Iriarte indicó que además de los sistemas sanitarios, la mortalidad materna e infantil pone en evidencia cómo funcionan otras políticas publicas, el transporte, la educación, el acceso a la vivienda, la disponibilidad de agua y la nutrición.
El BID lanzó en 2011 la Iniciativa de Salud Mesoamérica (ISM), un programa cuyo objetivo es mejorar indicadores clave para este sector en ocho países: Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Nicaragua, Panamá y México, aunque exclusivamente en Chiapas.
¿En qué consistió la Iniciativa Salud Mesoamérica?
La iniciativa fue una alianza del BID con la Fundación Slim, la Fundación Gates, los gobiernos de Canadá y España, y colaboró con autoridades locales para financiar y dar asistencia técnica para intervenciones que permitieran que mujeres, recién nacidos y niños pequeños tengan acceso a mejores servicios de salud.
El programa, que estuvo activo entre 2011 y 2021, atendió uno de los problemas estructurales de la región, una de las más desiguales económicamente en el mundo: la brecha de acceso a servicios de salud e impactó de manera positiva en 1.8 millones de personas.
“Los valores y las cifras de los datos a nivel de promedio, en salud y en acceso son buenos en general, a nivel de toda la región Latinoamericana y del Caribe. El problema es cuando comparamos cómo estos datos promedios de indicadores de salud están en las poblaciones más pobres comparadas con los más ricos, hay una gran brecha”, señaló.