En el Presupuesto 2018, más dinero a programas opacos en educación
El aumento en el gasto en materia de educación aprobado por la Cámara de Diputados para el próximo año está dirigido a programas con fines educativos que no tienen reglas de operación, y en los que en otros años se han ejercido más recursos de los asignados, señala un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
En el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) , estos programas representan el 58.6% de los 5,972 millones de pesos que se ampliaron para educación; tal es el caso de los subsidios a las universidades estatales, que los diputados decidieron aumentar para 2018.
El problema con estos recursos es que, al no tener reglas de operación, los recursos muchas veces son destinados a cubrir gastos de operación, nómina y pensiones, alerta Fiorentina García Miramón, investigadora del CIEP.
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La especialista subraya que el aumento a los subsidios resulta “muy peligroso” porque, al no haber lineamientos específicos, no se puede determinar las razones por las que los centros de estudios deban recibir más recursos.
Además, recuerda que estos programas tienen problemas con la distribución de recursos de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF) , debido a que no tienen reglas de operación específicas y no hay un mecanismo para que la Secretaría de Educación Pública (SEP) transfiera los recursos de forma equitativa.
“El aumento de recursos a este tipo de programas promueve la inequidad en las universidades estatales y también la opacidad del ejercicio del gasto”, afirmó la especialista en entrevista.
Gastan mucho más
Las adecuaciones a los programas educativos sin reglas de operación no son un caso propio de este año.
García Miramón detalla que, desde 2013 y hasta el año pasado, sólo cinco programas que han sido considerados en el presupuesto educativo se han gastado conforme a lo aprobado, mientras que el resto han hecho sobregastos que van de los 17,467.8 hasta los 34,246.5 millones de pesos.
Tan sólo en 2016 se otorgaron 961.9 mdp para estos rubros, pero al final hubo un gasto de 17,041.3 mdp, es decir, 1,671 % más.
En ese año, de los 74 programas ejercicios, 36 gastaron más del presupuesto aprobado. El programa con mayor diferencia fue el de Apoyos a Centros y Organizaciones de Educación, que tiene por objeto apoyar a las entidades en sus gastos de operación y prestaciones de servicios en educación media y superior.
Uno de los programas que son difíciles de calificar, dijo, es el de Desarrollo Profesional Docente, del que no se tienen cifras de cuántos maestros realmente fueron capacitados, uno de los objetivos principales de la reforma educativa impulsada por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
“Más allá de la recentralización de la nómina educativa, el presupuesto educativo no tuvo una transformación sustancial para impulsar la reforma”, comentó García Miramón.
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Los subejercicios
En estos programas también hay casos en que no se gastan todos los recursos aprobados, como es el caso del Programa de Inclusión y Alfabetización Digital, que tuvo un subejercicio del 93.2% de su presupuesto el año pasado.
La estrategia que estaba destinada a entregar dispositivos electrónicos sólo ejerció 111.9 mdp de los 1,641.9 mdp aprobados, detalló el CIEP en su análisis.
“No se están gastando los recursos para los programas que tienen que ver con desarrollo profesional profesional docente, programas de becas, que es muy importante porque tiene un impacto directo en el acceso a la educación, y en programas que tienen reglas de operación, por lo que debería gastarse conforme a lo planeado (escuelas de tiempo completo, programa nacional de convivencia escolar y programa de reforma educativa)”, consideró García Miramón.
Hacia el futuro
Para la especialista, si se sigue sobrepasando el gasto es porque el ciclo presupuestario no está siendo efectivo, no se están planeando bien los recursos que las instituciones necesitan para llevar a cabo sus acciones y tampoco se están ejecutando bien los recursos de una manera eficiente.
"Se están desperdiciando recursos y esa ejecución no está siendo supervisada con una correcta rendición de cuentas por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Esto es un síntoma de un sistema hacendario con poca rendición de cuentas y falta de voluntad para solucionar el problema, porque año con año se sigue sobrepasando en los mismos programas”, señaló la investigadora.
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Para el presupuesto del 2019, dijo, es urgente hacer una revisión de la estructura programática para que esté enfocada en la eficiencia de los recursos y la efectividad de los programas.
“No sólo en educación, sino en todos los programas, pero en educación se tiene que hacer con una perspectiva o con miras a considerar todos los elementos del sistema educativo y, sobre todo, con el federalismo, es decir, identificar de qué es responsable la Federación y de qué son responsables los estados”, finalizó.