OPINIÓN: La razón por la que la devastación que causó 'Harvey' es tan grave

Adam Sobel escribe que estamos siendo testigos de un desastre enorme que parece desarrollarse en cámara lenta.

Nota del editor: Adam Sobel es profesor del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, y de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Fundación Fu; es especialista en la atmósfera y estudia los eventos extremos y los riesgos que representan para la sociedad humana. Sobel escribió el libro Storm Surge, que trata sobre la supertormenta Sandy. Síguelo en Twitter como

. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(CNN) — Lo vimos venir, pero no pudimos comprenderlo del todo. Pasarán más días antes de que conozcamos la magnitud de lo que Harvey ha causado. Estamos siendo testigos de un desastre enorme que parece desarrollarse en cámara lenta.

Dadas las lluvias de la magnitud que estamos atestiguando, así como la existencia de una zona metropolitana importante en donde Houston se sitúa, este habría sido un suceso horrible en todos los casos. Sin embargo, los actos pueden hacer la diferencia en la gravedad de un desastre, así que vale la pena analizar qué provocó esta situación, tanto a corto como a largo plazo.

Harvey llamó la atención de los meteorólogos y los texanos el miércoles 23 de agosto. Sin embargo, el riesgo ha existido desde hace décadas, cuando menos, en los patrones de desarrollo de la ciudad. Las señales de advertencia no fueron, en ningún caso, suficientes para impedir el desastre, aunque por razones diferentes.

El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés) predijo al principio que la tormenta, que se había vuelto a formar en el Golfo de México después de haberse disipado unos días antes, podía transformarse en una tormenta tropical y amenazar a Texas. El jueves 24 de agosto, Harvey empezó a ser noticia porque se fortaleció rápidamente y los nuevos pronósticos indicaban que podría tocar tierra como huracán categoría 3, el primero en golpear Estados Unidos desde 2005.

El peligro más inmediato se cernía sobre la costa oeste de Houston a causa de los vientos intensos y de las inundaciones. Pero los pronósticos indicaban que el ojo de la tormenta se estacionaría después de tocar tierra y muchos modelos computarizados predijeron que caerían cantidades enormes de lluvia en grandes zonas de la costa y los alrededores, incluida Houston, porque calculaban que la tormenta se estacionaría en la zona hasta mediados de esta semana.

En los comunicados del NHC y otras fuentes oficiales, así como en las discusiones de los científicos en internet, se reconoció que

y que la zona metropolitana de Houston era muy vulnerable. Las cifras relativas a la precipitación total que se están registrando hasta ahora están en el extremo superior del rango que indicaban los modelos, pero la posibilidad de que hubiera una inundación importante en la ciudad era evidente.

Sin embargo, no se ordenó ninguna

. El gobernador dijo que podía ser buena idea, pero el alcalde lo contradijo. Ahora que vemos lo que está pasando, parece que habría sido mucho mejor que la gente se fuera.

Sin embargo, esta fue una decisión difícil y no es evidente cuál habría sido la decisión correcta. La zona metropolitana de Houston tiene 6.5 millones de habitantes y la última vez que una porción grande de la población trató de salir al mismo tiempo —con el huracán Rita, en 2005—, el resultado fue un embotellamiento espantoso. La situación hubiera sido mucho peor si los caminos hubieran estado llenos de autos el sábado, cuando empezaron las lluvias intensas.

Antes de que comenzara a llover, cuando habría sido posible que los habitantes de Houston evacuaran, la amenaza más inminente se cernía sobre la costa, en donde se habían ordenado evacuaciones obligatorias; por lo tanto, era necesario mantener libres los caminos para que esa gente los usara.

La enormidad de los factores de este evento (la magnitud de la población involucrada, la cantidad de amenazas —viento, marejadas, lluvia— que representaba la llegada a tierra de la tormenta, el volumen de lluvia que cayó una vez que tocó tierra, y la extensión) hizo desaparecer las opciones que habrían existido en tormentas de menor intensidad. Ahora, de todas formas, es imposible que la mayoría de la gente evacue porque las autopistas están inundadas.

La situación está en manos del gobierno estatal y de los trabajadores de los servicios de emergencias, de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de Estados Unidos (FEMA, por sus siglas en inglés) y de la Guardia Nacional. Como ocurrió en los primeros días tras la falla de los diques en Nueva Orleáns, en 2005, el resto del país no puede hacer más que ver impotente cómo se desarrolla lentamente, a lo largo de varios días, la catástrofe que puede igualar a Katrina (o posiblemente superarla, ya que la población de Houston es varias veces mayor que la de Nueva Orleáns en 2005).

Aunque esto parezca una tortura, las cosas se habían estado preparando para Harvey desde hace décadas (como ocurre con la mayoría de los desastres "naturales"), ya que la ciudad

. Además, aunque los pronósticos de precipitación no eran claros, las señales sí lo eran.

nullHouston siempre ha sido propensa a las inundaciones. La tormenta tropical Allison, en 2001, causó la inundación más reciente parecida a esta; parece que Harvey está en vías de superarla. En las décadas recientes han ocurrido inundaciones como las que no habían ocurrido en 100 ni en 500 años; las más recientes fueron las de 2009, 2015 y 2016.

Pero como hay que hacer dinero, los desarrollos han avanzado con pocos obstáculos a pesar de que los científicos han advertido que cada vez habrá más exposición a las inundaciones y a pesar de las experiencias de los habitantes en eventos pasados y presentes. Se pavimentan los humedales y los barrios se extienden hacia las tierras inundables, lo que deja poco espacio para inundaciones como las que han ocurrido recientemente.

Lee:

Los desarrolladores han mostrado poca tolerancia a los reglamentos; los gobiernos estatal y local no se han esforzado por implementarlos estrictamente. Los reglamentos federales tampoco están a la altura. Muchas de las zonas vulnerables de Houston están fuera de las zonas de inundaciones de niveles registrados hace 100 y 500 años en los mapas de la FEMA, zonas que, con los acontecimientos recientes (incluso antes de Harvey), han demostrado ser demasiado pequeñas.

Además, desde luego, la recurrencia de inundaciones de niveles registrados hace 100 y 500 años difícilmente es totalmente accidental. Aunque los desarrolladores inmobiliarios de Houston, muchos funcionarios locales y estatales y el ocupante de la Casa Blanca no quieran reconocerlo, es probable que el cambio climático inducido por los humanos haya tenido que ver en el aumento de la frecuencia de estos eventos.

Lee:

Hay más vapor de agua en una atmósfera más cálida y se ha demostrado que muchos otros eventos de precipitaciones extremas, tanto en Estados Unidos como en todo el mundo (como fue el caso de la

, hace un año), se han amplificado en consecuencia. Sin embargo, la relación de Harvey con el calentamiento global es un tema para otro día.

Hoy, el desastre sigue desarrollándose, lentamente… muy lentamente. La mayoría de nosotros no podemos hacer más que pensar y orar por quienes están en peligro y por quienes corren en su ayuda mientras vemos que las predicciones terribles se vuelven realidad.