OPINIÓN: Pese a inversión extranjera, la capacidad productiva en México no crece
Nota del editor: Alfredo Coutiño es director para América Latina en Moody’s Analytics. Lo puedes seguir en Twitter como @AlfredoCoutino. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
(Expansión) – El gobierno mexicano ha anunciado una inversión extranjera directa (IED) récord en los últimos cuatro años y medio, incluso llegando a ser ya de 99% de la meta originalmente planteada para todo el sexenio. A pesar de que ello representa un voto de confianza de los inversionistas en el país, la economía no ha logrado acelerar la acumulación de capital, la cual continúa limitando su capacidad productiva.
El presidente de México anunció que durante su gobierno, los montos de inversión extranjera directa han prácticamente alcanzado la meta sexenal de 157.6 mil millones de dólares. Destaca que solo en la primera mitad del año se registró un aumento de 8.8% a tasa anual , y que en los primeros cuatro años y medio de su gobierno la IED es poco más de 50% de la alcanzada en el mismo periodo del sexenio anterior.
Definitivamente la serie de reformas aprobadas y puestas en marcha durante la presente administración se convirtieron en un polo de atracción para las inversiones; reformas que representan un esfuerzo loable y necesario. Aunque también es cierto que el efecto de las reformas se ha visto mermado por diferentes factores como escándalos de corrupción, aumento de la inseguridad, y un ambiente externo amenazante para las relaciones comerciales con el vecino del norte.
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Es ciertamente benéfico que el país haya continuado recibiendo inversiones del exterior y a un ritmo mucho mayor. Sin embargo, el país ha enfrentado una paradoja: la mayor inversión extranjera no ha logrado aumentar la capacidad productiva nacional, la cual se encuentra aún limitada a un crecimiento equilibrado de solo 2.5% por año.
La acumulación de capital sigue siendo el cuello de botella principal para la economía, ya que la inversión fija como proporción del producto se ha mantenido prácticamente estancada en lo que va del sexenio. El coeficiente inversión a producto no ha logrado superar el 22% en que terminó en el 2012 con la administración anterior. De hecho, este coeficiente disminuyó a 21.5% en 2016 y ha promediado alrededor de 21% en la primera mitad del 2017.
Así, a pesar del nivel récord de la IED, el país no ha sido capaz de fortalecer la fuente fundamental del crecimiento duradero y sostenible: la inversión productiva tanto en capital fijo como en humano. Si la inversión no aumenta, entonces tampoco lo hace el progreso tecnológico y mucho menos la productividad, por lo que la capacidad productiva se mantiene limitada. La clave es acelerar la inversión, no la productividad, ya que esta última es solo un resultado de la aceleración del capital productivo.
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La principal razón detrás de la paradoja entre IED e Inversión Total es que la primera no ha llegado al país para incrementar la capacidad productiva sino más bien para comprar empresas ya establecidas. Así lo demuestran los datos oficiales, en donde la mayor parte de la IED registrada implica reinversiones en lugar de nuevas inversiones. Es decir, lo que realmente cuenta es la IED que llega al país a crear nuevas empresas, no la que llega a comprar las ya establecidas y que solo representa cambio de propietarios.
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Esta es la explicación del porqué, a pesar de los mayores montos de IED anunciados por el presidente, la economía no ha sido capaz de aumentar su potencial productivo, el cual permanece prácticamente igual que en el sexenio anterior a pesar del cúmulo de reformas implementadas. Pero también es cierto que la inversión nacional tampoco ha aumentado, precisamente porque el aumento en la IED se ha visto neutralizado por la reducción en la inversión nacional. De tal forma que en el neto, no ha habido avance en la capacidad productiva del país durante la presente administración.
La esperanza está en que la reforma energética sea la única que al final logre atraer nuevas inversiones y aumente la capacidad productiva del país en alguna medida. Ya que esta inversión en el sector energético parece estar llegando no solo a comprar instalaciones ya establecidas sino también para crear nueva infraestructura petrolera.
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