OPINIÓN: Para Mueller, esto es solo el principio
Nota del editor: Asha Rangappa es catedrática sénior del Instituto Jackson de Asuntos Internacionales de la Universidad de Yale, Estados Unidos. Fue agente especial del FBI, especialista en investigaciones de contrainteligencia. Síguela como @AshaRangappa_ . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
(CNN) — Los cargos que levantó el fiscal especial estadounidense Robert Mueller contra 13 personas y tres entidades rusas marcan un punto de inflexión en su investigación sobre la interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016.
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Los detractores de la investigación de Mueller no han perdido tiempo para insinuar que los cargos demuestran que no hubo colusión entre el equipo de campaña de Trump y Rusia. Donald Trump, presidente de Estados Unidos, lo reiteró en una serie de tuits a lo largo del sábado 17 y el domingo 18 de febrero, en los que afirmó nuevamente que "la única colusión fue entre Rusia y la H Retorcida, el DNC [Comité Nacional Demócrata, por sus siglas en inglés] y los demócratas" y que los rusos "¡están muertos de la risa en Moscú!".
Aunque en este caso no se afirma explícitamente que el equipo de campaña de Trump estuvo coludido, podría ser pronto para llegar a conclusiones definitivas. Mi experiencia como abogada y exagente del FBI encargada de investigaciones de contrainteligencia me dice que Mueller logró cinco cosas con esto, lo que indica que la historia aún no termina.
1. Neutralizar a Rusia
El aspecto más extraordinario de los cargos que formuló Mueller es que detallan a profundidad un aspecto de una operación de inteligencia rusa a gran escala contra Estados Unidos. No sorprende que el FBI haya descubierto la operación: como parte de sus obligaciones en cuanto a contrainteligencia, el FBI debe identificar y perturbar las actividades de los espías extranjeros en Estados Unidos.
nullNo obstante, lo usual es que estas investigaciones nunca lleguen a los tribunales. Eso se debe a que al FBI generalmente le conviene más evitar que sus enemigos sepan que está atento a sus actividades. Esto le permite al FBI mantener en secreto sus métodos y sus fuentes y "neutralizar" discretamente —o dejar sin efectos— las operaciones de las agencias de inteligencia extranjeras.
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Al dar a conocer los detalles de la operación rusa de propaganda en redes sociales, Mueller logró dos objetivos. Primero, le dejó bien claro a Rusia que la prioridad es presentar cargos penales contra personas y entidades que hayan interferido en nuestra democracia y que vale la pena revelar los secretos del FBI. Segundo —y tal vez lo más importante—, como la campaña propagandística de Rusia solo es efectiva mientras siga siendo secreta, la mejor forma de neutralizarla es darla a conocer. Los cargos que Mueller formuló revelan exactamente cómo Rusia pudo haberles visto la cara a los estadounidenses a través de información falsa y engañosa.
2. Un 'informe' público
Una de las limitaciones de los reglamentos a los que está sujeto el fiscal especial es que se centra en una investigación penal, no en una investigación de contrainteligencia . Esto significa que fuera de levantar cargos por violaciones específicas al Código Penal Federal, Mueller no tiene la opción de presentar un informe público en el que describa el panorama como lo pudieron hacer los fiscales independientes anteriores, como Kenneth Starr. (Starr, quien tenía la denominación de fiscal independiente, tenía más margen de maniobra, pero una vez que concluyó su investigación, el Departamento de Justicia redactó un reglamento nuevo para impedir los excesos en los que incurrió). Si el investigador principal no publica un informe, el pueblo estadounidense depende de que el Congreso investigue a fondo la cuestión.
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Es justo decir que ni la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, ni la Comisión de Inteligencia del Senado ni la Comisión Judicial del Senado —que ostensiblemente investigan la presunta interferencia de Rusia— han ayudado al pueblo estadounidense a entender lo que pasó en 2016. Los cargos que Mueller formuló ahora llenan ese vacío. Se identifican los delitos que las personas y empresas rusas pudieron haber cometido, incluidos conspiración para violar las leyes electorales federales, fraude electrónico, fraude bancario y robo de identidad .
