OPINIÓN: Adivinen quién va a pagar el nuevo sueño guajiro de Trump
Nota del editor: Errol Louis es conductor de Inside City Hall, un programa político del canal de noticias neoyorquino NY1. Síguelo en Twitter como @errollouis . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
(CNN) — Donald Trump, presidente de Estados Unidos, está tratando de reconstruir la desvencijada infraestructura del país sin gastar mucho y le pidió al Congreso que recorte 200,000 millones de dólares (mdd) de otros programas para invertirlos en caminos, puentes, puertos, sistemas de drenaje y otra infraestructura en alianza con los gobiernos estatales y locales.
Eso sería difícil en los tiempos de abundancia, pero es doblemente difícil —tal vez imposible— con el Congreso actual. Tras varias semanas de estancamiento constante, pugnas partidistas y cierre administrativo, los demócratas y los republicanos accedieron a resolver sus diferencias metiendo dinero a todos los programas existentes y pasándole la factura al pueblo. Eso no augura nada bueno para la idea de recortar 200,000 mdd para pagar la infraestructura.
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Como ha sido incapaz de tomar decisiones difíciles sobre cómo contener el gasto militar, conseguir dinero para asistencia en desastres o financiar los servicios de salud, el Congreso decidió pagarlo todo. Para ser específicos, decidió que nosotros, junto con nuestros hijos y nuestros nietos, pagaremos el déficit (el saldo de la tarjeta de crédito del gobierno) a lo largo de las próximas décadas.
Piensa que el acuerdo al que llegaron los líderes del Congreso para evitar el cierre administrativo le suma 300,000 mdd al déficit federal, lo que representa el incremento más reciente a un ritmo elevado de gasto que podría incrementar el déficit gubernamental a más de un billón de dólares incluso para el próximo año. Además, los analistas de Investors Business Daily señalan que esa cifra podría alcanzar los dos billones de dólares para 2027.
Todo ese gasto importa y por ello es obvio que la visión de Trump respecto a la restauración de la infraestructura depende en gran medida de la recaudación estatal y local y de la inversión privada.
nullA lo largo de los pasados 40 años, el déficit ha sido, en promedio, del 4% del producto interno bruto (PIB), que es la producción económica total del país. La Oficina de Presupuesto del Congreso proyectó recientemente que la propuesta de ley que se aprobó recientemente aumentará el déficit a un 5% del PIB. Pero eso era antes del acuerdo de esta semana que agrega 300,000 mdd, con lo que podríamos tener déficits de hasta el 7% del producto interno bruto. Esto solo retrasa el inevitable día del juicio.
El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, ya señaló públicamente que para reducir el déficit será necesario reducir o recortar prestaciones básicas como Medicare o Medicaid. "Vamos a tener que regresar el año próximo con la reforma a las prestaciones, que es como se resuelve la deuda y el déficit", dijo en un programa de radio. El senador por Florida, Marco Rubio, llegó aún más lejos al pedir "la implementación de cambios estructurales al Seguro Social y a Medicare para el futuro".
Esta clase de mentalidad irresponsable de "gastar ahora, hacer recortes después" coincide con los niveles impresionantes de despilfarro en programas militares. Como se señaló en el sitio web de periodismo de investigación, ProPublica , más de un órgano de vigilancia ha señalado que la rutina diaria del Pentágono consiste en pagar demasiado por refacciones —por ejemplo, gastar 264 dólares en una refacción para helicóptero que vale ocho dólares— aunque haya un exceso de inventario en las bodegas militares.
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Entre mayor es la compra, peores son los errores financieros. ¿Alguien sabe cuánto cuesta un F-35? Ese avión furtivo de combate ha rebasado el presupuesto en 200,000 millones de dólares.
La conversación que tenemos que entablar —acerca de reducir el gasto militar, de encontrar recursos para pagar por cosas necesarias como la atención médica y la recuperación en desastres— parece haber eludido a los miembros actuales del Congreso, a quienes les preocupa más reelegirse a finales de año que hacer el trabajo para el que los contratamos. Así que están tomando la salida fácil, una que terminará siendo demasiado cara para todos los demás. Además, Trump estará furioso cuando el Congreso resulte ser incapaz de encontrar 200,000 mdd más para reconstruir a Estados Unidos.
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