OPINIÓN: Cambio climático, ¿un vaso medio lleno o medio vacío?

Nota del editor: Feike Sybesma es director y presidente del consejo directivo de Royal DSM NV. Este artículo es parte de la Reunión Anual del F oro Económico Mundial 2018 . Las opiniones expresadas en este artículo son del autor y no del Foro Económico Mundial.

(WEF) – Hay muchos indicios esperanzadores de que el mundo se está tomando en serio el cambio climático. La Cumbre One Planet, celebrada en París en diciembre, confirmó el apoyo sin precedentes de los gobiernos y del sector privado para la acción climática. Casi todos los países del mundo han acordado emprender medidas.

A pesar de estas intenciones, en 2017 las emisiones mundiales de CO₂ aumentaron por primera vez en cuatro años y debemos concluir que no estamos en vías de lograr el tratado climático acordado en 2015 en París.

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Podemos y debemos hacer más. Por desgracia, a pesar de todos los esfuerzos, las cosas podrían empeorar. La capacidad de los océanos para absorber CO₂ está disminuyendo y la investigación sugiere que los bosques tropicales están liberando dióxido de carbono en lugar de capturarlo. El deshielo del permafrost podría desatar una "reacción en cadena".

Millones de personas ya enfrentan los efectos del cambio climático; pensemos en el blanqueamiento de la Gran Barrera de Coral y el impacto en la vida oceánica, los crecientes efectos de tifones e inundaciones en todo el mundo.

nullA las personas en el sur de Bangladesh les resulta casi imposible producir sus cultivos a causa de las inundaciones; y lo mismo ocurre en el Cuerno de África, pero debido a las sequías. Esto podría acarrear un importante aumento de los refugiados climáticos, algo que preocupa en la Asamblea Parlamentaria de la OTAN. El Banco de Inglaterra advirtió que el cambio climático puede generar inestabilidad financiera y riesgos. Hay muchas razones para tomar decisiones drásticas ya.

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Muchas compañías y países están reduciendo sus emisiones. Esto, por supuesto, importa, pero no es suficiente. Necesitamos un cambio fundamental, no solo a nivel de empresas o países, sino a lo largo de la economía y la sociedad. Necesitamos nuevas ideas y nuevos comportamientos que ayuden a crear una economía baja en carbono.

Ponerle precio al carbono ayudaría enormemente. De esta manera, integramos el bienestar del clima en nuestro propio sistema económico y creamos un incentivo financiero para atajar el cambio climático. También abre el potencial para los inversionistas. Ayudará a acelerar la transición hacia una economía baja en carbono y a trasladar los costos sociales y económicos de nuestras emisiones de carbono del público al contaminador.

Durante el Foro Económico Mundial en Davos el año pasado, los directivos de las empresas acordaron que un precio de alrededor de 40 dólares por tonelada o más sería suficiente para facilitar este cambio. La buena noticia es que este incentivo se implantará más pronto que tarde.

Países como China están introduciendo un precio al carbono y otros, como Chile, Perú, Colombia, México, Canadá y los estados de California y Washington, están trabajando juntos para vincular sus sistemas de fijación de precios de carbono. Además, la Unión Europea acordó reducir el acceso a los subsidios en los próximos años, lo que aumentará los precios del sistema de comercio de emisiones de la Unión Europea a un nivel más significativo.

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También necesitamos un cambio de mentalidad y ambición. Se espera que las empresas se preocupen cada vez más por cosas que van más allá de los resultados financieros. La sociedad y también algunos inversionistas preguntan ‘¿qué estás haciendo por nosotros?'.

Larry Fink, CEO y fundador de BlackRock, la mayor gestora de activos del mundo, fue claro en su carta a principios de este mes: las compañías también deben contribuir a la sociedad. Los líderes empresariales necesitan adaptar y reinventar sus compañías. ¿Cuál es el propósito de la compañía? ¿Puede su actual modelo de negocio sobrevivir en el futuro? ¿Están preparados para prosperar en una economía baja en carbono? ¿El portafolio se alinea bien con la economía circular del futuro o con el modelo lineal actual (pero anticuado) de producir, consumir y desechar?

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Tener un propósito claro ayudará a responder estas preguntas. También ayudará a las empresas cotizadas a buscar estrategias a largo plazo. El enfoque a corto plazo es contraproducente. Además, la investigación muestra que el énfasis en las ganancias a corto plazo conduce a un comportamiento que destruye el valor.

Como líderes, debemos lograr un mejor equilibrio entre el rendimiento a corto plazo y la creación de valor a largo plazo. Podemos diseñar, por ejemplo, estrategias convincentes a largo plazo con nuevas métricas de desempeño e involucrar a los inversionistas en el proceso. Hay muchos accionistas que deberían estar o están interesados. Los fondos de pensiones y las compañías de seguros, que tienen un enfoque a muy largo plazo, representan aproximadamente el 70% del dinero invertido en el mercado bursátil.

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Los líderes que se enfocan en el largo plazo pueden reinventar sus compañías pensando en el futuro. Tienen más libertad para apartarse de los modelos antiguos y acelerar la transición hacia una economía circular baja en carbono.

Este es uno de los temas que los ejecutivos debatirán esta semana cuando la alianza de líderes empresariales para la acción climática, el llamado grupo CEO Climate Leadership, se reúna en el Foro Económico Mundial en Davos. Copresidiré este grupo que está convencido de que el sector privado tiene la responsabilidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Hemos emitido un informe con ejemplos de cómo las empresas ya están marcando el camino. Es una valiosa fuente de información para otras personas que desean abordar el cambio climático desde sus negocios. Me enorgullece ver que un número creciente de empresas quiere dar pasos más atrevidos.

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No nos queda mucho tiempo. De acuerdo con el Acuerdo de París, las emisiones globales deben alcanzar su punto máximo en 2020 para luego comenzar a disminuir si queremos mantener el aumento promedio de la temperatura global por debajo de los dos grados Celsius.

La nueva economía baja en carbono es una enorme oportunidad para quienes la adoptan. El vaso está medio lleno. Necesitamos actuar ahora si no queremos que se evapore.

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