OPINIÓN: Saldos positivos y negativos de los sismos

Nota del editor: Esta columna se publicó originalmente en la edición 538 de la revista Obras , 'Monumentos a la impunidad', correspondiente a octubre de 2017. Antonio Toca Fernández es arquitecto e investigador de temas de urbanismo y autor de la columna Trazos Urbanos de la revista revista Obras. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de quien escribe.

(Expansión) – Después de tres sismos durante septiembre el saldo en ocho estados del país es grave: más de 400 muertes, 140,000 edificios dañados, y muchos destruidos. Lamentablemente, es muy probable que esas cifras aumenten en la medida en que se tengan datos más actualizados.

Saldo positivo

Aunque son más evidentes las consecuencias negativas, millones de edificios resistieron la fuerza terrible de los terremotos, a pesar de que los epicentros ahora se localizaron cerca, dentro de territorio continental, y no en las costas del Pacífico.

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Eso prueba que los nuevos reglamentos de construcción se han aplicado, en su mayoría, y se usan materiales de construcción mejores y más resistentes.

Positiva ha sido también la reacción de solidaridad de miles de personas que han ofrecido su ayuda y apoyo. No ha importado ni edad ni condición social; muchos jóvenes que en 1985 no habían nacido han mostrado una extraordinaria actitud y generosidad con su fuerza y ayuda.

Los gobiernos federal, de la Ciudad de México y del Estado de México han movilizado miles de policías, marinos, policías y soldados que han dirigido y coordinado las acciones y la vigilancia en las zonas más afectadas y en edificios destruidos.

Saldo negativo

En Oaxaca y Chiapas la situación es diferente y muy grave porque los daños fueron en miles de edificios y construcciones diseminadas en centenares de municipios. Esa dispersión en el territorio hace que las labores de atención, rescate y protección sean muy difíciles.

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Para la mayoría de los habitantes de casas afectadas solo ha llegado la ayuda en refugios, y miles están en la calle —frente a sus casas— tratando de proteger lo poco que les queda. Allá la ayuda es urgente ahora, y por mucho tiempo.

Ha destacado el papel de las redes sociales, pero no todo lo que se publica es verdad. Se han difundido rumores, mentiras y exageraciones que afectan a miles de personas, infundiendo miedo o desconfianza.

Además, se han desatado verdaderas campañas cuyo único fin es calumniar a las autoridades en todos los niveles. Se fomenta así el caos y la desinformación, anunciando catástrofes futuras, insultando al personaje odiado o promoviendo a 'salvadores' del país.

nullLo más reciente es el alud de propuestas de partidos políticos, que prometen generosas donaciones con el dinero que no es de ellos, sino de todos los que pagamos impuestos.

Ante la emergencia nacional que será la reconstrucción es fundamental conocer los daños físicos a medida que se realicen los peritajes sobre la situación de edificios e infraestructuras.

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Por el monto que se requiere, es urgente que se exija que los recursos para las campañas políticas, que suman miles de millones sean canalizados —en un porcentaje importante— para atender a los estados más afectados.

En 2018 no serán necesarios los gastos para publicitar caritas sonrientes o para ver pleitos y promesas; es urgente utilizar los recursos en un programa nacional que permita atender a millones de afectados.

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