clave. Por ejemplo, algunos países tenían como objetivo reducir la anemia infantil.

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“La reducción de anemia sabemos que tiene un impacto importante, especialmente en los primeros mil días de vida del niño, en el que el oxígeno que trae la sangre llega a su cerebro y desarrolla todas las capacidades, así como el desarrollo de su cuerpo”, comentó.

Otras metas clave del programa fueron el aumento de las tasas de vacunación en niños menores de cinco años y mujeres embarazadas, el incremento en el acceso al cuidado prenatal y una mayor atención de partos en hospitales.

Los resultados de la iniciativa

La secretaria general del ISM destacó que el presupuesto destinado a este programa fue de 132 millones de dólares, más 44 millones adicionales por financiamiento, durante los años de duración del proyecto en los ocho países, lo que representa poco menos del 1.5% del presupuesto que los gobiernos de los países beneficiados destinan a salud.

“Se trató de un tema de aceleración”, indicó Iriarte. "Se tomaron políticas públicas en cada país que tenían buenos resultados para amplificarlas y permitir que beneficiaran a más población".

En 2011, en promedio, los países beneficiarios del programa destinaban 20 dólares a la atención de salud por habitante. En 2020, la cifra fue de entre 37 y 40 dólares.

“Los países dejaron de tener financiamiento hace dos años, pero continúan con el trabajo. Estos son ejemplos de sostenibilidad muy importantes”, aseguró.

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