OPINIÓN: ¿Pagar en un solo cargo o a meses? Una decisión emocional
Nota del editor: Freddy Domínguez es director general y cofundador de ComparaGuru.com. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
(Expansión) — La tarjeta de crédito se reafirma como el producto financiero más demandado entre los mexicanos. Además de representar alrededor del 60% de los contratos de financiamiento dirigidos al consumo, durante el primer semestre del 2017 aumentó en 8.9% el uso de las tarjetas bancarias respecto al año pasado, según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Para los gigantes de la banca, el panorama de tarjetas también es optimista. De enero a junio de este año, siete de los 48 bancos que hay en México, BBVA Bancomer, Citibanamex, Santander, Banorte, Inbursa, HSBC y Scotiabank, concentraron el 91.9% de la operación de tarjetas de crédito en nuestro país ; y hasta abril se habían emitido 7.5% más plásticos nuevos en relación al 2016, según la misma CNBV. Aunque en el boom hay que acotar que muchos de los “nuevos” clientes en realidad son viejos conocidos de los bancos, a quienes se les persuade con más facilidades para usar este producto, tras haber experimentado algún tipo de crédito y/o cuenta de nómina o ahorro.
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La tendencia por usar más la tarjeta de crédito para financiar las compras merece que analicemos este gusto por preferir el dinero plástico.
La seducción de los meses sin intereses
Uno de los mayores atractivos de usar una tarjeta de crédito es la opción de financiarse en caso de no tener dinero suficiente al momento de la compra. Además de ser un método de pago práctico y seguro, la tarjeta hace posible partir la deuda en proporciones pequeñas que no se “sienten” con el mismo rigor de un solo pago.
Aquí hay un punto interesante, las tarjetas de crédito se usan más, pero también –o pese a que- cobran intereses más altos. Basta recordar que la tasa de referencia del Banco de México (Banxico) se ha fijado en el 7% , el rango más alto desde 2009. Al ser un crédito a minoristas, hay un margen de riesgo alto (los bancos se exponen a colocar más tarjetas, aunque el índice de morosos aumenta también), de modo que los intereses de las tarjetas de crédito se cobran más caro.
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Cuando optas por pagar a meses, hay que cuidar todos los detalles justamente para no pagar intereses. Allí se cometen las principales equivocaciones que llevan a grandes endeudamientos. A veces incluso el día y la hora de pago son decisivos para anular una promoción de meses sin intereses. El usuario se quejará de que las instituciones bancarias no cumplen, pero en realidad los clientes no acostumbran revisar las condiciones de los pagos diferidos.
Tu forma de pago es una decisión más emocional
No obstante, las tarjetas de crédito son buenas aliadas para financiarte cuando aprendes a usarlas. Más interesante aún es saber que la forma en que pagas con tu tarjeta de crédito, ya sea en una sola exhibición o a cuotas, determina mucho tu disposición a usar el objeto o servicio que compraste. Al menos así lo revela un estudio de John T. Gourville y Dilip Soman , profesores de la Escuela de Negocios de Harvard y de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong, respectivamente.
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En su investigación, se asevera que la gente que opta por dar “tarjetazo” en un solo pago, utilizará más y mejor el producto y/o servicio en el corto plazo; a diferencia de las personas que deciden pagar en mensualidades, quienes valorarán su compra por más tiempo, incluso si lo que reciben y la cantidad final que ambos pagan es igual. Su análisis parte con dos amigos inscritos a un mismo gimnasio, solo que uno opta por cubrir la anualidad en un solo pago y el otro prefiere hacer pagos diferidos a meses, aunque la membresía y el precio final son iguales. El segundo amigo demostró más constancia a acudir al gimnasio, aunque (o debido a que) la deuda “le pesaba” cada mes.
Claro, el hecho de elegir el pago en una sola cuota implica tener liquidez asegurada al corte de mes. No obstante, podemos analizar otras variables, como el uso que le daremos a cierta compra. Imaginemos que estás planeando un viaje de fin de semana, o bien, quieres tomar un diplomado en una escuela privada. En ambos casos tienes la opción de pagar a meses sin intereses, aunque también puedes esperar una quincena más para pagar completo. Usar la tarjeta de crédito a meses sin intereses sería más recomendable, según los analistas, para pagar algo con lo que te comprometerás a largo plazo, por ejemplo, el diplomado.
Para Gourville y Soman, la decisión de pago pasa más bien por un estado emocional. Aunque termines pagando la misma cantidad por los mismos beneficios, la investigación demuestra que aquellos que pagan de contado sienten su dinero “vale más” en el corto plazo (por ejemplo un viaje corto), y ese impulso o motivación desaparece conforme pasa el tiempo de la compra. Por eso tampoco sería buena idea pagar algo efímero a muchos meses.
Por otro lado, los que optan por pagar en cuotas diferidas, sienten “más peso” cada mes, pero eso también los motiva a valorar su dinero durante todo el lapso que dura la deuda, y esforzarse por aprovecharlo, además de cumplir los pagos.
Cual sea tu estrategia de compra y de pago, asegúrate de evitar los intereses y optimizar tu dinero.
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