La realineación estratégica de Canadá requerirá tiempo para reducir gradualmente su dependencia económica y militar de los Estados Unidos y fomentar nuevas relaciones en Europa y Asia.
El primer ministro de Canadá, Mark Carney, ha contado hasta ahora con un fuerte apoyo público en sus esfuerzos para lidiar con lo que llamó la semana pasada "no una transición [sino] una ruptura" en la relación de Canadá con los Estados Unidos, pero puede que no tenga todo el tiempo que necesita.
El acuerdo con la UE, ¿una oportunidad para que Europa despierte?
Cuando la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se reunió con Donald Trump en su complejo de golf Turnberry en Escocia a finales de julio, el resultado fue un acuerdo comercial imperfecto y unilateral, que beneficiaba solamente a Estados Unidos.
“Sin embargo, el acuerdo de Turnberry podría marcar el inicio del despertar estratégico de Europa”, señala un análisis de Consejo de Relaciones Exteriores. “A corto plazo, afianza la dependencia de Europa de los Estados Unidos, especialmente en energía y defensa, pero esta dependencia forzada también está poniendo en marcha las dinámicas que remodelarán la postura geopolítica de Europa en tres áreas críticas a medio y largo plazo”.
Bruselas está acelerando las conversaciones comerciales con Canadá, Japón y Corea del Sur, mientras que el acuerdo de libre comercio con Mercosur, el bloque comercial sudamericano formado por Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, conduciría a la mayor zona de libre comercio del mundo, con el proceso de ratificación ya oficialmente en marcha.