OPINIÓN: La política comercial estadounidense ya está dando resultados

La administración Trump abrió investigaciones sobre los riesgos para la seguridad nacional que podrían surgir de la sobreproducción de aluminio y acero.
Medidas El gobierno de Donald Trump abrió investigaciones sobre los riesgos para la seguridad nacional que podrían surgir de la sobreproducción de aluminio y acero. (Foto: ozgurdonmaz/Getty Images/iStockphoto)

Nota del editor: Peter Navarro es director de la Oficina de Políticas de Comercio y Manufactura de la Casa Blanca. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(CNN) — Los primeros 100 días de la política comercial de la administración de Donald Trump pueden resumirse adecuadamente como una defensa histórica de los trabajadores estadounidenses y de la manufactura nacional.

En su primer día como presidente, Trump puso fin a uno de los peores acuerdos comerciales que se hayan propuesto: el Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés). El TPP habría socavado aún más la base manufacturera estadounidense, habría diezmado a nuestra industria automotriz y habría cedido aún más la soberanía estadounidense a la globalización.

Luego, Trump informó a los líderes parlamentarios que tenía la intención de renegociar uno de los peores acuerdos comerciales que Estados Unidos haya firmado: el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN); la dirigencia legislativa accedió a acelerar estas negociaciones una vez que se confirme al representante comercial de Estados Unidos.

Después, Trump puso en duda nuestro tratado comercial con Corea del Sur, pacto con el que se prometían 70,000 empleos para los estadounidenses pero costó

, aun cuando el déficit comercial con Corea del Sur ha aumentado en más del doble.

El presidente de Estados Unidos también firmó un decreto en el que le ordena al secretario de Comercio, Wilbur Ross, que lleve a cabo un estudio integral sobre las prácticas comerciales injustas que nuestros socios usan para hacer que crezca nuestro déficit comercial anual de

en mercancías.

El análisis de Ross proveerá las armas económicas y políticas necesarias para que la administración tome medidas audaces y defendibles en caso de que en el estudio se determine que son necesarias.

La administración también abrió investigaciones sobre los riesgos para la seguridad nacional que podrían surgir de la sobreproducción de aluminio y acero. También hay

de que el exceso de importaciones está eliminando los empleos necesarios para mantener la reserva de trabajadores capacitados esencial para el desarrollo sostenido de la manufactura avanzada de aluminio y acero.

Además, la administración también abrió brecha al usar una metodología conocida como "situación de mercado particular", autorizada en la Ley de Extensión de Preferencias Comerciales de 2015, para combatir el dumping injusto de productos en nuestros mercados (suministro de mercancías a un costo menor al del mercado).

Como resultado, los oleoductos coreanos ahora están

de casi el triple de lo que habrían pagado según la metodología anterior. Con el tiempo, el uso de esta metodología nueva salvará miles de empleos estadounidenses porque mantendrá a raya a quienes hacen trampa y creará un espacio para que la producción estadounidense florezca.

nullRoss también impuso

a la madera canadiense. Los cabilderos del sector lechero canadiense, que actualmente está afectando a los agricultores de Wisconsin, deberían de que no se tolerará que burlen al sistema comercial implementando reglas nuevas que dejen injustamente en desventaja a los agricultores estadounidenses.

La secretaría de Comercio no es la única dependencia que está endureciendo su postura respecto al comercio. El presidente de Estados Unidos instruyó a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) que implemente requerimientos mejorados para evitar la baja recaudación de impuestos; se han perdido

a causa de la laxitud en la aplicación de estos requerimientos.

En un segundo decreto se da a la CBP facultades más amplias para combatir la falsificación y el contrabando de mercancías y la violación a leyes de propiedad intelectual, que cuestan muchos millones de dólares a las empresas estadounidenses.

Donald Trump también firmó un decreto con el que se dan pasos enormes para cumplir su promesa de "comprar lo hecho en Estados Unidos, contratar a los estadounidenses".

Indicó a todos los secretarios de dependencias que dieran mayor preferencia a los productos estadounidenses en la compra de suministros para sus dependencias y minimizar la cantidad de exenciones; que hagan del conocimiento de nuestros socios comerciales que ya no renunciaremos a nuestro derecho de "comprar lo hecho en Estados Unidos" en los tratados de libre comercio, y que fomenten el cumplimiento al permitir que los encargados de las adquisiciones tomen en cuenta cualquier ventaja injusta que un licitante pueda tener al usar productos subsidiados o a precio mucho menor, tales como el acero.

En cuanto a China, durante la cumbre histórica en Mar-a-Lago, Trump y su equipo de comercio negociaron un extenso plan de 100 días y una estrategia de seguimiento con sus homólogos chinos para equilibrar nuestra balanza comercial; Trump estableció además un lazo sólido con el presidente de China, Xi Jinping. Al final de esos cien días, deberíamos saber mucho sobre el futuro de las relaciones comerciales de Estados Unidos con China.

Han sido 100 días de acción históricos… y apenas estamos comenzando.