OPINIÓN: Es posible y necesario tener mejores salarios en México
Nota del editor: Iván Franco es fundador y director de la consultora de inteligencia competitiva Triplethree International. Síguelo en su cuenta de Twitter @IvanFranco555 .Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(Expansión) – La rigidez en el análisis es incomprensible cuando se refieren a la política salarial y al salario mínimo.
En nuestro país hay gran desinformación en torno al salario. Incluso, por parte de los analistas más encumbrados, cuya dogmática visión y contribución solo añaden incertidumbre y temor al debate salarial.
En diversas columnas he tratado de desmitificar algunos puntos muy básicos en torno a los salarios, que ayudarían enormemente a la comprensión y al establecimiento de supuestos adecuados para el análisis y la toma de decisión informadas.
OPINIÓN: Dos propuestas para el salario mínimo
Primero, es importante señalar que el salario es un costo dentro del proceso productivo. Por ende, el incentivo natural de quien lo paga es minimizarlo.
El segundo punto clave es que, en México, los salarios se encuentran concentrados en bajos niveles y con poca dispersión entre ellos. Según los datos de la encuesta ENOE, 76% de la población ocupada perciben entre menos de uno y cinco salarios mínimos. Estamos hablando de una diferencia de solo cinco veces entre el que más percibe del que menos percibe. En niveles tan bajos, la diferencia se aprecia mínima.
nullPodríamos sugerir también que la poca diferencia entre los salarios ignora, en alguna medida, la educación de las personas y la productividad de las empresas. En otras palabras, que el premio a la educación y a la productividad en nuestro país es muy pequeño.
La rigidez salarial es atribuible, entre otras razones, al bajo salario tope representado por el salario mínimo; además, debido al poder monopsónico de las empresas, a la informalidad, a la falta de operatividad de los sindicatos y a la falta de una legislación laboral en materia de salarios.
El salario mínimo ejerce una poderosa influencia
En el caso del salario mínimo, el análisis actual es simplista y superficial. No se entiende el objetivo fundamental de la política del “precio mínimo” en la economía. Por ello, es clave romper con algunos puntos mal enfocados.
OPINIÓN: Razones económicas para desaparecer al salario mínimo
Diversos analistas argumentan que son muy pocos trabajadores los que perciben el equivalente a un salario mínimo. Por esta razón, el salario mínimo es irrelevante. No hay nada más falso que esto.
El salario mínimo es una política asintótica; es decir, se impone como un tope, no como una regla. Por ello, no es raro sino normal que pocos trabajadores lo perciban en la práctica. El objetivo del salario mínimo es, precisamente, que sea un salario poco frecuente. Es una señal de advertencia de “¡no rebasar esta línea!”.
Sin embargo, el salario mínimo, al estar ubicado en un nivel tan bajo, arrastra a los demás salarios hacia ese nivel. Esto, porque opera como un precio máximo, que es, el que se impone por debajo del precio de equilibrio de un bien. Al ser un salario máximo (no mínimo), arrastra a los demás salarios hacia el punto más bajo de la curva salarial. Eso es precisamente lo que sucede en nuestro país y que los analistas no entienden.
El salario es una decisión unilateral
El tercer axioma clave en el entendimiento de la política salarial mexicana es la acumulación de las rentas corporativas. Esta es la llave para encontrar la mejora salarial desde la óptica de la productividad.
nullLa decisión salarial es en última instancia del empresario, quien puede administrarlo como otro de los costos que enfrenta en el proceso productivo. De hecho, la Coparmex es el organismo empresarial que se ha pronunciado por una elevación al salario mínimo. Es obvio que ellos entienden más del tema que los analistas y que el gobierno, mal representado por la Conasami (Comisión Nacional de Salarios Mínimos).
El gobierno debe tener una participación más direccional en la política salarial. Por ejemplo, limitando el poder monopsónico de las empresas a través de cambios a la legislación laboral, donde, a través del salario exista una recomposición de las rentas corporativas. Y, lógicamente, administrando al salario mínimo de forma efectiva.
OPINIÓN: Equidad salarial como mecanismo de inclusión
Elevar el salario mínimo es solo el primer paso
En materia salarial, el trabajo por hacer es colosal. Es necesario revisar y realizar diversos cambios de estrategia para transformar la política salarial mexicana. Es viable.
Es un hecho que aumentar el salario mínimo beneficiará, eventualmente, a todos los trabajadores del país, no únicamente a los trabajadores que perciben un salario mínimo, sean los que sean.
nullEfectivamente, como dicen algunas voces, el aumento al salario mínimo debe situarse por arriba del salario promedio de la economía, que actualmente se sitúa en cerca de 133 pesos diarios. Un salario mínimo ubicado en alrededor de 200 pesos al día y muy flexible en el tiempo sería lo idóneo.
Lee: Estos son los mejores (y peores) salarios mínimos en Latinoamérica
Una nueva pregunta sería, ¿se generaría inflación?, a lo que debemos responder que, la presión sobre el nivel de precios es perfectamente manejable en este escenario. Pero, ese es tema para otra ocasión.
Otro paso necesario será cambiar la mentalidad de los analistas -porque la de los empresarios ya cambió-, y mejorar la calidad del debate en torno al salario, así como educar a esos analistas que sin más datos que su propio prejuicio se pronuncian contra una mejora en la política salarial.
Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión
