OPINIÓN: Siete meses de incertidumbre tras la renuncia de Carstens

Nota del editor: Gabriel Casillas es vicepresidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivo de Finanzas (IMEF). Las opiniones que se expresan en la columna son exclusivas del autor.

(Expansión) — El pasado 1 de diciembre, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, anunció su salida del banco central, efectiva a partir del 1º de julio. La renuncia del Gobernador responde a su designación como gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés). Cabe destacar que esta posición es de gran prestigio internacional, debido a que el BIS se le considera “el banco central de los bancos centrales” y que entre otras funciones, se encarga de asistir en la regulación financiera global, como es el caso de los acuerdos de capital y liquidez de Basilea. En este sentido, el Dr. Carstens será la primera persona originaria de un país emergente, y claramente el primer mexicano, que logra asumir esta posición.

Dentro de los mayores logros de Agustín Carstens al frente del Banco de México, destaca la publicación de las minutas de las reuniones de política monetaria. Asimismo, en su periodo como gobernador, la inflación anual no solo alcanzó el objetivo de largo plazo de 3%, sino su nivel más bajo en la historia de nuestro país.

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En este sentido, la exitosa trayectoria del Dr. Carstens hace que su reemplazo no sea asunto sencillo. No obstante lo anterior, consideramos que el altísimo nivel de institucionalidad y profesionalismo del staff del Banco de México, así como la cantidad importante de mexicanos cuyas credenciales van más allá de los requisitos para liderar nuestro banco central de manera exitosa, nos permiten proyectar un futuro promisorio para este pilar de estabilidad macroeconómica. En una institución sólida los logros no se atribuyen a una sola persona.

El único tema en el que el Comité Nacional de Estudios Económicos (CNEE) del IMEF tiene cierta inquietud, es el tiempo de transición entre el anuncio de la renuncia y el momento en el que se hará efectiva, siete meses después. El comité aprecia el gesto del Dr. Carstens en quedarse al frente de la institución durante la transición presidencial en Estados Unidos, que ha sido y será particularmente compleja. No obstante lo anterior, el comité considera que esto en lugar de haber provocado un solo momento de incertidumbre con la renuncia de Agustín Carstens y una pronta designación de un nuevo gobernador, la incertidumbre se va a extender siete meses más.

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Esto, por ejemplo, genera que la pregunta “¿Quién va a ser el nuevo gobernador del Banco de México?” se vuelva tema obligado y recurrente en cualquier plática o discurso con el público inversionista.

Visto de otra manera, por qué si el Banco de México tiene un grado tan alto de institucionalidad y hay una cantidad importante de mexicanos con las credenciales académicas, la experiencia profesional y el reconocimiento internacional, tenemos que agregar un factor de riesgo con este largo lapso, máxime en un ambiente altamente incierto.

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Un asunto similar ha sido, por ejemplo, el intervalo de tiempo entre la victoria en una elección presidencial en México y la toma de protesta, en donde para disminuir el periodo de incertidumbre se reformó el Artículo 83 constitucional en el 2014, para que en la próxima elección presidencial, se tome protesta el 1 de octubre y no hasta el 1 de diciembre, como ha sido por mucho tiempo.

nullEl nombramiento del Dr. Carstens al frente del BIS es un honor para el país. Sin embargo, sí externamos inquietud por el largo periodo por el que transitará la nación para tener un nuevo gobernador. Al mismo tiempo reafirmamos que el reemplazo al frente del Banco Central deberá ser un economista sólido, de gran prestigio y sobre todo apartidista para que haga valer la autonomía del Banco de México tan sólidamente edificada durante 22 años.

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