El jueves, la jueza Allison D. Burroughs del Distrito de Massachusetts dijo que bloquearía un esfuerzo del Departamento de Seguridad Nacional para evitar que Harvard inscriba a estudiantes internacionales. La medida de la administración fue parte de su intento de socavar las finanzas y la influencia global de la universidad.
Alrededor de una cuarta parte del cuerpo estudiantil de Harvard proviene de otros países.
Pero la juez Burroughs aún emitió una orden judicial, y la administración siguió con la búsqueda de opciones para mantener a los estudiantes internacionales fuera del país.
Trump habló antes de limitar el número de visas de estudiante para Harvard, y el secretario de Estado, Marco Rubio, dijo que su agencia comenzaría a revocar las visas para algunos estudiantes chinos.
En un cable fechado el 30 de mayo y enviado a todos los puestos diplomáticos y consulares de Estados Unidos, Rubio ordenó el inicio inmediato de "una investigación adicional de cualquier solicitante de visa de no inmigrante que busque viajar a la Universidad de Harvard para cualquier propósito".
Tales solicitantes incluyen, pero no se limitan a, futuros estudiantes, estudiantes, profesores, empleados, contratistas, oradores invitados y turistas, detalló el cable, obtenido por la agencia Reuters.
La Universidad de Harvard "no ha logrado mantener un ambiente en el campus libre de violencia y antisemitismo", señaló el cable, en el que cita al Departamento de Seguridad Nacional. Por tanto, las medidas de investigación reforzadas tienen como objetivo ayudar a los funcionarios consulares a identificar a los solicitantes "con antecedentes de acoso y violencia antisemita".
El documento también ordena a los funcionarios consulares que consideren cuestionar la credibilidad del solicitante si las cuentas en redes sociales del individuo son privadas y les instruye para que pidan al solicitante que configure sus cuentas como públicas.