La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, dijo a periodistas este mes que su Gobierno está fortaleciendo su programa "México te Abraza" para recibir a los migrantes mexicanos que regresan voluntariamente de Estados Unidos para garantizar que "no sean sujetos a ningún acto de corrupción por parte de aduanas o de migración cuando entren a nuestro país".
El programa ofrece un apoyo en efectivo de 100 dólares, colocación laboral, transporte gratuito a sus lugares de origen y facilidades para importar bienes, pero la familia regresó antes de que estuviera vigente.
Al ponerse el sol, el aire seco del desierto se volvió frío. La familia se preguntaba dónde pasaría la noche y cómo llegaría a Michoacán, a unos 2,000 kilómetros de distancia. Por suerte para ellos, los divisó Francisco Olachea, un enfermero de Voices from the Border, una organización humanitaria que trabaja en ambos lados de la frontera.
Olachea recuerda haberse acercado a la familia que lloraba a las afueras de la aduana y haberles ofrecido ayuda. Cargaron sus pertenencias en la ambulancia de la ONG y en una camioneta alquilada, pagada por Olachea y otra ONG, Salvavision.
Esa noche, Olachea los llevó a Ministerios NANA, una organización cristiana en la ciudad fronteriza Nogales. Les ofrecieron agua, fruta, café y pozole, un caldo tradicional mexicano hecho con granos de maíz, carne y verduras. Los cuatro pasaron la noche en una pequeña habitación.
Juntos, Voices from the Border y Salvavision recaudaron poco más de 1,000 dólares para comprar los boletos de autobús de la familia a Michoacán y enviar algunas pertenencias a casa de la madre de Coria en bolsas negras de basura. Lo que no pudieron enviar fue donado a la iglesia donde pasaron la noche.
El 20 de enero la familia regresó a Uruapan.
Los cuatro compartían una pequeña habitación sin puertas en la casa con techo de lámina de la madre de Coria. Dormían en el suelo y los niños compartían una cama sin colchón. Más tarde, se mudaron a una habitación aún más pequeña en casa de una tía.
León finalmente encontró trabajo en un taller mecánico. Coria atiende en un restaurante de comida china. Los niños se quejan por irse de Estados Unidos. Carlos pide su bicicleta; Naomi está olvidando su inglés.
En junio, a través de una carta de 62 páginas a la que Reuters tuvo acceso, la aduana les informó que su camioneta había sido incautada y se había convertido en propiedad del fisco federal. Además, les notificaron que debían el equivalente a 18,000 dólares en derechos de aduana por traer la F-150 a México.