Las claves del caso de Mario Villanueva y de su regreso a prisión en México
Mario Villanueva Madrid, exgobernador de Quintana Roo preso en Estados Unidos por lavado de dinero, llegó este miércoles a la Ciudad de México, donde tiene una condena pendiente de siete años con 11 días, de los más de 28 años que un juez le impuso en 2007 por fomentar el narcotráfico y blanqueo de recursos.
Villanueva es el más alto funcionario mexicano juzgado en EU. En 2001, fue acusado de facilitar el transporte de droga entre Colombia y EU durante su administración (1994-1999), así como de recibir miles de dólares por cada cargamento que dejaba pasar al cártel de Juárez.
Ahora, con su regreso a México, el político de origen priista ha afirmado que buscará el beneficio de la prisión domiciliaria debido a la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) que padece, según una carta que su hijo, el diputado local Mario Villanueva Teorio, presentó en diciembre a medios.
Reciben elementos de @PGR_AIC a Mario Ernesto Villanueva Madrid a las 12:40 en el AICM y cumplimentan orden de reaprehensión pic.twitter.com/9cpq5VtlQV
— PGR México (@PGR_mx) January 18, 2017
En este texto te presentamos las claves de este caso, que puso a la vista la penetración del narcotráfico en las esferas de poder político en México.
Recomendamos: Villanueva, el más alto funcionario juzgado en EU
La relación con el cártel de Juárez
De acuerdo con la Oficina Federal de Investigación de EU (FBI, por sus siglas en inglés), el exgobenador brindó apoyo estatal y federal al cártel de Juárez para que transportara droga de Centroamérica hacia el norte. Por esta acción, supuestamente recibía pagos de entre 400,000 y 500,000 dólares por cargamento.
Aún sin terminar su mandato, en 1999 la Procuraduría General de la República (PGR) inició una investigación en su contra y, una semana antes de entregar el cargo a su sucesor, Joaquín Hendricks Díaz, Villanueva huyó.
El pacto
Tras fugarse, Villanueva envió una carta a los medios en la que se defendió de las acusaciones y aseguró que se le perseguía por razones políticas, debido a la “evolución del sistema de partidos y del PRI de cara al proceso de la sucesión presidencial del año 2000”.
“Acosado por una investigación dirigida a incriminarme a toda costa en delitos de tráfico y consumo de drogas, me vi en la necesidad de adoptar una decisión personal sumamente difícil: abandonar mi terruño para no ser objeto de encarcelamiento", expuso.
Con la llegada de Vicente Fox a la presidencia en el 2000, aceptó entregarse, pero fue detenido antes.
Los años en Almoloya
En mayo de 2001, fue arrestado en un retén en el municipio de Benito Juárez (Cancún), donde había sido alcalde de 1990 a 1993.
Desde entonces comenzó una historia de cárceles y juzgados de México y EU. Tras su detención fue enviado al penal de alta seguridad del Atiplano, en el Estado de México, donde estuvo hasta el 21 de junio de 2007, cuando el juez que llevó su caso lo absolvió de todos los delitos, excepto de lavado de dinero, por el que le impuso los seis años de prisión que ya había pasado tras las rejas.
La extradición
Al salir de prisión, autoridades mexicanas lo volvieron a detener para enviarlo al Reclusorio Norte, en la Ciudad de México, para seguir el proceso de extradición a EU que la PGR ya había promovido.
En él, la procuraduría apeló la sentencia absolutoria del juez y, en junio de 2007, el magistrado de apelación condenó a Villanueva a una nueva pena de 36 años y nueve meses de prisión por los delitos de fomento al narcotráfico, asociación delictuosa y lavado de dinero. Por medio de amparos, la sentencia se redujo a 28 años, ocho meses y siete días, pero se le descontó el tiempo que ya había pasado en Almoloya.
El proceso de extradición concluyó con la entrega del exgobernador a las autoridades estadounidenses el 8 de mayo de 2010.
Lee: La extradición, un camino recorrido por algunos narcotraficantes
La investigación en EU
El caso de Villanueva llamó la atención de autoridades estadounidense debido a los ingresos que recibió el exgobernador mientras estaba en el cargo.
Fue entonces que el llamado fiscal de Wall Street, Preet Bharara, acudió a las cortes estadounidenses, donde se detectó que el mexicano había incurrido en lavado de dinero, a través de la ahora desaparecida firma Lehman Brothers.
De acuerdo con la acusación, Villanueva transfirió 7 millones de dólares con una cuenta en Banamex a nombre de una familia falsa, administrada por Consuelo Márquez, una representante de la firma financiera que se declaró culpable en 2005.
Los años en EU
La corte estadounidense lo absolvió de las acusaciones por narcotráfico, pero no de las relacionadas con lavado de dinero, por las que fue condenado a 17 años de prisión en 2013 .
“En Estados Unidos me condenaron en junio de 2013 por el delito de lavado de dinero (el mismo que en México) y sobreseyeron todos los cargos de narcotráfico, es decir, me absolvieron de ellos. Por la presión del Gobierno Mexicano y porque me negué a colaborar con la fiscalía, me impusieron una pena muy alta, de 17 años de prisión”, afirma Villanueva en su nueva carta.
Debido a los años de prisión que ya había pasado en México por lavado de dinero, el juez Víctor Marrero de Nueva York redujo la sentencia; por ello, sólo pasó seis años y siete meses en una prisión estadounidense.
“De los 17 años, cumplí seis años y siete meses en prisión, porque me acreditaron los nueve años que estuve en prisión en México: seis años y 26 días en la prisión de máxima seguridad de Almoloya, y tres en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México. Me acreditaron en Estados Unidos ese tiempo, porque el fiscal y el juez reconocieron que se trata de los mismos hechos por los que me juzgaron en México”, detalla en su misiva.
Salió de prisión el 23 de diciembre pasado y después de varias semanas de permanecer en un Centro de Atención a Migrantes en Louisicana, llegó a la Ciudad de México y fue trasladado a un hospital para su valoración médica.
La petición de prisión domiciliaria
En diciembre pasado, su hijo aseguró que los abogados de su padre solicitarían a las autoridades mexicanas que la sentencia se cumpla en un domicilio, debido a la EPOC que tiene el exfuncionario.
Explicó que la enfermedad se le complicó en el penal de Almoloya por una gripa que se convirtió en asma, y luego por un incendio al que Villanueva estuvo expuesto y durante el cual estuvo respirando humo varias horas.
El Centro Federal de Readaptación Psicosocial (Ceferepsi), que atiende a prisioneros con problemas mentales, es el único lugar que cuenta con la infraestructura para la atención que Villanueva requiere.
¿Un tema político?
El legislador local dijo que confía en que el caso de su papá no se convierta en un asunto político y en que le concedan la prisión domiciliaria, pues tienen documentos de médicos estadounidenses que acreditan su padecimiento.
“Confiamos que el gobierno del presiente Enrique Peña Nieto no va a actuar igual que sus antecesores, que lamentablemente vieron el tema de mi padre como un tema político”, aseguró el hijo del polémico exfuncionario.