OPINIÓN: Wall Street está contento con los resultados electorales de EU

Para los inversionistas lo fundamental es sólido: una inflación modesta, un crecimiento constante del PIB y ganancias empresariales excelentes, señala Greg Valliere.
Amenaza. La única nube negra podría ser el presidente de la Fed, Jay Powell: según dijo Trump hace unos meses, el incremento de las tasas serían "la mayor amenaza" para su presidencia.

Nota del editor: Greg Valliere es estratega en jefe de Horizon Investments. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

En las fascinantes elecciones intermedias que se celebraron el martes 6 de noviembre en Estados Unidos hubo algo para todos, pero para los inversionistas hubo un tema importantísimo: el proyecto económico de Donald Trump (la reducción de impuestos y la desregulación) seguirán firmemente en su lugar durante los próximos dos años.

Es sumamente improbable que logre que la Cámara de Representantes, ahora bajo el control de los demócratas, apruebe alguna propuesta nueva. Es prácticamente seguro que no logrará más reducciones de impuestos, como propusieron Trump y los republicanos de la cámara. Podría haber avances respecto a una propuesta de ley de infraestructura, pero será complicado afinar los detalles.

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Así, parece que habrá estancamiento en Washington en los próximos dos años, pero los mercados financieros están conformes con eso, aunque no haya avances significativos en la reducción de los déficit presupuestarios, que seguramente aumentarán. El factor legislativo clave será el veto de Trump, que parece sólido. Si los demócratas tratan de aprobar leyes para acabar con sus reducciones de impuestos o para aumentar el salario mínimo, la defensa ante esos proyectos será la pluma de Trump y el Senado sólidamente republicano.

Esto no significa que Washington vaya a ser aburrido en los próximos dos años. Para nada. Tan solo en las próximas semanas habrá grandes acontecimientos: es probable que la Fed incremente la tasa de interés en diciembre; que haya una reunión entre Trump y Xi Jinping, presidente de China; que haya otra batalla presupuestaria por el muro en la frontera con México, y un éxodo masivo del personal de Trump en la Casa Blanca.

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Solo en Washington podría centrarse la atención en las próximas elecciones a tan solo unos días de la anterior. Seguramente varios demócratas anunciarán que formarán comités de exploración en las próximas semanas. Joe Biden es el contrincante favorito de Trump según las primeras encuestas, pero surgirá al menos una docena de candidatos fuertes.

Es muy pronto para hacer un pronóstico respecto a 2020, pero hay señales de advertencia para los republicanos, particularmente el regreso de los demócratas en los estados industriales y el respaldo cada vez más sólido de las mujeres de los suburbios.

Mientras tanto, la atención, como siempre, se centrará en Donald Trump. ¿Moderará el tono agresivo de su discurso y de sus advertencias sombrías? Energizó a sus bases en estos meses, pero es probable que no pueda ganar la reelección tan solo con sus bases; necesita a esos moderados suburbanos que se le opusieron en hordas.

Para los inversionistas, las cosas siguen luciendo bien (tal vez no tan bien como hace un año), pero lo fundamental es sólido: una inflación modesta, un mercado laboral muy fuerte, un crecimiento constante del PIB y ganancias empresariales excelentes y constantes. La única nube negra podría ser el presidente de la Fed, Jay Powell: según dijo Trump hace unos meses, el incremento de las tasas serían "la mayor amenaza" para su presidencia.

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