OPINIÓN: Lo que los astrónomos piensan sobre el eclipse solar
Nota del editor: Meg Urry es titular de la cátedra Israel Munson de Física y Astronomía de la Universidad de Yale, Estados Unidos; hace poco la nombraron presidenta de la Sociedad Estadounidense de Astronomía. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
(CNN) —IDAHO, EU. — Hay un gran abismo entre lo que es un eclipse solar y cómo hace sentir a la gente. Los relatos históricos y los autores de ficción evocan el misterio de un eclipse solar total. Los observadores de eclipses han dicho que les han cambiado la vida, que son sorprendentemente bellos e incluso místicos. Tras ver su primer eclipse, muchas personas dedican su tiempo libre a perseguir eclipses alrededor del mundo.
Pero para un astrónomo, un eclipse es consecuencia de la simple geometría. La Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, de modo que su sombra cae sobre la Tierra; gracias a una coincidencia de tamaño relativo y de ubicación, el tamaño de la Luna (que en realidad es unas 400 veces más pequeña que el Sol y está unas 400 veces más cerca de la Tierra) parece ser precisamente igual al del Sol, así que puede obstruir su luz completamente desde el punto de vista de quienes viven en el trayecto de la sombra en la Tierra.
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Eso nos lleva al eclipse del siglo, que ocurrirá este 21 de agosto de 2017. Junto con cientos de miles de estadounidenses, viajé para ver este eclipse en su totalidad en una franja de unos 112 kilómetros de ancho, desde Oregon hasta Carolina del Sur.
Me encuentro en Sun Valley, Idaho, en donde cientos de astrónomos se dan cita para la 16ª reunión de la División de Astrofísica de Alta Energía de la Sociedad Estadounidense de Astronomía. Aquí, el periodo de totalidad será de poco más de un minuto. El eclipse completo, desde que la Luna empiece a cruzar el disco solar hasta que lo pase, durará casi tres horas. Quienes estén dispuestos a conducir 100 kilómetros al norte y a atravesar el tráfico denso podrán ver más de dos minutos de eclipse total.
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Todos estamos ansiosos de ver que el día se vuelva noche, de ver las estrellas y los planetas brillar en la oscuridad del cielo, de sentir que el aire se enfría y que los vientos cambian, y de ver a los animales reaccionar al fugaz fin del día.
El Sol proporciona la energía vital para calentar al planeta, para cultivar alimentos y para iluminar nuestra vida. En la antigüedad, antes de que los astrónomos griegos descubrieran que la simple geometría estaba detrás de este efecto, debe haber sido aterrador que el Sol dador de vida se oscureciera repentinamente.
nullTambién era completamente natural relacionarlo con algún acontecimiento previo: una discusión, un cambio político, cualquier clase de situación que se saliera de la norma, cualquier cosa que hiciera sentir culpables a los humanos. "Seguramente —deben haber pensado nuestros ancestros— los dioses nos están castigando porque hicimos esto o aquello". Para los humanos, es natural interpolar causa y efecto aunque una cosa no tenga relación con la otra.
Tristemente, los eclipses solares no tienen nada de místico. Es sencillo: la Luna orbita a la Tierra y, de vez en cuando, vista desde cierto lugar de la Tierra, se alinea precisamente con el Sol, borrando casi toda la luz solar. Como las órbitas son algo ya comprendido, se pueden predecir los próximos eclipses con una gran precisión.
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Lo raro (la coincidencia que realmente intriga en este momento) es que para quien observa desde la Tierra, el tamaño de la Luna es casi igual al del Sol. Específicamente, la razón entre el radio de la luna (1738 kilómetros) y su distancia a la Tierra (384,558 kilómetros) —cifra a la que los astrónomos llaman tamaño angular— es de alrededor de un cuarto de grado (un círculo total en el cielo mide 360 grados). El tamaño angular del sol, es decir, su radio (696,626 km) dividido entre su distancia a la Tierra (149 658,450 km) es más o menos igual (0.26 grados en el caso de la Luna, 0.27 grados en el caso del Sol).
Estos tamaños angulares dependen del tamaño de la Luna, del tamaño del Sol, de la distancia de la Luna a la Tierra y del Sol a la Tierra. Como la Tierra, la Luna y el Sol se alinean de forma diferente en momentos diferentes, parece raro que terminen con una razón geométrica tan parecida. Si quieres desentrañar un misterio, aquí lo tienes.
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De hecho, todo parece misterioso hasta que lo entendemos. Alguna vez se creyó que los eclipses eran una especie de deus ex machina, pero ahora sabemos que no tienen relación con las actividades terrestres.
Pasa lo mismo con otros fenómenos naturales. Antes de que Newton desarrollara su teoría de la gravitación, las órbitas de los planetas alrededor de la Tierra eran un misterio. De hecho, muchas personas pensaban que el Sol y los planetas de alguna forma orbitaban a la Tierra. Ahora, la ley de la gravitación explica los movimientos de los planetas y otras estrellas, así como la formación de las galaxias y su movimiento a través del universo. Lo que alguna vez fue un misterio recibió una explicación científica.
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Eso significa que las cosas que siguen pareciendo misteriosas (como la coincidencia del tamaño de la Luna y el Sol, la masa precisa de las partículas elementales o el Big Bang como origen del universo) algún día tendrán una explicación científica simple. De hecho, ya hay teorías al respecto.
Mi plan es disfrutar mi primer eclipse total de Sol. Mi única experiencia anterior con los eclipses fue en 1970, un eclipse de alrededor del 90% visto desde mi casa, cerca de Boston. Creo que disfrutaré su rareza, igual que los demás. Pero en el fondo, estaré pensando en lo maravillosas que son las explicaciones científicas de la naturaleza.
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