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OPINIÓN: La cruel ironía de la madre migrante de la camiseta de 'Frozen'

Es probable que historias que han creado cineastas de Hollywood hayan inspirado a quienes buscan una vida mejor a dejar su hogar y a caminar miles de kilómetros para ir a EU, opina Yalda T. Uhls.
jue 29 noviembre 2018 11:00 AM
inmigrante - Inmigrante con camiseta de Frozen - Fronzen
Viaje largo e inimaginable. Estas tres migrantes están tratando de pedir asilo mientras Meza Castro usa un símbolo icónico de una película estadounidense que celebra la libertad y el empoderamiento, señala Yalda T. Uhls.

Nota del editor: Yalda t. Uhls, exejecutiva de MGM y Sony, es fundadora y directora ejecutiva del Center for Scholars & Storytellers de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), institución de la que también es profesora adjunta. Síguela en Twitter como @DrYaldaUhls . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

(CNN) — En 2013, la cinta animada Frozen se volvió un éxito internacional, mientras que su mensaje (libertad, empoderamiento y familia) hizo eco entre millones de niños y adultos .

Cuando un producto mediático captura la imaginación del público, suele deberse a que refleja el espíritu de los tiempos y anuncia el futuro. Una historia inspiradora crea consciencia de las posibilidades, de mundos más allá del que vivimos directamente y de otras formas de vida. Hoy, en nuestro mundo conectado, una película estadounidense puede tener impacto mundial rápidamente y moldear las esperanzas y los sueños de millones de personas en todo el mundo.

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Pero desafortunadamente parece que algunos de los temas que se celebraron en Frozen ya no son parte del sueño americano. Nada captura la tristeza de este momento como una de las imágenes poderosas que se tomaron en la frontera con Tijuana.

El domingo 25 de noviembre, Kim Kyung-Hoon, fotógrafo de Reuters, tomó una foto de María Lila Meza Castro, una hondureña, con sus dos hijitas. En la foto se ve que Castro lleva puesta una camiseta de Frozen en la que Elsa y Anna, dos de las protagonistas, miran felizmente al horizonte. Meza Castro corre por su vida y se aferra desesperadamente a sus dos hijas mientras parece que huyen de los gases lacrimógenos.

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Es una imagen de amarga ironía. Tras un viaje largo e inimaginable, estas tres migrantes están tratando de pedir asilo mientras Meza Castro usa un símbolo icónico de una película estadounidense que celebra la libertad y el empoderamiento. Pero esta familia es parte de una caravana de migrantes, caravana a la que el presidente de Estados Unidos se refirió como "invasión" y envió soldados para detenerlos, como prometió.

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La agudeza de esta imagen subyace al choque entre la fantasía y la realidad y aterriza estrepitosamente. Estamos muy lejos del Estados Unidos que recibió con los brazos abiertos a mis padres , inmigrantes que entraron legalmente al país hace muchas décadas. Tristemente, los sueños que se hicieron realidad para mi familia podrían ya no ser posibles con las políticas inmigratorias de la administración actual.

Esto es particularmente inquietante porque Estados Unidos pretende moldear los corazones y las mentes de personas de todo el mundo. Empaquetamos los sueños y los vendemos en todo el mundo. Sin embargo, las imágenes que el mundo está viendo (particularmente en la frontera con México) se contraponen a las historias que contamos sobre nuestro país.

Como exejecutiva cinematográfica, investigadora que estudia el efecto de los medios en los jóvenes y fundadora del Center for Scholars & Storytellers de la UCLA, sé que las imágenes y las historias son extremadamente poderosas. Los estudios han demostrado que las historias funcionan incluso a nivel celular. A través de las emociones y de personajes con los que puedes identificarte, los medios pueden tener un efecto profundo y fomentar actitudes y cambios de conducta a una escala que rara vez logran las simples palabras.

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Las historias no amenazadoras pueden contener mensajes ocultos en una narrativa atractiva que apela a las emociones. Las emociones, combinadas con información precisa, pueden ser un motor poderoso para el cambio de las normas sociales. En el mejor de los casos, las películas pueden inspirar a millones de personas a ser humanos mejores.

Es probable que muchas de las historias que han creado los cineastas talentosos de Hollywood hayan inspirado a quienes buscan una vida mejor a dejar sus hogares y a caminar miles de kilómetros para ir a Estados Unidos. Puedo imaginar a esas dos niñas de la fotografía en su país, cantando las canciones de Frozen y jugando a ser Elsa y Anna. Tal vez su madre soñaba con un mundo en el que sus hijas puedan moverse libremente, estudiar en un sistema educativo que reconoce la igualdad de las niñas y vivir una vida en paz.

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Cuando se estrenó Frozen, mi sobrina dijo que le encantaba porque "Elsa es feliz y es libre". En efecto, ¿no es lo que todos queremos, ser felices y libres?

Desafortunadamente, para la mujer de la foto y sus dos hijitas, probablemente nunca se harán realidad los sueños que celebran los dos personajes de su camiseta… al menos no en el Estados Unidos de 2018.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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