Durante la presentación del informe, el ministro del Interior, Alexander Dobrindt, señaló que “el año pasado vimos una expansión masiva de los delitos por motivos políticos procedentes de la derecha”.
Dobrindt, miembro de la Unión Social Cristiana (CSU), partido aliado de la conservadora CDU, añadió que “el 45 % de las víctimas de la violencia por motivos políticos fueron heridas por autores de derechas”.
Entre los casos más alarmantes documentados por las autoridades alemanas destacan los ataques coordinados contra desfiles del orgullo LGBTQ+ durante el verano de 2024. De acuerdo con el ministro, estos asaltos fueron perpetrados por grupos organizados de jóvenes de extrema derecha, lo que confirma el patrón de violencia sistemática contra las disidencias sexuales y de género.
El contexto social y político de un año especialmente tenso
El informe no solo evidencia el crecimiento cuantitativo de los delitos, sino también su relación con el clima político del país. En 2024, Alemania vivió una serie de elecciones locales y regionales muy disputadas, en las que los partidos tradicionales enfrentaron un fuerte avance de la extrema derecha, en particular del partido Alternativa para Alemania (AfD), conocido por su discurso antimigrante y nacionalista.
La tensión política se agravó por la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, que desató un clima de polarización dentro de Alemania. Grupos de población con orígenes migrantes, particularmente de comunidades musulmanas, manifestaron su descontento con el respaldo del gobierno alemán a Israel. Esta postura oficial provocó manifestaciones, enfrentamientos y un aumento de la radicalización, según el análisis del Ministerio del Interior.
Además, la incertidumbre económica, los efectos persistentes de la inflación y el temor a nuevas olas migratorias contribuyeron a un ambiente social más volátil, donde las narrativas de odio y xenofobia encontraron eco en sectores radicalizados.
Aumentan también los ataques contra personas migrantes
El informe también registra un incremento preocupante de las agresiones contra personas migrantes, muchas de las cuales ocurrieron tras ataques cometidos por personas extranjeras. Las autoridades documentaron varios casos de violencia extrema, entre ellos ataques con coche bomba y apuñalamientos en actos públicos, protagonizados por individuos identificados como inmigrantes, algunos en calidad de solicitantes de asilo.