"El cambio de gobierno para este sector fue muy positivo", dijo Diego Sardano, tercera generación al frente de una inmobiliaria en Lanús, periferia sur de Buenos Aires. "Favorece la estabilidad del dólar y la oferta de créditos que no había desde 2017", explicó.
"Con el gobierno anterior pasábamos meses y meses sin hacer ni una venta. Ahora tenemos cinco mensuales", dijo.
Pero opinó que se llegó a un techo "porque el poder adquisitivo de la gente no aumenta".
Un peso fuerte en relación al dólar favorece a quienes viajan al exterior, pero perjudica a los operadores de destinos nacionales, donde las reservas cayeron en picada.
Brasil se ha tornado barato para los argentinos, y los aviones "despegan llenos" al país vecino, dijo a la AFP Sandra Peliquero, con 30 años en el rubro turístico.
Entre enero y abril unas 6 millones de personas viajaron fuera de Argentina, 70% más que en igual período de 2024, mientras ingresaron solo dos millones de visitantes extranjeros, un 21% menos, la cifra más baja de la última década.
Para pocos
A la fiesta del consumo argentino asiste un grupo selecto de la población. Apenas un 6% pertenece a la clase alta y 50% a la clase baja, con ingresos inferiores a 960 dólares al mes.
La clase media, otrora principal motor del consumo, es la más golpeada por los ajustes del gobierno.