El director del FBI, Kash Patel, dijo que los dos miembros de la Guardia Nacional esyaban gravemente heridos. al aclarar versiones erradas que los habían reportado como muertos.
"Dos de nuestros valientes miembros de la Guardia Nacional fueron atacados en un espantoso acto de violencia. Recibieron disparos. Se encuentran en estado crítico", declaró Patel en una conferencia de prensa.
Los miembros de la Guardia Nacional fueron alcanzados por disparos cerca de la Casa Blanca, lo que provocó el cierre del edificio, con el presidente Donald Trump ausente en Florida, y una respuesta masiva de las fuerzas del orden en la zona.
La policía de Washington dijo que un sospechoso fue detenido.
La policía acordonó la escena del tiroteo. Agentes del FBI, el Servicio Secreto y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos estaban en la escena, mientras las tropas de la Guardia Nacional permanecian cerca.
El presidente Donald Trump, quien se encuentra en Florida para celebrar Acción de Gracias, advirtió en un comunicado que el tirador, al que calificó de "animal", "pagará un precio muy alto" por el ataque.
"Dios bendiga a nuestra Gran Guardia Nacional, y a todos nuestros militares y agentes de la ley. Estas son realmente grandes personas", escribió Trump en Truth Social. "¡Yo, como Presidente de los Estados Unidos, y todos los asociados con la Oficina de la Presidencia, estoy con ustedes!".
"Les pido que recen conmigo por los guardias nacionales baleados hace instantes en Washington", escribió la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem.
Stacey Walters, de 43 años, se encontraba en un Uber cerca de la Casa Blanca alrededor de las 14.15 hora local (13:15, tiempo del centro de México) cuando escuchó dos fuertes estruendos y vio a niños pequeños y otros peatones huyendo del lugar.
Walters dijo a Reuters que escuchó a alguien gritar "¡Ayuda! ¡Ayuda!" y vio lo que parecían ser agentes del Servicio Secreto de Estados Unidos corriendo tras alguien con una sudadera con capucha.
Cientos de agentes de la Guardia Nacional patrullan Washington D.C. desde agosto, despues de Trump emitiera una orden de emergencia, que federalizaba a la policía local y ordenaba el envío de tropas a la capital y seis estados más.