Aunque es improbable que Mueller logre llevar a estos acusados al tribunal (porque lo más probable es que Rusia no los extradite), centrar las acusaciones en los rusos le permite hacer una especie de "informe público" que da un panorama más amplio sobre lo que Rusia intentó hacer. Las acusaciones complementan la evaluación que los servicios de inteligencia publicaron en enero de 2017 respecto a que Rusia sí interfirió en las elecciones de 2016 y demuestran que hay pruebas sólidas de que esta acusación no es un engaño.
null H. R. McMaster, asesor de seguridad nacional, lo reconoció al decirle al público en Alemania, el viernes 16 de febrero, que la acusación de Mueller demuestra que la interferencia de Rusia "ahora es verdaderamente incontrovertible". Trump tuiteó en respuesta que McMaster olvidó decir "que los resultados de las elecciones de 2016 no se vieron afectadas ni cambiaron a causa de los rusos", con lo que debilitó el fuerte argumento de su asesor.
3. Las bases de la colusión
Como he escrito en otros artículos, lo que Mueller hizo para demostrar la colusión fue 1) identificar lo que los rusos hicieron; 2) determinar si habían violado leyes federales, y 3) encontrar pruebas de que algún estadounidense ayudó a Rusia en su intento. Con los cargos que formuló, Mueller demostró que tiene pruebas de las primeras dos. También demuestra que Rusia recurrió a la ayuda de estadounidenses para aspectos diversos de sus operaciones. Entre ellos están miembros "involuntarios" del equipo de campaña de Trump que participaron "en las labores de contacto comunitario… que respaldaron al entonces candidato Trump".
El que en los cargos que se formularon se explique que algunos de los miembros del equipo de campaña participaron "involuntariamente" no elimina la posibilidad de que Mueller tenga pruebas de que algunos miembros del equipo de campaña hayan ayudado a Rusia voluntariamente.
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Aquí, la clave es el cargo de "conspiración", que es el término jurídico para "colusión". Cualquiera que haya ayudado voluntariamente a Rusia en cualquier aspecto de su operación será acusado de conspiración… o de complicidad en la conspiración.
Recuerden que Mueller puede modificar o sustituir la acusación para incluir acusados adicionales. De hecho, en la introducción de la acusación se indica que los rusos conspiraron con "personas que el jurado de acusación conoce", entre quienes podrían estar estadounidenses a quienes ya se acusó de otros delitos o que están bajo investigación.
4. Exhortar a la gente a decir lo que saben
Como Mueller puede agregar acusados cuando quiera, cualquier persona que haya ayudado voluntariamente a Rusia sabe que podría ser la siguiente. Entre esas personas podría haber miembros del equipo de campaña de Trump, ejecutivos de redes sociales o estadounidenses comunes. Todos saben que Mueller tiene pruebas sustanciales en sus manos, entre ellas las comunicaciones detalladas entre agentes rusos y personas en Estados Unidos. Estas personas ahora tienen la oportunidad de hablar… y tal vez recibir un trato más indulgente.
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Cabe señalar que la acusación se centra solamente en un aspecto de la operación rusa, es decir, su campaña de propaganda y redes sociales. Sin embargo, las agencias de inteligencia indicaron que los rusos también intentaron hackear el servidor del DNC e intentaron ofrecer correos electrónicos robados al equipo de campaña de Trump, que podrían constituir otros delitos federales.
No cabe duda de que Mueller está investigando estos aspectos de la interferencia de Rusia. Si Mueller puede seguir las pistas, podría haber más cargos de conspiración.
5. Proteger la investigación
Al acusar solamente a personas y entidades rusas, Mueller contrarrestó las acusaciones de que se trata de una investigación con motivos políticos. De hecho, al demostrar que Rusia fue el principal autor y promotor de la interferencia en las elecciones de 2016, dejó en claro que, en esencia, es una investigación de seguridad nacional contra una potencia extranjera hostil.
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En este punto, no puede quedar ninguna duda de que tratar de echar a perder la investigación de Mueller (incluso intentar despedirlo o despedir a su jefe, el fiscal general adjunto, Rod Rosenstein) beneficiaría directamente a Rusia. En pocas palabras, el costo político de intentar aplastar la investigación acaba de dispararse; intentar aplastar la investigación a estas alturas podría incluso constituir una clara obstrucción de la justicia.
En breve: las más recientes acusaciones de Mueller son apenas el principio. Ya identificó la amenaza crítica a la seguridad nacional, la dio a conocer y dejó en claro que seguirá con la investigación y que aplicará todo el peso de la ley.
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