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Los aranceles de Trump dañan la relación de EU con sus aliados estratégicos

La imposición unilateral de tarifas aduaneras puso al comercio sobre las demás prioridades de la relación bilateral de Canadá, la UE y Japón.
lun 15 septiembre 2025 05:55 AM
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, habla con los medios de comunicación antes de abordar el Air Force One para partir hacia Washington, en el Aeropuerto Municipal de Morristown en Morristown, Nueva Jersey, EE. UU., el 14 de septiembre de 2025.
Donald Trump usa los aranceles como su arma favorita de negociación y presión en su política exterior.

Donald Trump usa los aranceles como su arma favorita de negociación y presión en su política exterior. Aunque el objetivo en la mayoría de los casos es económico —pues el presidente argumenta que busca regresar miles de empleos a Estados Unidos y reindustrializar el país—, otras veces persigue fines políticos.

La mayoría de los análisis se centran en las consecuencias económicas, legales y políticas de los aranceles, pero se ha prestado poca atención a los efectos que estas tarifas aduaneras tendrán en la relación de Estados Unidos con sus aliados más cercanos; al menos, con quienes lo eran hasta la llegada del republicano a la Casa Blanca.

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Estas son las implicaciones de los aranceles en las relaciones bilaterales de Estados Unidos con Canadá, la Unión Europea y Japón.

Canadá, de socio al adversario más golpeado

El vecino del norte de Estados Unidos, Canadá, es quien sufre los golpes más duros de la política arancelaria de Washington. Estados Unidos impuso aranceles de 35% a todas las exportaciones canadienses por, supuestamente, no hacer lo suficiente para frenar el tráfico de fentanilo y de personas en su frontera con Estados Unidos, aunque la cantidad es mínima.

La respuesta del país de la hoja de Maple hasta ahora ha sido enérgica y ambiciosa, con la imposición de aranceles recíprocos y otras medidas de represalia.

Pero a medida que los aranceles estadounidenses comienzan a morder, la economía canadiense comienza a sufrir. El PIB de Canadá se redujo 1.6 % en el segundo trimestre de 2025, en gran parte debido a la caída de las exportaciones, y su tasa de desempleo superó el 7% en agosto.

Estas consecuencias han obligado a Canadá a desarrollar un nuevo plan para enfrentarse a los Estados Unidos antagónicos. Se basa en tres pilares: unificar su economía a nivel nacional, reforzar el gasto militar y buscar vínculos más profundos con los aliados europeos.

“Cada uno implica una ruptura radical con el pasado”, indica un análisis del Consejo de Relaciones Exteriores.

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La realineación estratégica de Canadá requerirá tiempo para reducir gradualmente su dependencia económica y militar de los Estados Unidos y fomentar nuevas relaciones en Europa y Asia.

El primer ministro de Canadá, Mark Carney, ha contado hasta ahora con un fuerte apoyo público en sus esfuerzos para lidiar con lo que llamó la semana pasada "no una transición [sino] una ruptura" en la relación de Canadá con los Estados Unidos, pero puede que no tenga todo el tiempo que necesita.

El acuerdo con la UE, ¿una oportunidad para que Europa despierte?

Cuando la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se reunió con Donald Trump en su complejo de golf Turnberry en Escocia a finales de julio, el resultado fue un acuerdo comercial imperfecto y unilateral, que beneficiaba solamente a Estados Unidos.

“Sin embargo, el acuerdo de Turnberry podría marcar el inicio del despertar estratégico de Europa”, señala un análisis de Consejo de Relaciones Exteriores. “A corto plazo, afianza la dependencia de Europa de los Estados Unidos, especialmente en energía y defensa, pero esta dependencia forzada también está poniendo en marcha las dinámicas que remodelarán la postura geopolítica de Europa en tres áreas críticas a medio y largo plazo”.

Bruselas está acelerando las conversaciones comerciales con Canadá, Japón y Corea del Sur, mientras que el acuerdo de libre comercio con Mercosur, el bloque comercial sudamericano formado por Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, conduciría a la mayor zona de libre comercio del mundo, con el proceso de ratificación ya oficialmente en marcha.

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El acuerdo de Turnberry también ha servido para reforzar los argumentos a favor de una mayor inversión en la defensa europea que se puso en marcha en la primavera de 2025. Si las amenazas arancelarias de Trump pudieran aprovecharse a cambio de vagas promesas de garantías de seguridad de los Estados Unidos, entonces Europa debe (y reducirá) su dependencia del poder militar de los Estados Unidos a medio plazo.

La política energética europea se está sometiendo actualmente a una reevaluación estructural.

Mientras que el compromiso de la UE con el gas natural líquido de los Estados Unidos mantiene la dependencia a corto plazo, la lección política se ha internalizado: Europa no puede permitirse cambiar la dependencia de los oleoductos rusos por la dependencia de los petroleros estadounidenses. La respuesta lógica será duplicar la energía renovable.

Los aranceles en Japón pone en riesgo su presencial en el Pacífico

Las primeras señales de la segunda administración de Trump apuntan a un camino aún más difícil incluso para los aliados más cercanos de Estados Unidos en Asia.

Su fuerte interrupción del comercio internacional se ha tambaleado al borde de afectar a la cooperación de seguridad aliada, ya que el presidente ocasionalmente expresa su disgusto por el tratado con Japón.

Sin embargo, el aspecto más preocupante de este nuevo enfoque de política exterior de los Estados Unidos es su abandono de las ideas que sustentaron el orden internacional de la posguerra. Si Washington ya no aboga por el mundo económico que ayudó a construir, ¿también abandonará los compromisos de seguridad global que mantuvieron bajo control a sus aliados y adversarios?

Varios aspectos de este tumulto comercial temprano tienen implicaciones para los lazos de seguridad de los Estados Unidos en Asia. En primer lugar, la imprevisibilidad de la toma de decisiones, incluido el martillo de altos aranceles, de vez en cuando, dificulta la gestión de alianzas.

En segundo lugar, los fuertes lazos corporativos contribuyen a la fortaleza de Estados Unidos.

Las alianzas asiáticas han sido una fortaleza para Estados Unidos, pero la reciente confusión sobre su política arancelaria probablemente debilite la confianza empresarial, e incluso podría desalentar la inversión en el país..

En tercer lugar, es probable que las solicitudes de Estados Unidos para que Japón aumente el gasto en defensa y el apoyo de la Nación Anfitrión inviten a la ira entre los japoneses que ven su economía como la principal prioridad.

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