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Donald Trump enfrenta el dilema de atacar o no a Irán

El presidente de Estados Unidos deja la puerta abierta a una intervención contra la república islámica, aunque en el pasado criticó a los gobernantes que llevaron a su país a la guerra.
mié 18 junio 2025 06:30 PM
Esta combinación de imágenes creadas el 18 de junio de 2025 muestra (de la a derecha) una imagen de folleto publicada por el sitio web oficial del líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, el 12 de marzo de 2025 que lo representa durante una reunión con estudiantes iraníes en Teherán; el presidente estadounidense Donald Trump hablando con los periodistas sobre la Cumbre del G7 a bordo de la Fuerza Aérea Uno mientras viajaba de regreso a Washington desde Canadá el 16 de junio de 2025; y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dando una conferencia de prensa en Jerusalén el 2 de septiembre de 2024. El líder supremo de Irán describió el 18 de junio como "inaceptable" un ultimátum del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, pidiendo la "rendición incondicional" de la nación. (Imagen principal del artículo web "¿Se involucrará Estados Unidos en la guerra entre Israel e Irán?").
Entre llamada y llamada telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y las insinuaciones de Israel de que quiere un cambio de régimen en Irán, encabezado por el ayatolá Ali Jamenei, cambió de opinión.
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"Veremos qué sucede (...) Todos me lo han preguntado, pero no he tomado una decisión", declaró el presidente estadounidense en la Casa Blanca. Cuando un periodista le preguntó si el régimen iraní podía caer, Trump contestó: "Podría pasar cualquier cosa, ¿verdad? Eso podría pasar".

Sin embargo, el mandatario estadounidense alimentó las especulaciones sobre una intervención estadounidense al acortar su participación en una cumbre del G7 en Canadá y con algunas de sus declaraciones.

El dilema del presidente republicano es monumental. En su primer mandato y en lo que lleva del segundo, Trump prometió sacar a Estados Unidos de sus "guerras eternas" en Medio Oriente.

"Es una importante elección política y militar que podría definir su legado en Medio Oriente”, declaró a la AFP Behnam Ben Taleblu, director del programa de Irán en la Fundación para la Defensa de las Democracias.

Cuando la Casa Blanca anunció este martes que Trump iba a reunir al Consejo de Seguridad Nacional para abordar la guerra, ya había indicios de que sopesaba abandonar lo que hasta hace poco era su vía diplomática preferida.

La opción más probable que baraja Trump sería el uso de gigantescas bombas estadounidenses "bunker-buster" contra la instalación nuclear iraní de Fordow, profundamente enterrada y a la que el armamento de Israel no puede llegar.

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De acuerdo con funcionarios estadounidenses, la prioridad de Trump es desmantelar el programa nuclear de Irán porque teme que el país quiera dotarse del arma atómica. Teherán lo desmiente.

¿Por qué Trump cambió de opinión?

Trump también dio a entender que el asesinato del ayatolá Jamenei está de nuevo sobre la mesa, días después de que un funcionario estadounidense dijera que se descartó.

Funcionarios estadounidenses insisten en que Trump aún no ha tomado una decisión y sopesa todas las opciones en un contexto que cambia "cada hora".

De acuerdo con la plataforma de noticias Axios, Trump incluso consideraba una nueva reunión entre su principal negociador, Steve Witkoff, y el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abás Araqchi.

El presidente dijo este miércoles que Irán buscó que un representante de Estados Unidos viaje a Teherán para retomar las conversaciones, pero aseguró que “ya es muy tarde”.

Todo podría cambiar con un ataque iraní a las fuerzas estadounidenses en la región. Un funcionario aseguró que Trump no lo toleraría.

Trump cambió a una retórica mucho más beligerante contra Irán menos una semana después de que el presidente estadounidense pidiera a Israel no atacar.

Pero entre llamada y llamada telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y las insinuaciones de Israel de que quiere un cambio de régimen en Irán, Trump —quien ha mencionado que le gustaría ganar el Nobel de la paz— cambió de opinión.

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Por lo pronto, ordenó el envío del portaviones USS Nimitz a la región junto con varios aviones militares estadounidenses.

Una bomba para cambiar la guerra

La única bomba convencional que podría destruir las instalaciones nucleares enterradas de Irán, la GBU-57, es una de las principales herramientas estratégicas de Estados Unidos en la guerra entre Israel e Irán.

Esta ojiva antibúnker de 13 toneladas, que Israel no posee, es capaz de hundirse a decenas de metros bajo la superficie antes de explotar. Una característica casi única en manos de Donald Trump, en caso de que decida intervenir.

