OPINIÓN: La tercerización de personal en la productividad empresarial
Nota del editor: Gerardo Calderón Mosqueda es director de mercadotecnia y comunicación de una de las empresas que forma parte de la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano, A.C. (AMECH). Cuenta con más de 15 años de experiencia en el desarrollo de marketing y comunicación B2B y B2C y genera nuevas oportunidades de negocio para el área comercial. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(Expansión) – Existe un hecho que toda organización en el mundo de los negocios reconoce: la competitividad empresarial depende de su capital humano, de la cultura de trabajo y de liderazgos adecuados para alcanzar sus objetivos de negocio.
Al respecto, el caso de México no es un modelo de referencia; en realidad, nuestro país destaca porque su fuerza laboral trabaja 2,246 horas al año, es decir, casi 500 horas por encima del promedio de los países que integran la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), al tiempo que nos encontramos en el último lugar de productividad laboral, de acuerdo con datos de este mismo organismo internacional.
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En este sentido, una de las formas de hacer frente a estas estadísticas es a través de servicios de tercerización de personal, los cuales les permiten a las empresas satisfacer las necesidades de sus clientes y obtener un margen de ganancia que haga sustentable su modelo de negocio; en especial, para aumentar sus niveles de rendimiento.
Por esta razón, son tres las dimensiones de productividad empresarial en las que la tercerización impacta positivamente a compañías de cualquier sector y tamaño:
1. Económica: disminuye costos al evitar la creación de estructuras administrativas con capacidad improductiva; transforma costos fijos en variables, pues se paga sólo por lo que se usa, a la vez que mejora la utilización de los recursos al lograr un mejor nivel de productividad y eficiencia.
2. Estratégica: permite al cliente enfocarse en actividades estratégicas indispensables para el desarrollo y crecimiento de su negocio, sin preocuparse por las tareas operativas recurrentes; además, la tercerización permite acceder a procedimientos administrativos actualizados o incluso a especialistas de distintas materias, así como a tecnologías de alto rendimiento, en ocasiones difíciles de obtener en un departamento interno.
3. Cualitativa: al contar con personal capacitado en un área de especialidad, cualquier dificultad es más fácil de corregir y detectar, evitando así la dependencia de personal clave, lo cual coadyuva a disminuir la tasa de riesgos operativos.
Herramienta para la competitividad
La tercerización es una herramienta que sirve para enfocar las funciones y productividad del capital humano en aspectos de valor añadido; en síntesis, este proceso permite afianzar ventajas competitivas a largo plazo y alcanzar resultados ad hoc a corto plazo, con base en la cesión de determinados procesos a un especialista.
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Por otro lado, si bien esta práctica ha sido considerada como un medio para reducir costos administrativos, en los últimos años ha demostrado ser una herramienta útil para apoyar el crecimiento de las empresas, ya que les permite:
- Reducir y/o controlar los gastos de operación.
- Concentrarse en el negocio y gestionar de modo más apropiado los fondos de capital, gracias a la reducción de estos en funciones no relacionadas con la razón de ser de la compañía.
- Disponer de personal altamente capacitado.
- Elevar la eficiencia operacional.
- Dedicar las inversiones y recursos al core business de la compañía.
- Traspasar el desafío de la innovación y la evolución tecnológica al prestador de los servicios.
- Acceder de forma casi inmediata a nuevas tecnologías.
- Mejorar los tiempos de respuesta y aumentar la calidad de las prestaciones.
Tercerización en beneficio del empleo formal
Es importante señalar que el régimen de tercerización o subcontratación laboral, con base en la reforma laboral, es lícito y permitido; por ello, es imprescindible evaluar la mejor opción y cerciorarse que los aliados en la materia sean serios y comprometidos en el cumplimiento de sus objetivos.
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Esto le permitirá al contratante ahondar en la reputación, experiencia y solidez financiera de su aliado de negocio, otorgándole mayor confianza al momento de integrarlo a su equipo de trabajo, no solo para obtener asesoría profesional, sino también para asegurarse de que cumplirá con sus obligaciones fiscales y laborales, en beneficio del capital humano que conformará su sistema organizacional.
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