Nota del editor: Mariana Cendejas es directora de Transparencia y Rendición de Cuentas del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC). Síguela en su cuenta de Twitter
. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.(Expansión) – Una vez más, nuestros legisladores y gobernantes incumplieron con los plazos previstos en las leyes. Entrará en vigor un Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) trunco en muchos sentidos: sin nombramiento del Fiscal Nacional Especializado en Combate a la Corrupción, sin la ratificación del nombramiento de los magistrados del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, ambos nombramientos responsabilidad del Senado de la República; y, con una implementación deficiente a nivel de las entidades federativas.
Para la conformación de los sistemas locales, las 32 entidades deben hacer adecuaciones, tanto constitucionales como de armonización legislativa. A la fecha, Campeche, Chihuahua y Tabasco, ni siquiera,
Al margen de lo que sucede a nivel local, no debemos perder de vista lo grave de la situación que prevalece a nivel nacional, pues tampoco ha sido posible que contemos con un nombramiento clave en el funcionamiento del SNA, tal es el caso del titular de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción.
Sobre este, y otros temas fundamentales, para mejorar las condiciones en que vivimos los mexicanos, la sociedad civil ha emprendido grandes esfuerzos para lograr que estas reformas se implementen de manera adecuada.
Sin embargo, estamos siendo testigos de la insuficiencia de todas estas reformas para materializar cambios sustantivos y, sobre todo, somos testigos, del incumplimiento de nuestros políticos a los propios tiempos y reglas que ellos mismos establecen y todo esto, sin ninguna consecuencia. ¿Cómo podemos pedir a otros ciudadanos que respeten las normas? Si tenemos estos ejemplos de “no hay acuerdo y ni modo… se friegan”.
nullEl nombramiento del Fiscal Nacional Anticorrupción debió darse desde 2015. Han transcurrido ya años… y nuestros representantes no han podido ponerse de acuerdo. Por parte de la Sociedad Civil se ha hecho todo el trabajo. Se conformó el Consejo Ciudadano, se designó al Secretario Técnico, se hicieron convocatorias públicas, al igual que las comparecencias, para nombrar a quien ha de representarnos ante todo este entramado de instituciones que conforman el SNA.
Por si fuera poco, nuestros queridos legisladores pusieron un candado adicional al funcionamiento del SNA al expedir las reformas al Código Penal Federal en Materia de Combate a la Corrupción, publicadas en el Diario Oficial de la Federación el mismo día de publicación de las leyes generales que arropan al Sistema. Reformas que, ni más, ni menos, establecen los tipos penales y las penas por los delitos relacionados con hechos de corrupción.
En el Decreto se estableció que el mismo entraría en vigor… ¡A partir del nombramiento que el Senado de la República realice del Titular de la Fiscalía Nacional Anticorrupción!
Por eso el título de este texto… ¿Quién querría echarse un alacrán a la espalda? Está claro que nuestros políticos no están dispuestos a enfrentar a un Sistema que sacaría a la luz muchas de las ilegales prácticas que, por sexenios, hemos vivido. Y, mucho menos, de mandar a la cárcel a muchos de quienes ahora nos representan y/o nos gobiernan.
Ante los innumerables hechos que cada día salen a la luz pública de posibles casos de corrupción, que por ahora no pueden ser investigados ni castigados conforme a las nuevas normas del SNA, la voz de los ciudadanos grita una vez más: ¡Basta ya, estamos hartos!
Por ello, exigimos, una vez más, al Senado de la República a que tome en serio su trabajo y que nombre, de una vez, mediante un proceso claro y transparente, al titular de la Fiscalía Anticorrupción.
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