Priistas y perredistas cruzan acusaciones por violencia en Guerrero
El asesinato del alcalde perredista de Pungarabato, Ambrosio Soto Duarte, ha provocado confrontaciones entre perredistas y priistas que han alcanzado al gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo y la nueva líder del PRD, Alejandra Barrales.
Desde el ataque mortal al edil ocurrido hace casi una semana, la dirigencia nacional y estatal del PRD ha reprochado “la indolencia” del gobierno de Astudillo y la federación —ambas administraciones priistas— ante la crisis de seguridad pública que se vive en el estado.
El martes, Evodio Velázquez Aguirre, alcalde y vocero de los presidentes municipales del PRD, culpó al gobierno estatal y federal por no haber brindado garantías de seguridad a Soto Duarte.
“La respuesta del gobierno federal y estatal fue insuficiente, poco estratégica y, sobretodo, sin efectividad contra el flagelo social de la violencia generada por los grupos criminales, a pesar que se advirtió de la posibilidad de que existiera un atentado contra la vida de nuestro compañero”, sostuvo el edil perredista.
Ante el reclamo, el gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores, respondió que el asesinato fue un asunto de seguridad y no político.
“Yo voy a contestarles con una gran precisión y claridad: yo me he hecho a la idea de que este es un tema de seguridad, no es un tema político, por lo tanto ese es todo mi comentario”, sostuvo el mandatario.
Este jueves, la presidenta nacional del sol azteca, criticó la respuesta del gobernador guerrerense al asesinato del edil, debido a que éste declaró que le llamaba la atención, que el alcalde hubiera realizado el viaje a "una zona de alta peligrosidad" ( Tierra Caliente de Michoacán) en horas inconvenientes "a sabiendas de que había sido reiteradamente amenazado".
“No aceptamos, la respuesta irresponsable del gobernador Astudillo que señala prácticamente como si hubiera toque de queda en Guerrero, o sea, no podemos aceptar que la respuesta sea que los presidentes municipales traigan chalecos blindados, traigan escoltas, traigan autos blindados, porque nos parece que eso no resuelve nada”, reprochó la exsenadora.
En contraparte, legisladores locales y regidores priistas de Acapulco, salieron en defensa de Astudillo y exigieron al alcalde de Acapulco, dejar “de utilizar de forma política” el asesinato del edil de Pungabarato y le pidieron asumir su responsabilidad de dar seguridad en su municipio que también es afectado por la violencia y la inseguridad.
“Tenemos a un alcalde que mientras asesinan a personas en Acapulco, hace grilla en México vestido de amarillo”, sostuvo el diputado local, Samuel Resendiz.
Violencia, herencia del PRD
El secretario general de Gobierno de Guerrero, Florencio Salazar Adame, también responsabilizado en un comunicado, a las anteriores administraciones perredistas por el nivel de violencia en la entidad, al señalar que dejaron en el “abandono” las acciones en combate a la delincuencia.
“El gobernador Astudillo, en los ocho meses que tiene al frente de la administración estatal, ha enfrentado innumerables problemas, que van desde el paro laboral, vandalismo aunado a la protesta social; y como consecuencia del abandono en la acción de gobierno de las administraciones emergidas del PRD, la ingobernabilidad en Guerrero.
“En los hechos la administración estatal ha asumido la responsabilidad de la seguridad pública en algunos municipios, ante el incumplimiento de las responsabilidades de sus ediles, como es el caso de Acapulco”, sentenció.
Tras esas declaraciones, la dirigencia del PRD en Guerrero exigió la renuncia del secretario General de Gobierno, Florencio Salazar Adame por “haber arremetido” en contra del alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre.