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OPINIÓN: París y Washington, circulando en sentido contrario

La administración de Trump no solo terminará más aislada tras su salida del Acuerdo de París, sino que perderá la capacidad de aprovechar las crecientes oportunidades de la transición.
vie 09 junio 2017 10:00 AM
Roces
Roces Durante las reuniones del Grupo de los 7 (o G7), Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y Reino Unido pidieron a sus aliados estadounidenses mantener su compromiso frente al cambio climático. (Foto: JONATHAN ERNST/REUTERS)

Nota del editor: Felipe Calderón Hinojosa fue Presidente de México de 2006 a 2012. Actualmente, es miembro de la Comisión Global para el Financiamiento de las Oportunidades Educativas, presidente honorario de la Comisión Global sobre Economía y Clima y presidente de la Fundación Desarrollo Humano Sustentable. Lo puedes seguir en Twitter como @FelipeCalderon . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.

(Expansión) — El Acuerdo de París es uno de los tratados internacionales más ambiciosos de la historia y una pieza clave en la estrategia mundial para contener los peores efectos del cambio climático. El pasado jueves, la nueva administración estadounidense anunció que abandonaría el tratado que es uno de los acuerdos internacionales más importantes de las últimas décadas.

En palabras de Andrew Steer, presidente del World Resources Institute, “ es malo para el mundo, pero es aún peor para Estados Unidos ”. La decisión no solo afectará la posición estratégica de Estados Unidos en el mundo, sino que traerá grandes costos para ciudadanos, trabajadores y empresas que operan en ese país. Negarse a ver una realidad tan evidente únicamente terminará por afectar la economía de ese país norteamericano.

La decisión es contraria a la responsabilidad que tiene nuestro vecino del norte como uno de los grandes emisores de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial. A pesar de que este país no contribuye actualmente con el nivel más alto de emisiones anuales, si consideramos el volumen de dióxido de carbono emitido desde la Revolución Industrial hasta el día de hoy, Estados Unidos ocuparía el primer lugar en emisiones acumuladas. Asimismo, en términos de emisiones per cápita, este país también tiene niveles superiores a los de China, India o los países europeos.

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En términos políticos, el gobierno estadounidense se enfrentará a la oposición de la mayor parte del mundo y perderá algo más importante para los estadounidenses: estará cediendo liderazgo global, en particular a China, quien ya lo asumió en el comercio y ahora lo hará con el más global de los grandes problemas humanos: el cambio climático . Estados Unidos probablemente perderá la capacidad de promover la cooperación internacional en temas clave para sí mismo. En este sentido, durante las reuniones del Grupo de los 7 (o G7), Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y Reino Unido pidieron a sus aliados estadounidenses mantener su compromiso frente al cambio climático.

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Los incentivos económicos que existen el día de hoy nos ponen frente a una realidad innegable: la agenda de cambio climático seguirá siendo una prioridad para todos los países que tengan la capacidad de aprovechar las oportunidades económicas de una economía baja en carbono. Las acciones para cumplir con los compromisos del Acuerdo de París aportarán 19 billones (millones de millones) de dólares a la economía mundial de aquí a 2030 ( IRENA ). Las inversiones globales en generación renovable, de 226.6 mil millones de dólares anuales, ya duplican a las inversiones en generación fósil alrededor del mundo, de 113 mil millones .

La administración de Trump no solo terminará más aislada, sino que perderá la capacidad de aprovechar las crecientes oportunidades de la transición. Después de todo, en Estados Unidos, la generación eléctrica por fuentes renovables contribuye con 572,881 empleos, más del doble que los 255,293 combustibles fósiles ( Departamento de Energía de Estados Unidos ). Tan evidentes son los beneficios del sector bajo en carbono, que 257 alcaldes de ese país -representando a 59 millones de ciudadanos- se han comprometido a contribuir de manera independiente con las metas del Acuerdo de París. Más de 1,000 empresas con una importante presencia en EUA también han declarado su apoyo al acuerdo.

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Es decepcionante ver que un gobierno se rehúse a cooperar frente al reto más global de nuestros tiempos, cerrando los ojos ante una realidad científica y social. Más importante aún, se trata de una realidad económica: las empresas, los trabajadores y los consumidores perderán la mejor oportunidad de tener crecimiento económico y empleos que Donald Trump dice buscar.

Las acciones unilaterales de un solo actor no podrán frenar el gran ímpetu con el que estamos avanzando a nivel mundial. Al contrario, generará una mayor contundencia entre países como China, India, Alemania, Francia, e incluso en México, en donde hay más claridad sobre el rumbo que queremos para la economía global. Eventualmente, Estados Unidos se dará cuenta de que poner al planeta en primer lugar es la única manera de lograr un futuro mejor y más próspero.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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