OPINIÓN: La 'ola demócrata' que no fue tsunami
Nota del editor: LZ Granderson es periodista y analista político. Fue investigador del Instituto de Política de la Universidad de Chicago y del Instituto Hechinger de la Universidad de Columbia. Es uno de los conductores de los programas Sports Nation de ESPN y de Mornings with Keyshawn, LZ and Travis, de la radiodifusora ESPN LA 710. Síguelo en Twitter e Instagram como @lzgranderson . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(CNN) — Donald Trump, presidente de Estados Unidos, habla con frases cortadas y verdades fracturadas.
Es un adúltero, un hipócrita políticamente torpe y propenso a retuitear publicaciones racistas. Ha rebasado por mucho los límites de cualquier concepto racional de conducta presidencial, por decir lo menos.
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Por esta razón, muchos políticos pensaron que las elecciones intermedias de 2018 serían un referéndum. Y en cierto sentido lo fue, pero no tanto respecto a Trump o al Partido Republicano, sino para el Partido Demócrata, que sigue buscando la forma de encontrar un mensaje sobre lo que es, no tanto sobre aquello a lo que se opone.
Sí, el partido se quedó con la Cámara de Representantes, pero la ola demócrata no fue el tsunami que la dirigencia del partido esperaba. Esto se debe en gran medida a que el Partido Demócrata sigue buscando su identidad post-2008.
Quiere representar a los jóvenes y a la diversidad, pero los cargos principales de la dirigencia siguen en manos de los viejos y los blancos, algo muy parecido al Partido Republicano al que critican.
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En 2010 y 2014, los demócratas que buscaban la reelección se distanciaron de las políticas del entonces presidente, Barack Obama, no porque no estuvieran de acuerdo con ellas, sino porque no eran populares.
Aunque el discurso y las políticas de Trump les hayan parecido repulsivas a los republicanos en los pasados dos años, en estas elecciones no hubo el mismo nivel de distanciamiento que el que Obama vivió en la paliza de las intermedias de 2010. Por esto la victoria de los demócratas no fue tan resonante.
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Digan lo que quieran sobre el lema de "Hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande", la realidad es que es efectivo porque es un mensaje claro y proactivo. ¿Cuál fue exactamente el mensaje del Partido Demócrata en 2016 o en 2018? ¿Cuál será en 2020?
Hace 10 años, el entonces senador Obama resultó electo presidente gracias al mensaje claro de esperanza. Desde entonces ha habido mucha repartición de culpas y muchos insultos.
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No me malinterpreten: ganar la Cámara de Representantes es un paso importante para la resurrección del Partido Demócrata. También hubo muchas victorias históricas que vale la pena mencionar, como los casos de Rashida Tlaib y de Ilhan Omar, quienes se volvieron las primeras mujeres musulmanas electas al Congreso, o el de Jared Polis, el primer hombre abiertamente gay electo gobernador.
Pero si el partido quiere cobrar impulso a partir de las elecciones intermedias de 2018 y no solo sobrevivir, la dirigencia tiene que dedicar más tiempo a definir qué es y menos a condenar lo que no es. Después de todo, la gente no come carne porque no es tofu. La come porque es carne.
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