El talento artístico de Zaha Hadid, revelado en una exposición
There Should Be No End to Experimentation, la exposición en la que se exploran las primeras obras conceptuales de la fallecida arquitecta británica-iraquí, Zaha Hadid, se inauguró en Hong Kong.
La exposición, concebida originalmente por Hadid y Serpentine Galleries, presenta las pinturas experimentales, los dibujos caligráficos y los bocetos de la ganadora del premio Pritzker. Muchas de las obras presentadas son anteriores a su primer edificio, la estación de bomberos de Vitra en Weil am Rhein, Alemania.
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"Ella fue pionera en muchos sentidos diferentes", dijo a CNN Hans Ulrich Obrist, director artístico de Serpentine Galleries, en un recorrido exclusivo de la exposición. "Ella se imaginó estos edificios que desafían a la gravedad y el flujo asombroso. Las curvas siempre son exóticas y desde luego que, en la época en la que hizo estos dibujos, nadie se habría imaginado que se pudieran construir. Zaha inventó la era digital, antes de todas las herramientas arquitectónicas".
Obrist se detuvo frente a Malevich's Tektonik, una obra en acrílico sobre papel que Hadid creó en 1976. "Obviamente tiene influencias del activismo ruso, de la vanguardia rusa, se inspiró mucho en las primeras décadas del siglo XX en Rusia".
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Aunque la exposición se montó por primera vez en Londres a finales de 2016, la exposición de Hong Kong se expandió con material de archivo adicional, así como con un componente de realidad virtual. Su ubicación en la metrópoli asiática es particularmente relevante en la carrera de la arquitecta.
El diseño de Hadid para un club de esparcimiento, participante en una competencia que se llevó a cabo a principios de la década de 1980 para elegir un proyecto para un monumento arquitectónico en Kowloon, revela la visión pionera de la arquitecta para las formas poco convencionales y la lanzó a la fama internacional.
"Es muy adecuado que la exposición se lleve a cabo en Hong Kong. Es en donde Zaha logró su primer triunfo", dijo Aric Chen, curador de diseño y arquitectura del museo M+.
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"Llamó lo suficiente la atención como para consolidar su reputación en la vanguardia de la arquitectura de la época. Tenía una forma de inventar su propio lenguaje arquitectónico, con el que hacía posible lo imposible", dijo Chen.
Aunque el diseño ganó el primer lugar, nunca se construyó. Sin embargo, Hadid dejó su legado en el paisaje urbano rápidamente cambiante de Asia. Entre sus edificios están la torre Jockey Club Innovation en Hong Kong, el Galaxy Soho en Beijing y la ópera de Guangzhou en el sur de China.
"Sus ideas y su ímpetu por experimentar eran universales. Creo que los resultados resonaban diferente en lugares diferentes", explicó Chen.
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"En China, ciertamente, las formas que creó tocaron profundamente la sensibilidad china. En China hay una larga tradición de pintura de paisaje que infunde un significado realmente sublime a la relación con las montañas, las aguas y otros rasgos naturales y muchos de sus edificios capturan bien esa idea".