Aunque en cinco días el ejército israelí logró diezmar el mando militar iraní y numerosas instalaciones, "persisten muchas dudas sobre la eficacia de los ataques israelíes contra el núcleo central del programa nuclear iraní", declaró Behnam Ben Taleblu a la AFP.

Según este experto de la Fundación para la Defensa de las Democracias, un centro de investigación estadounidense de tendencia neoconservadora, "todas las miradas están puestas en Fordow".

En esta planta de enriquecimiento de uranio "no se han observado daños", según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

A diferencia de las instalaciones de Natanz e Isfahán, esta se encuentra a gran profundidad, a unos cien metros bajo tierra, fuera del alcance de las bombas israelíes.

"Solo Estados Unidos tiene la capacidad convencional" para destruir una instalación de este tipo, aseguró a la AFP Mark Schwartz, general estadounidense que sirvió en Oriente Medio y ahora experto del centro de estudios Rand Corporation.

Esta "capacidad convencional", es decir, no nuclear, es la GBU-57.

Una intervención de este tipo "tendría un alto coste político para Estados Unidos", estima Behnam Ben Taleblu. Y "no es la única solución", añade.

En ausencia de esta bomba estadounidense, un ataque israelí contra un complejo subterráneo como Fordow podría implicar "intentar atacar las entradas, derrumbar lo que se pueda, cortar la electricidad", enumera este experto. Esta estrategia parece haberse hecho en la planta de Natanz.

Además, existe una instalación nuclear reciente y poco conocida cerca de Natanz "probablemente incluso a mayor profundidad que Fordow" y "donde uno se pregunta qué está pasando allí", concluye.

"Sobre sus hombros"

Un indicio más de que la decisión se acerca es el aparente esfuerzo de la Casa Blanca para evitar una reacción negativa del movimiento ultraconservador "Haz que Estados Unidos vuelva a ser grande otra vez", más conocido como MAGA, por sus siglas en inglés.

Hay una creciente oposición a cualquier intervención en Irán por el ala aislacionista de la base trumpista, a la que el presidente prometió mantener a Estados Unidos fuera de guerras como las de Irak y Afganistán.

El vicepresidente JD Vance defendió a su jefe, al decir que Trump se ha "ganado cierta confianza" y que "puede decidir que necesita tomar medidas adicionales para acabar con el enriquecimiento (de uranio) iraní".

"Habiendo visto esto de cerca y personalmente, puedo asegurarles que él sólo está interesado en usar a los militares estadounidenses para lograr los objetivos del pueblo estadounidense", dijo Vance, veterano de Irak, en un guiño a los escépticos de MAGA.

El propio Trump dejó entrever su estado de ánimo: republicó un comentario del embajador de Estados Unidos en Israel, Mike Huckabee, un cristiano evangélico.

"Las decisiones que recaen sobre sus hombros no me gustaría que las tomara nadie más. Tiene muchas voces que le hablan, Señor, pero sólo hay UNA voz que importa. SU voz", dijo Huckabee.

El obstáculo: el Congreso

La Constitución estadounidense establece que solo el Congreso tiene la facultad de declarar la guerra a otro país, pero el presidente tiene autoridad para ordenar algunas acciones militares de alcance limitado.

El senador Bernie Sanders y otros legisladores del Partido Demócrata presentaron el martes una resolución para prohibir al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el uso de la fuerza militar contra Irán sin autorización previa del Congreso.

En un comunicado para presentar la iniciativa, titulada ‘No a la guerra con Irán’, Sanders afirmó que los ataques ordenados por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, contra la República Islámica «violan el derecho internacional y corren el riesgo de desencadenar una guerra regional».

“Nuestros Padres Fundadores confiaron el poder de declarar la guerra exclusivamente a los representantes electos del pueblo en el Congreso. Es imperativo dejar en claro que el presidente no tiene autoridad para iniciar otra guerra costosa sin autorización explícita del Congreso”, subrayó el senador por Vermont.

Además de Sanders, la resolución cuenta con el respaldo de los senadores Peter Welch, Elizabeth Warren, Jeff Merkley, Chris Van Hollen, Ed Markey, Tammy Baldwin y Tina Smith.

En paralelo, el también senador demócrata Tim Kaine presentó otra resolución que insta al Congreso a llevar a cabo “un debate y una votación inmediatos antes de autorizar cualquier acción militar estadounidense contra Irán”.

Ni siquiera todos los legisladores más fieles a Trump están de acuerdo con intervenir militarmente en Irán.

“Cualquiera que babee por que Estados Unidos se involucre de lleno en la guerra entre Israel e Irán no es un partidario de MAGA”, escribió Marjorie Taylor Greene, representante por Georgia, y una de las seguidoras más fieles a Trump.

Con información de AFP

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