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OPINIÓN: Marihuana, un tema difícil de cabildear en el Congreso

Entre los legisladores mexicanos no existía controversia alguna sobre permitir el uso medicinal y terapéutico del cannabis, sino reservas en la liberalización de la planta que alargaron el debate.
mié 03 mayo 2017 10:14 AM
Lo que sensibilizó a los legisladores
Lo que sensibilizó a los legisladores Esta aprobación tiene su antecedente inmediato en 2015, cuando sale a la luz pública el caso de la niña Grace y se gana el caso SMART en la Suprema Corte. (Foto: © MOISÉS PABLO/CUARTOSCURO.COM)

Nota del editor: Rosemary Safie es directora ejecutiva de Procab y presidenta en Safie Consultores. Internacionalista, especializada en comunicación política y relaciones con gobierno, es cabildera desde hace más de 15 años. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autora.

(Expansión) — De 2006 a la fecha, en el Congreso de la Unión se han presentado 42 iniciativas para la regulación de la marihuana. La mayoría por legisladores de partidos de izquierda, quienes proponen cambiar la manera de abordar el tema de drogas en México, para que se convierta en un asunto de salud pública y deje de ser un tema de seguridad.

Sin embargo, aunque históricamente la izquierda ha sido la principal promotora de esta regulación, la decisión de la senadora del PRI Cristina Díaz de promover la legislación de la marihuana medicinal a partir de conocer el caso de Grace, puede ser el punto de inflexión más importante en marcar un nuevo camino para ésta, al romper los tabús en su partido y dar una postura alternativa al gobierno federal.

OPINIÓN: Marihuana medicinal, el fin de los mitos

Lo logrado en la Cámara de Diputados el 28 de abril, tiene su antecedente inmediato en 2015, cuando sale a la luz pública el caso de la niña Grace y se gana el caso SMART en la Suprema Corte de Justicia, ambos apoyados y acompañados por legisladores de izquierda como Fernando Belaunzaran, Mario Delgado, Martha Tagle, Alejandro Encinas y Vidal Llerenas, por mencionar solo algunos.

Sin embargo, ambos casos lograron llamar la atención de nuevos actores en el legislativo. El caso SMART, por ejemplo, hizo que Roberto Gil, del PAN, presentara una iniciativa para regular el uso personal y medicinal de la marihuana, en la que es quizá la iniciativa más completa que se encuentra hoy en el Congreso.

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Por otro lado, después de ser orador en la conferencia de la ONU sobre política de drogas, el presidente Peña mandó al Senado una iniciativa para regular tanto el uso medicinal como la despenalización de la portación para uso personal del cannabis. Sorpresivamente su propio partido no lo secundó en la descriminalización de consumidores, pero debido a la presión de un grupo de padres de familia, activistas, académicos, abogados y líderes de opinión, sí lo apoyaron para la marihuana medicinal.

Aprobar ese dictamen en el Senado fue difícil. Tratar de explicar verdades científicas y médicas a quienes responden con moralismo es muy complicado . No obstante, ya es largo el camino recorrido. Para discutir el tema, hubo una serie de foros en los que especialistas abordaron todos los temas relacionados con el cannabis. Eso ayudó a aclarar las diferencias entre la legislación necesaria para el uso puramente medicinal y la que se requiere para otros fines.

Estos espacios de análisis y discusión mostraron la urgencia de poner a disposición de pacientes con epilepsia o esclerosis, por mencionar algunos, los medicamentos derivados de la marihuana. Fue importante dejar en claro que para varios padecimientos severos estas medicinas son, o la única alternativa o la más efectiva.

nullEn el Senado, la propuesta se votó a favor por una muy amplia mayoría. No fue así en la Cámara de Diputados, donde si bien todos los partidos (PRI, MC, PRD, Morena, PVEM) estaban a favor, varios diputados del PAN pretendían impedir que se pudiera sembrar marihuana en México con fines médicos o de investigación científica. Argumentaron que las autoridades mexicanas de salud no serían capaces de regular la producción de medicamentos derivados de esa hierba, cuando en realidad el país tiene una industria médica bien desarrollada y regulada, que utiliza como base sustancias de muy alto riesgo. Al final, los diputados del PAN votaron a favor en lo general, con solo algunos que presentaron reservas para prohibir producción nacional que fueron rechazadas.

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En realidad, no existía una controversia sobre la necesidad de permitir el uso medicinal y terapéutico del cannabis. En el discurso, nadie está en contra de ofrecer dichos medicamentos a las personas con ciertos padecimientos para atenuar sus síntomas y lograr una mejor calidad de vida. Por eso resultó extraño lo tortuoso del proceso de negociación en la Cámara de Diputados.

La experiencia de la aprobación de la marihuana medicinal permite ser optimistas con respecto a otros avances necesarios en la legislación del tema. Al parecer, todos los partidos están en contra de la criminalización de usuarios de cannabis y de que vayan a prisión; pero no necesariamente a favor de la liberalización de la planta. Existen iniciativas del PAN, MC, PRD y Morena al respecto, así como la propuesta del presidente Peña. El otro asunto urgente es el del auto cultivo para fines terapéuticos, tema del cual también existen varias iniciativas.

Con la aprobación de la marihuana medicinal en México logramos que el Congreso conociera y discutiera sobre la regulación del cannabis. Estamos rompiendo el paradigma del prohibicionismo a ultranza. Rompimos tabús. No nos detendremos aquí, México requiere una política de drogas con un enfoque de salud pública, no de seguridad; de reducción de riesgos y daños, no de persecución. No podemos ser el único país del TLCAN que siga solamente poniendo los muertos.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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