Asesinatos y secuestros masivos ponen en jaque al gobierno de Guerrero
A más de un año de que Héctor Astudillo asumiera el gobierno de Guerrero —el 27 de octubre de 2015—, los crímenes violentos mantienen en jaque a las autoridades locales, a pesar de que el priista asumió las riendas del estado con la promesa de reducir los índices delictivos.
De enero a octubre de 2016, en Guerrero se registraron 1,832 asesinatos, según cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP). Esto es 10.9% más de lo que hubo en el mismo periodo de 2015, cuando se contaron 1,651 homicidios dolosos.
Este año, los meses más violentos en este rubro han sido agosto, con 217 casos; julio, con 215, y junio, con 195.
Los asesinatos mantienen una alta incidencia a pesar de que, desde septiembre pasado, cinco municipios del estado se sumaron a la estrategia del gobierno federal para combatir la violencia en las 50 localidades más peligrosas del país.
Tan sólo el domingo pasado, al menos 22 personas fueron asesinadas —los recuentos de algunos medios de comunicación ubicaban la cifra en 30 a lo largo del puente vacacional—. De ellas, cuatro fueron decapitadas y cinco desmembradas, informó el delegado de la Secretaría de Gobernación (Segob), Roberto Álvarez Heredia, quien detalló que los cadáveres fueron localizados en un paraje del municipio de Tixtla.
Hechos similares también se han registrado en municipios de la región de Tierra Caliente como Arcelia y Teloloapan, donde recientemente las autoridades instalaron tres bases de operaciones mixtas integradas por militares y policías estatales.
Otros puestos de control se han instalado en la carretera federal Iguala-Ciudad Altamirano, con la finalidad de reforzar la revisión de vehículos y personas, así como las tareas de inteligencia que permita detener a miembros del crimen organizado.
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Los secuestros masivos
Además de los asesinatos, otro crimen que genera preocupación en Guerrero es el secuestro masivo, que se produce por las disputas entre grupos de la delincuencia, de acuerdo con las autoridades.
Uno de los casos más recientes ocurrió la semana pasada, la noche del jueves, cuando un grupo de entre 40 y 60 hombres armados irrumpió en el municipio de Ajuchitlán y se llevó a 13 personas, entre ellos menores de edad, confirmó horas después el delegado de la Segob.
El hecho fue atribuido al grupo Los Tequileros, que sostiene una disputa con La Familia Michoacana por el control de Tierra Caliente. En enero pasado hubo un suceso parecido, en el que la agrupación Los Tequileros se llevó a 25 pobladores de la comunidad de El Salitre, en el municipio de Arcelia.
Sobre el secuestro masivo de la semana pasada, el delegado de la Segob confirmó a Expansión que, hasta la fecha, tres de los 13 cautivos ya han sido liberados.
“Desconozco (si pagaron rescate), pero como son secuestros se tiene que mantener con mucho cuidado la información”, dijo el funcionario, y agregó que este tipo de acciones son un “desafío” de la delincuencia hacia la autoridad.
El fin de semana, el gobernador Astudillo reconoció que los secuestros masivos son “un problema recurrente” en ciertas localidades. Frente a esto, aseguró que su gobierno libra una “absoluta batalla” contra los delincuentes.
“Desde que se conoció este asunto, hay una intervención por parte de la fiscalía, de la policía del estado, y en una operación coordinada también con el Ejército mexicano, a casi todos los hemos siempre rescatado”, dijo.
Astudillo, exalcalde de Chilpancingo, la capital guerrerense, ganó las elecciones de 2015 con la promesa de solucionar problemas que, afirma, crecieron durante los mandatos del PRD en la entidad.
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