OPINIÓN: El crecimiento global desata una ola de optimismo

La delegación mexicana se muestra optimista respecto a la negociación del TLCAN, los CEOs globales esperan mayor crecimiento, y Trump… sigue siendo Trump, opina Alberto Bello.
Foro Económico Mundial 2018 La expectativa es grande sobre el discurso de Donald Trump en Davos, del que algunas delegaciones amenazaron con un boicot en señal de protesta. (Foto: FABRICE COFFRINI/AFP)

Nota del editor: Alberto Bello es director Editorial de Negocios de Grupo Expansión. Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad del autor.

DAVOS (Expansión) – La reunión del Foro Económico Mundial vive una eufora que parecía improbable hace tan solo un año. El crecimiento global, que llegó a 3.7% en 2017 según el Fondo Monetario Internacional (FMI), se consolida y las reformas fiscal y regulatoria de Estados Unidos empujan la primera economía del mundo.

Donald Trump, quien hace un año era el malo de la película, es hoy para algunos ese político “poco convencional, pero exitoso en sacudir las cosas”. Así lo defendieron el jueves congresistas republicanos estadounidenses en una cena con miembros del foro. “Un nuevo Ronald Reagan”, tal vez. Ese que en los años 80, con un cierto grado de populismo, devolvió el crecimiento a Estados Unidos.

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¿Y los críticos? Las voces que recuerdan que no se llega a las cifras previas a la crisis son pocas y desdeñadas. Eso no quiere decir que no haya retos en la cuarta revolución industrial. El debate se centra en dos. Primero, cómo lograr que los beneficios de la tecnología y la globalización lleguen a toda la población para detener los populismos de derecha e izquierda.

Segundo, cómo destrabar la Organización Mundial de Comercio (OMC) con una agenda donde compiten el freno a las prácticas anticompetitivas de China, la liberalización del comercio electrónico, el cierre del acuerdo sobre servicios detenido “desde hace 20 años”, denunció la primera ministra británica Theresa May o la agenda agrícola que reclaman las economías en desarrollo.

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En un encuentro sobre el futuro del comercio, el secretario de Economía Ildefonso Guajardo valoró positivamente el año transcurrido desde el triunfo de Trump, comparando la sensación que se vivía hace un año. “Estamos en mejor posición que nunca para una solución win-win-win” dijo. Chrystia Freeland, secretaria de Asuntos Exteriores canadiense, coincidió en su acuerdo total en modernizar el Tratado, y mencionó que para defender la globalización falta liderazgo. El CEOs de UPS David Abney y el número dos de la naviera A.P. Moller- Maersk, presentes en la mesa, se mostaron confiados en la permanencia del TLCAN.

México encontró un discurso que vincula política exterior e interior. “El comercio no resuelve todo”, dijo Guajardo. “México se tardó en aprobar las políticas internas que requería para que los beneficios del Nafta fueran más allá de unas pocas empresas”, explicó refiriéndose a las reformas estructurales aprobadas durante la administración del presidente Enrique Peña Nieto.

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Quizá el contraste mayor se da entre el mensaje, por un lado de los líderes europeos, el francés Emmanuel Macron y la alemana Angela Merkel. Ambos reclaman un pacto global para impulsar el comercio y corregir sus defectos (y, de paso, limitar la guerra fiscal desatada por el recorte abismal del impuesto corporativo de Estados Unidos)–, y el mensaje estadounidense de bilateralismo y “America first”.

nullMacron tuvo uno de los mensajes más celebrados el miércoles, al defender simultáneamente la globalización y ofrecer soluciones para la inclusión de sus perdedores. En el mismo sentido habló la primera ministra británica Theresa May, quien presumió las políticas de capacitación y la atención tanto al sistema de formación profesional como a la investigación avanzada en las universidades.

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Trump se reunió en la tarde-noche del jueves con un grupo de empresarios de compañías europeas, entre los que se encontraban los líderes de AB Inveb, ABB, HSBC, Siemens, Bayer o Nestlé. Ante ellos prometió para Estados Unidos crecimientos superiores, gracias a su gestión, de hasta 5%. Reiteró el mantra de la administración estadounidense, decidida a atraer inversiones a su país: “Estados Unidos vuelve a estar abierto para los negocios”.

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El presidente estadounidense mantiene su juego de desconcierto. En entrevista con CNBC afirmó que está dispuesto a revisar el TPP del que se retiró en noviembre y que se revitalizó esta semana con la incorporación de Canadá a un acuerdo en principio entre los 11 países restantes.

La expectativa es grande sobre qué dirá en el discurso que ofrecerá a las 7:00 horas de México este viernes en Davos, del que algunas delegaciones han amenazado con un boicot en señal de protesta. Pero previsiblemente, el optimismo de Davos concederá un perdón a quien parecía el enemigo de la globalización y ha generado un crecimiento récord de los mercados.

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