OPINIÓN: Aprendizaje significativo, clave para la educación de la Generación Z
Nota del editor: Raúl Maldonado es CEO & Product Strategist, Enova. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
(Expansión) — Mucho se ha dicho ya sobre la reforma educativa. Considerada como una de las propuestas prioritarias para la actual administración del gobierno de nuestro país, ha sido tema de innumerables discursos y análisis: algunos a favor y otros en contra.
Lo cierto es que esta reforma busca acabar con varios de los problemas que sufre desde hace mucho tiempo una de las instancias de mayor importancia para México: la formación de las futuras generaciones. Y para tal efecto, este plan establece varias modificaciones constitucionales que cambiarán el sistema académico nacional, entre las que destacan la evaluación obligatoria para los docentes y la autonomía para que cada plantel organice mejoras en su infraestructura.
La implementación de la reforma educativa establece un adelanto significativo en el desarrollo del sistema de aprendizaje de nuestro país. Sin embargo, es a las autoridades educativas y a nosotros como sociedad a quienes nos corresponde enriquecerla. Y una de las mejores maneras de lograrlo consiste en eliminar las discrepancias que existen entre el actual sistema escolar mexicano y las aspiraciones educacionales de las nuevas generaciones.
El reto no solo consiste en hacer que la educación llegue a quien más lo necesita, sino también en alcanzar a los más jóvenes a través de nuevas estrategias de aprendizaje que tomen en cuenta el particular perfil de la Generación Z.
Lee: Radiografía de la Generación Z
Estos nativos digitales que nacieron a partir de 1995 (y que hoy rondan entre los 10 y los 21 años de edad) conforman a una generación que se comunica y consume de manera muy diferente a sus antecesores, pues nacieron con tecnología, aprenden a través de la misma y su mundo está basado en ella.
Debido a su alta exposición a dispositivos conectados a internet, tienden a ser autodidactas y aprenden más por medio de las plataformas tecnológicas. Son muy colaborativos, principalmente a través de las redes sociales. Además, la inmediatez a la que viven expuestos de forma permanente provoca que su concentración sea más corta.
Para que sus ventajas sean aún mucho más efectivas, la nueva reforma educativa debe contemplar este perfil promedio de los niños y jóvenes que actualmente se encuentran en plena formación escolar, y quienes, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), representan cerca del 15% de la población en nuestro país.
La educación moderna debe adaptarse a las nuevas generaciones, si queremos otorgarles una formación de calidad. Y la mejor manera de lograrlo es a través de un aprendizaje significativo que logre imponerse ante las clases tradicionales, que pueden ser aburridas y hasta tediosas para los integrantes de la generación Z.
Pero, ¿cómo comenzar a brindar un aprendizaje significativo? La clave podría estar en un hecho bastante sencillo: escuchar y tomar en cuenta lo que nuestros niños y jóvenes desean. En el reporte Educación y habilidades para el Siglo XXI, desarrollado a principios del presente año por la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la UNESCO, se ofrecen los resultados de una encuesta realizada en línea a jóvenes de entre 15 y 25 años de edad en dichas regiones, en la que se les preguntaba qué les gustaría aprender y cuál sería la mejor forma para hacerlo.
Los resultados revelan que los miembros de la generación Z no solo desean aprender más allá de los tópicos tradicionales (tales como aritmética o gramática), sino que además tienen una profunda preocupación por contar con las bases necesarias para ser críticos, convertirse en ciudadanos responsables y conocer más sobre el mundo. Y creen que la mejor manera de lograrlo es a través de modalidades distintas y herramientas interactivas.
Lee: 7 consejos para conquistar a la 'Generación Z'
Alinear lo que se enseña con las aspiraciones, los deseos y las necesidades de los jóvenes; y usar distintos espacios y formas para educarlos (desde videojuegos hasta elementos interactivos, pasando por actividades online o formatos mixtos): todo ello forma parte del aprendizaje significativo.
Hoy existen modelos probados internacionalmente en distintos niveles educativos que han confirmado que las tecnologías son un eficiente habilitador de nuevos aprendizajes, basta con mirar el tipo de innovación que desarrollan países como Suiza, Suecia, Finlandia, Reino Unido, EU y China, y su consecuente desarrollo en educación y economía.
Es tiempo de innovar en materia de enseñanza. Hoy, más que en ningún otro período de la historia de nuestro país, los niños y jóvenes lo necesitan.
Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión