La guerra arancelaria se trasladó al campo de las relaciones sentimentales en China.(Foto: iStock )
Expansión Digital
Como en las telenovelas: la guerra arancelaria entre Trump y China hará sufrir a los enamorados.
En medio de la escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la nación gobernada por Donald Trump prohibió a su personal gubernamental en el país asiático sostener relaciones románticas o sexuales con ciudadanos chinos, según la agenciaThe Associated Press (AP).
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La medida se extiende a los familiares y contratistas con acreditaciones de seguridad y el personal que incumpla la política recibirá orden de abandonar China inmediatamente, de acuerdo con cuatro fuentes consultadas por la agencia internacional. La medida se implementó por el embajador saliente de Estados Unidos, Nicholas Burns, en enero, poco antes de dejar China.
Una medida similar se implementó anteriormente cuando se prohibió al personal estadounidense mantener “relaciones románticas y sexuales” con ciudadanos chinos que trabajaban como guardias y otro personal de apoyo en la embajada de la nación estadounidense y cinco consulados en China.
La guerra arancelaria se trasladó al campo de las relaciones sentimentales en China. (Foto: iStock )
Pekín, que se siente acorralado por la escalada del ataque arancelario de Estados Unidos a China y a cualquier país que compre o ensamble productos chinos, se prepara para una guerra económica desgastante.
La semana pasada, Washington impuso aranceles de importación de al menos el 10% a casi todo el mundo, y gravámenes mucho más altos a países como Vietnam, donde las fábricas chinas han estado trasladando su producción. La medida provocó represalias por parte de China, seguidas de nuevas amenazas de escalada del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
"Quien se rinda primero se convertirá en la víctima", dijo un asesor político chino, que pidió mantenerse en el anonimato por lo sensible del tema. "Es una cuestión de quién puede aguantar más"
Sin embargo, China no tiene muchas opciones. Recurrirá a otros mercados de Asia, Europa y el resto del mundo, pero puede no ser una gran válvula de escape.
Otros países tienen mercados mucho más pequeños que Estados Unidos, y las economías locales también se están viendo afectadas por los aranceles. Además, muchos desconfían de que se permita la entrada de más productos chinos baratos.
A nivel local, una devaluación de la moneda sería la forma más sencilla de amortiguar el impacto de los aranceles, pero eso podría desencadenar salidas de capital, además de disgustar a los socios comerciales que China podría intentar cortejar. Hasta ahora, China ha permitido una depreciación muy limitada del yuan.
Devolver el golpe con sus propios aranceles y controles a la exportación puede no ser muy eficaz, dado que China envía a Estados Unidos aproximadamente el triple en bienes de los alrededor de 160,000 millones de dólares que importa, pero puede ser la única opción si Pekín cree que tiene un umbral de dolor más alto que el de Washington.
Hasta ahora, China ha respondido a los aranceles estadounidenses del 34% de la semana pasada con un contragravamen general similar. Trump ha amenazado con una escalada del 50% y Pekín prometió "luchar hasta el final".