OPINIÓN: Una lectura táctica de la nueva Mesa Directiva del Senado
Nota del editor: Fernando Dworak es analista y consultor político. Licenciado en Ciencia política por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, es experto en temas legislativos. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
(Expansión) — En la noche del jueves, el PRI se aventó un triple salto mortal con el albazo para la elección de presidente del Senado: rompió definitivamente los puentes de negociación con Ricardo Anaya y envió la señal de que puede tener una mayoría en caso de necesitarla.
¿Implica esto que la va a usar para imponer a Raúl Cervantes a como de lugar? ¿Esta decisión fortalece a Ricardo Anaya? No creo que se pueda afirmar sin conocer los detalles.
En realidad la designación de Raúl Cervantes es uno de varios problemas que tiene la negociación respecto a la Fiscalía y tal vez el más negociable.
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Para que opere el "pase automático" de Cervantes tiene que aprobarse la reglamentación de la futura Fiscalía. Existe una minuta aprobada en la Cámara de Diputados que ha sido cuestionada por organizaciones de la sociedad civil porque argumentan que debilitaría a la institución.
¿Haría mucho daño un fiscal con un sesgo partidista como Cervantes en una Fiscalía bien diseñada? Muy poco si acaso. En cambio sería un desastre en una Fiscalía mal diseñada.
En todo caso, la postura de poner a un fiscal "neutral" es endeble si nunca se ha discutido un perfil alternativo; menos aún si no hay candidatos distintos a Cervantes que abran el debate en ese sentido.
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Por lo tanto hay tres vías de solución:
1) Imponer a Cervantes con la minuta de la Cámara de Diputados sin cambios. El PRI puede hacerlo con el arreglo pactado anoche, pero sería una tontería absoluta: se fortalece a Anaya no solo al interior del PAN, sino ante la opinión pública, afianzándolo como candidato natural de ese partido. El calderonismo y Margarita Zavala mueren políticamente, pues los senadores que jugaron con el PRI pertenecen a esa facción. Y faltarían dos giros de argumentación para que quede tocado de muerte el precandidato afín al PAN con experiencia de gobierno: Meade. Todo lo anterior sin mencionar el tremendo desgaste que tendría el PRI rumbo a 2018. Por eso digo: podrían pero serían muy tontos si lo hiciesen.
2) La vía que propone Anaya: reformar un artículo transitorio de la Constitución para eliminar el "pase automático". Esto implica pasar por un proceso largo y quizás incierto a estas alturas del sexenio -y urge tener un fiscal antes de las elecciones.
3) Si Anaya endureció su postura a condicionar toda la agenda del Congreso a un capricho maximalista, la jugada de anoche puede servir para aislarlo y exhibirlo. La coalición con algunos panistas puede servir para calibrar la ley secundaria y ganar la adhesión de los representantes suficientes de la sociedad civil para legitimar la decisión. Anaya queda marginado: el PRI y aliados tienen mayoría en San Lázaro y en el Senado hay una nueva coalición ganadora por si se ocupa.
¿Por qué PT-Morena avaló la elección del presidente de la Mesa Directiva? Porque la negociación implicó la distribución de espacios en los órganos internos y ya tienen lo que buscaban: mantener la presidencia del Instituto Belisario Domínguez.
Veamos qué sucederá con estos supuestos y si se mantienen, pero el golpe de autoridad por si mismo me parece demasiado burdo si no hay otras consideraciones.
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