OPINIÓN: Por qué Anthony Scaramucci tuvo que irse
Nota del editor: Timothy Stanley es conservador; es historiador y columnista del diario británico The Daily Telegraph. Escribió el libro Citizen Hollywood: How the Collaboration Between LA and DC Revolutionized American Politics. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(CNN) — Donald Trump ha tenido tres directores de Comunicaciones desde mayo. Si el objetivo del presidente de Estados Unidos es comunicar un caos total, está funcionando. Nuestra única esperanza es que el caos esté llegando a su fin.
Anthony Scaramucci, cuya salida del cargo se dio a conocer el lunes 31 de julio a través de un anuncio de la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, duró apenas 10 días… 10 días que pasarán a la historia de los momentos más extraños de la política.
Lee: Scaramucci solo duró 10 días en el gabinete de Trump
En su defensa, hay que decir que parecía que amaba sinceramente a su presidente y que su lealtad le costó cara. Su esposa, quien estaba embarazada, le pidió el divorcio (de acuerdo con su abogado, no tiene nada que ver con Trump); Scaramucci se perdió el nacimiento de su hijo, a finales de julio. ¿Para qué? Para que su reputación quedara en riesgo a causa de un empleo que nunca debieron haberle ofrecido.
Lo atraparon quejándose de sus colaboradores con un periodista; dijo que estaban paranoicos y mal de la cabeza. A Trump le "encantó" el desplante, según el sitio web Axios ; al nuevo jefe de gabinete, John Kelly, evidentemente no. Despidieron a Scaramucci por órdenes de Kelly . El general de la infantería de Marina de Estados Unidos pretende imponer más disciplina.
Esa es la mejor versión que puedo dar de esta farsa: Kelly evaluó rápidamente el carácter de Scaramucci, tomó medidas decisivas y ejerció su autoridad.
OPINIÓN: La máxima prueba para el general al mando en la Casa Blanca
Sospecho que aunque Trump probablemente disfrutaba lo que Scaramucci hacía, es más probable que respete a Kelly. Los militares lo hechizan. ¿De qué otra forma podríamos explicar que defendiera a Mike Flynn , su exasesor de seguridad?
Claro que Flynn se fue muy pronto. Después se fueron Reince Priebus , jefe de gabinete, y Sean Spicer, secretario de Prensa.
Este ritmo es inusual y nos deja ver muchas cosas: posiblemente que puede ser difícil trabajar con Trump. Que su inusual triunfo electoral dejó un caos tras de sí, ciertamente. La situación ha exigido improvisar y hacer actos de equilibrismo.
nullComo era un enlace con los republicanos del Capitolio, alguna vez pareció que Priebus era necesario. Sin embargo, ese enlace ha sido difícil de mantener y ha generado pocas ganancias: ¿qué ha ganado Trump al respaldar la sumamente impopular reforma del Partido Republicano a los servicios de salud?
Por otro lado, la naturaleza poco ortodoxa de asesores como Flynn o Scaramucci refleja los instintos antisistema de Trump. Al menos Scaramucci era genuinamente excéntrico. Uno siempre tenía la sensación de que Spicer estaba tratando de parecer mucho más salvaje e iracundo de lo que realmente era.
Eso es lo que suele pasar cuando tienes un jefe carismático: en su afán de complacer, los empleados más débiles fingen y terminan decepcionando a todos, incluso a sí.
Lee: 10 frases que marcaron la efímera gestión de Scaramucci
Trump no necesita gente con sentido de la teatralidad. Necesita gente competente.
De hecho, este último giro cómico podría ser signo de que la competencia por fin está triunfando. Es obvio que Kelly tiene toda la autoridad para arreglar el desastre. Al despedir a Scaramucci, demostró que tiene intenciones de usarla. Con suerte, de esto fluirá un mayor sentido de orden y dirección. El único hombre que puede socavarlo es el único hombre que tiene más autoridad que Kelly: el presidente. Y sería realmente ridículo que lo intentara.
Esperemos que este sea el último despido. Si no es así, las cosas llegarán al extremo de que veas en el noticiero: "Donald Trump despide a Donald Trump".
Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión