OPINIÓN: El 'brexit' mantiene a la Unión Europea unida… por ahora
Nota del editor: Tim King es un periodista británico que vive en Bruselas y que se ha dedicado a cubrir la política europea desde hace más de 20 años. Actualmente colabora con varias publicaciones. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
(CNN) — La reunión que sostendrán esta semana los líderes de la Unión Europea no será tan emocionante como el drama del brexit de principios de diciembre. No habrá vuelos inesperados de madrugada ni conferencias de prensa antes del desayuno. Más bien, será un retorno a lo usual: se supone que las cumbres de la Unión Europea son obras de teatro privadas de todo dramatismo.
Claro que las cosas en la Unión Europea no se hacen igual que en Westminster. El gobierno de May sufrió una derrota inesperada con su propuesta de retiro de la Unión Europea el 13 de diciembre: perdió una reforma crucial a la propuesta de ley de retiro del brexit por solo cuatro votos. Por otro lado, en Bruselas se valora la predictibilidad y, a falta de ella, la procrastinación.
La intención no es minimizar la agenda de la cumbre. Además del llamativo asunto de las negociaciones del brexit, se discutirán algunos temas delicados: la mayor cooperación en defensa y los niveles dispares de protección social, por ejemplo.
Sin embargo, gracias al avance crucial de Theresa May de principios de diciembre, la cumbre no conlleva la misma posibilidad de ser un fracaso desastroso, como ocurrió anteriormente.
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Varios protagonistas del lado de la Unión Europea (Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo; Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, y Michel Barnier, jefe de la negociación sobre el brexit) ya llegaron a la conclusión de que las pláticas con Reino Unido han "avanzado lo suficiente" como para que la 27ª cumbre avance a la siguiente fase.
En ese sentido, la reunión que se llevará a cabo en Bruselas es, al igual que muchas otras cumbres europeas anteriores, una cumbre falsa: no es la más importante, sino una escala en la que los líderes de los gobiernos pueden hacer una pausa, evaluar, admirar el paisaje (tanto el pasado como el futuro) y volver a emprender la marcha.
Si el desenlace de una cumbre europea no se conoce a grandes rasgos antes de que se lleve a cabo, suele ser indicio de que algo salió horriblemente mal. La crisis de la zona euro dio varios ejemplos dolorosos, particularmente en los rescates de Grecia. Pero no se suponía que fueran así.
Esta semana no reina esa atmósfera de crisis, así que las conclusiones sobre el aumento en la cooperación en defensa se determinaron con mucha anticipación. La implementación de la Cooperación Estructurada Permanente fue un objetivo que se impuso en una cumbre europea hace cinco meses.
De igual forma, las conclusiones en política social, que también se aprobaron el 12 de diciembre, se habían preparado desde antes: se desarrollaron a partir de la Cumbre Social de Gotemburgo del 17 de noviembre.
De hecho, si no fuera por el ruido y la furia de las negociaciones del brexit, esta cumbre europea sería una ocasión para evaluar hasta dónde llega la unidad del Consejo Europeo.
Pese a lo mucho que se ha hablado de unidad entre los 27 Estados miembros que quedarán una vez que Reino Unido salga, se gestan tensiones entre el este y el oeste, entre el norte y el sur. Estas tensiones podrían emerger durante las pláticas sobre las lecciones de la crisis migratoria de Europa.
Aunque el panorama económico de Europa ha mejorado mucho, el entorno político es frágil.
Tanto el gobierno de Polonia como el de Hungría han recibido duras censuras por la situación del Estado de derecho y el respeto a los valores democráticos. España está luchando por contener el movimiento separatista catalán y el presidente de Cataluña está refugiándose en Bélgica.
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Tal vez la incertidumbre más importante sea que la composición del siguiente gobierno alemán sigue siendo una incógnita. ¿Angela Merkel seguirá siendo la fuerza que ha sido en los asuntos europeos o está a punto de quedar a la sombra de Emmanuel Macron, el nuevo presidente de Francia? ¿Acaso ambos se aliarán para promover los intereses francoalemanes, como parecía que sería el caso a mediados de este año y como ha ocurrido con tanta frecuencia en otras ocasiones?
Los países de Europa central sospechan que Macron está decidido a que la zona euro sea la nueva vanguardia de Europa y a dejar al resto atrás.
Tusk programó pláticas sobre el futuro de la unión económica y monetaria para este viernes y reconoció que no hay acuerdos sobre lo que hay que hacer para fortalecer a la zona euro ni sobre la urgencia de la tarea.
Pero por el momento, el brexit mantiene unida a Europa… o al menos a los 27 Estados que quedarán una vez que Reino Unido se haya ido. El último acto de la cumbre será una discusión entre los 27 Estados restantes (excluyendo a la primera ministra de Reino Unido) sobre los siguientes pasos en las negociaciones.
Tusk y Barnier hacen hincapié en que queda poco tiempo para el brexit (29 de marzo de 2019) y que aún hay mucho por decidir. Sin embargo, May está en una encrucijada doble: en casa, necesita más tiempo para lograr que su Partido Conservador llegue a un acuerdo respecto al brexit. La derrota que su gobierno sufrió en el Parlamento británico el miércoles fue un recordatorio inoportuno sobre las divisiones en su partido.
En Bruselas, necesita aprovechar la buena voluntad que le siguen ofreciendo; si se retrasa más, su posición de negociación simplemente se debilitará.
La calma de esta cumbre es únicamente un respiro breve para una primera ministra débil en su país, que trata de negociar el brexit… y para una unión de países que sigue luchando con el populismo y sus muchas facetas amenazadoras.
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