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Carlos III refuerza la soberanía canadiense ante presión de Trump

El rey británico visita Ottawa y pronunciará el discurso del trono ante el Parlamento, en medio de la amenaza de anexión de Trump.
lun 26 mayo 2025 06:50 PM
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Carlos III encabeza una visita simbólica a Canadá mientras Trump propone su anexión y aumenta la presión económica

El rey Carlos III inició el lunes una visita de dos días a Canadá, marcada por el simbolismo y por la creciente tensión con Estados Unidos tras las amenazas de Donald Trump, quien reitera su intención de anexar al país vecino.

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La presencia del monarca británico, jefe de Estado de Canadá, responde a una invitación directa del nuevo primer ministro Mark Carney, quien asumió el cargo tras las elecciones anticipadas de marzo. Este martes, el rey encabezará la reapertura del Parlamento y pronunciará el discurso del trono —un gesto muy inusual— para presentar las prioridades del nuevo gobierno federal, que prometió defender la soberanía nacional frente a lo que califica como una “intromisión inadmisible” de la Casa Blanca.

“Canadá nunca estará en venta”, declaró Carney el 6 de mayo durante su primera visita a Washington como jefe de Gobierno, tras una reunión tensa con Trump en la Oficina Oval. La frase fue retomada y aplaudida en redes sociales, y aparece ahora en carteles y pancartas en las calles de Ottawa, donde cientos de personas se congregaron para recibir al monarca.

Un rey en tierra firme, en un momento de fragilidad

Vestido con un abrigo gris claro y acompañado por la reina Camila, Carlos III descendió del avión y fue recibido con honores militares por Carney y la gobernadora general, Mary Simon. Luego, recorrió el mercado de agricultores Parkdale, estrechó manos, recibió regalos de niños inuit y observó una danza tradicional de las Primeras Naciones. Aunque no ofreció declaraciones públicas durante su primer día, su sola presencia ya genera lecturas políticas.

“Es importante que el jefe de Estado esté aquí en persona, especialmente cuando se cuestiona nuestra independencia”, dijo George Monastiriakos, de 32 años, canadiense de origen griego y autodefinido como republicano. “Trump venera lo dorado, la opulencia, la monarquía… y eso incluye al rey. Este gesto no le va a pasar desapercibido”.

La decisión de que Carlos III pronuncie personalmente el discurso del trono fue tomada por el gobierno de Carney, en acuerdo con la oficina del monarca. Normalmente, este mensaje lo entrega la gobernadora general, como representante real, pero la coyuntura actual motivó la excepción. No ocurría algo así desde 1977, cuando Isabel II leyó el discurso durante la apertura del Parlamento canadiense.

“El primer ministro quiso subrayar la unidad de Canadá y su posición en el mundo, y qué mejor manera de hacerlo que con la presencia del rey”, explicó un funcionario del gabinete federal a medios locales.

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El mensaje que leerá el rey fue redactado por el gobierno federal y se centrará en tres ejes: proteger la soberanía de Canadá, fortalecer los lazos multilaterales y lanzar una nueva agenda económica y ambiental. Para Carney, que antes dirigió el Banco de Canadá y el Banco de Inglaterra, se trata de trazar una ruta clara de oposición a Trump sin escalar la confrontación directa.

Por parte de la Casa Blanca no hay comentarios sobre la visita real. Trump aseguró en entrevistas recientes que ve a Canadá como un “hermano mayor confundido” y que “tarde o temprano, se unirá a la familia de los Estados Unidos”.

Una multitud intergeneracional se reúne en Ottawa

En el parque Lansdowne, donde el rey y la reina participaron en actividades culturales, familias enteras se acercaron con banderas, cámaras y termos de café. “Hay tanta incertidumbre estos días que esto se siente como un pequeño consuelo”, dijo Audrey Harrington, de 88 años, envuelta en una bufanda con la bandera británica. “Nunca pensé que volvería a ver a un rey en persona”.

Kate Punnette, madre de dos niñas, compartió una visión distinta, aunque similar en espíritu: “Nuestro país está muy dividido. Ver al rey aquí, ver a tantos canadienses reunidos por algo que nos une, es importante. Necesitamos estos momentos”.

El rey también se detuvo a plantar un árbol en Rideau Hall, la residencia oficial de la gobernadora general, mientras la multitud entonaba el himno nacional. Las imágenes dieron la vuelta al país en noticieros y redes sociales. Para muchos, es un gesto de arraigo. Para otros, una postal vacía.

En Quebec, escepticismo; en todo el país, preocupación

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Manifestantes sostienen carteles mientras protestan antes de una visita del rey Carlos III de Gran Bretaña y la reina Camilla de Gran Bretaña a Lansdowne Park en Ottawa, Canadá, el 26 de mayo de 2025. "Carlos no es mi Rey, tampoco Carney lo es" señala uno.

En Montreal, las reacciones fueron más críticas. “Esto es puro teatro”, opinó Laurence Wells, de 26 años. “¿Estamos realmente orgullosos de ser un dominio inglés? Yo no. ¿Pero eso significa que quiero ser parte de Estados Unidos? Mucho menos”.

Geneviève Tourillon, profesora universitaria, señaló que “la visita cuesta mucho dinero y probablemente no tenga ningún efecto real. Si Trump quiere apretarnos económicamente, lo hará con o sin rey”. Aun así, reconoció que “es mejor dar señales de cohesión nacional que quedarnos callados”.

Las encuestas muestran que la mayoría de los canadienses apoyan la soberanía nacional pero no necesariamente la monarquía. Sin embargo, según un sondeo de CBC publicado esta semana, el 62 % considera “adecuado” que Carlos III pronuncie el discurso del trono en este contexto.

Con información de AFP.

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