OPINIÓN: Por fin le llega su momento a Melania Trump
Nota del editor: Kate Andersen Brower es colaboradora de CNN y autora del nuevo libro First in Line: Presidents, Vice Presidents and the Pursuit of Power. Escribió dos libros más sobre la Casa Blanca: First Women: The Grace and Power of America's Modern First Ladies y The Residence: Inside the Private World of the White House. A menos que se indique otra cosa, los datos de este artículo reflejan las investigaciones hechas para esos libros. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
(CNN) — Melania Trump ha sido el eje de la planificación de la primera cena de Estado de la presidencia de Donald Trump, en honor al presidente de Francia, Emmanuel Macron, y su primera dama, Brigitte Macron. Estas cenas siempre son más de lo que parecen. No son solo una oportunidad para cotillear, sino que suelen ser cuestiones serias de política y en este caso significa que la atención estará centrada en el destino del tratado nuclear con Irán, al que Donald Trump describió el martes 24 de abril como "ridículo" y "una locura" pese a que Macron sigue intentando salvarlo .
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Sin embargo, es Melania Trump la que acaparó la atención durante los preparativos de la cena. Posó para una foto con los Clinton, los Obama y los Bush en el funeral de Barbara Bush este fin de semana y parecía estar totalmente cómoda. Su sonrisa y su cálido intercambio con Barack Obama en el funeral enloquecieron a Twitter; dos días después, la primera dama de Estados Unidos enviaba "pensamientos sanadores de fortaleza" al expresidente George H. W. Bush, a quien hospitalizaron el 23 de abril, mientras su esposo tuiteaba sobre la construcción del muro en la frontera con México y atacaba a los "obstruccionistas" del Congreso.
También estuvo el polémico sombrero blanco que usó en la ceremonia de bienvenida del martes 24 de abril y las fotos que se publicaron en las redes sociales, en las que se ve su preparación cuidadosa para recibir a los jefes de Estado.
Las expectativas que Melania Trump tiene que superar en este momento decisivo en la presidencia de su esposo son bajas. En su primer año como primera dama, muchos la han sentido distante, ajena o impotente (dado su intento de hablar del acoso escolar mientras está casada con una persona que vive de las bravatas y la intimidación en internet). Pese a todo, para muchos espectadores, Melania Trump recibe reconocimiento como primera dama conforme se desarrolla la visita de Estado de Macron. Todos están atentos a ella.
En este escenario, los Trump, los Macron y los poderosos de Washington compartirán una cena de tres tiempos con chuletas de cordero y jambalaya. La primera dama y su secretario de asuntos sociales planifican los detalles de estas cenas, tarea que puede ser agotadora. Si hay algo que de verdad pone a prueba a las primeras damas, Melania Trump se está enfrentando a ello.
nullAmbas primeras damas y su equipo hablaron del nerviosismo que puede causar una cena de Estado. "Si te invitan a una cena de Estado, solo puedes rechazar dicho honor por cuatro razones: una muerte en la familia, una enfermedad grave, una boda o una ausencia inevitable", dijo Mary Mel French, jefa de protocolo de la presidencia de Bill Clinton .
Laura Bush relata : "No me sentí nerviosa antes de mi propia boda. No estaba ansiosa ni me sudaban las manos… pero eso sí me ponía nerviosa". El secretario de asuntos sociales de los Obama, Jeremy Bernard , dijo a un grupo de empleados de una embajada: "Ya conocen la sensación: el temor de izar la bandera de cabeza, de tocar el himno nacional equivocado… el clima, particularmente aquí, en D. C.".
Sin embargo, no parece que a Melania Trump le haya inquietado mucho el proceso. Está atrayendo miradas con su porte elegante y sereno y ha supervisado los preparativos (se dice que sin la ayuda de un planificador); el menú incluye ingredientes del jardín de especias de Michelle Obama y la vajilla incluye piezas de las porcelanas de George W. Bush y Bill Clinton. Parece que ha estado encantada con el proceso. Tal vez ha sido una distracción muy necesaria de las noticias más lascivas u ominosas. Tal vez sea que la primera dama está encontrando su ritmo o tal vez se está refugiando de los titulares de los diarios.
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El Ala Este de la Casa Blanca queda bajo supervisión de la primera dama y siempre funciona diferente que el Ala Oeste del presidente. No están lejos la una de la otra, pero cuando se trata de la dinámica de poder, bien podrían estar en lados opuestos de la ciudad. En la Casa Blanca de Trump, la distinción entre ambas es más marcada que nunca.
Durante la campaña presidencial de 2016, Michelle Obama pronunció una célebre frase: "Cuando ellos vuelan bajo, nosotras nos elevamos". Parece que Melania Trump está tratando de trasladar eso a la Casa Blanca aunque es un credo difícil de honrar. Ella tratará de llevar a la cena un poco del glamur y la tradición del pasado. Será un esfuerzo muy apreciado.
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