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OPINIÓN: ¿La hora final de Maduro? México ante la crisis venezolana

Hoy Venezuela amanece con dos presidentes, dos congresos, dos tribunales superiores y dos fiscales; esa situación, por supuesto, es insostenible, apunta Horacio Vives.
jue 24 enero 2019 09:11 AM

Nota del editor: Horacio Vives Segl es licenciado en Ciencia Política por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y doctor en Ciencia Política por la Universidad de Belgrano (Argentina). Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad del autor.

(Expansión) - La crisis detonada en las últimas horas en Venezuela ha adquirido un ritmo vertiginoso. La decisión de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela de proclamarse presidente interino del país, ha detonado una nueva coalición opositora y de una confrontación frontal al régimen de Nicolás Maduro. Se pensaba que la oposición estaba desarticulada. Pero no. Fue cosa de esperar el momento oportuno para reorganizar un nuevo espectro opositor para derribar al régimen de Maduro.

Lee: La ONU teme un "desastre total" en Venezuela y llama al diálogo

Coalición opositora y respaldo internacional

El cálculo de Guaidó y de la oposición venezolana es arriesgado, pero no carece de fundamento, ni tampoco es una ocurrencia. Hace unos días, apenas el 10 de enero, Maduro asumió para un nuevo periodo de gobierno. El hecho de que varios gobiernos desconocieran la legitimidad de ese mandato, entre ellos el Grupo de Lima -con la excepción de México, que se abstuvo--, y que ningún representante de la Unión Europea ni de sus gobiernos asistieron a su toma de posesión, fue entrando a los cálculos políticos de la oposición venezolana.

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Fue así que con un guiño claro al 23 de enero de 1958 (fecha que marcó el retorno a la democracia venezolana y el término del régimen del dictador Marcos Pérez Jiménez), Guaidó llamó al desconocimiento de las autoridades del régimen chavista invocado al artículo 233 de la Constitución venezolana (incumplimiento de deberes constitucionales y convocatoria a nuevas elecciones).

Hoy Venezuela amanece con dos presidentes, dos congresos, dos tribunales superiores y dos fiscales. Esa situación, por supuesto, es insostenible. Una variable clave que terminaría por definir el péndulo es el control de las fuerzas armadas, que en este momento respaldan a Maduro, aunque se han presentado intentos de sublevación por parte de oficiales, si bien no hay datos aun de fractura entre comandantes.

Lee: El ministro de Defensa de Venezuela desconoce a Guaidó como presidente interino

¿Qué distingue este momento a otros en los que la oposición se enfrenta al régimen chavista? En principio, un respaldo mucho más decidido de la comunidad internacional en sintonía con la oposición política y social interna venezolana. A diferencia, por ejemplo, del fugaz episodio por el que Pedro Carmona Estagna intentó en abril de 2002 con respaldo popular, pero sin apoyo firme de la comunidad internacional, destituir a Hugo Chávez, la proclamación de Guaidó del 23-E ha contado con un respaldo internacional y reconocimiento de gobiernos como presidente de Venezuela.

En ese sentido, Donald Trump salió rápidamente a reconocer a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, y en cadena se presentaron respaldos de los gobiernos de Argentina, Colombia, Brasil, Argentina, Ecuador, Paraguay, Honduras, Chile, Perú, Canadá, Panamá, Costa Rica, Guatemala y Puerto Rico, entre otros, así como el secretario general de la Organización de Estados Americanos. Sobra decir que Maduro fue apoyado por sus tradicionales aliados: Bolivia, Cuba, Nicaragua, Rusia y Turquía.

Maduro anunció la ruptura de relaciones políticas y la expulsión de la delegación diplomática de Estados Unidos; a lo que la administración Trump respondió que el personal de su embajada no se va de Venezuela y que sostienen relaciones con Guaidó. Por ahora, no se mencionó la ruptura de relaciones comerciales, que en sentido estratégico, se refiere a las compras de petróleo que Estados Unidos hace a Venezuela. Cerrar la llave de ese financiamiento debería ser un recurso extremo para acorralar a Maduro y restringir aún más las opciones de permanencia.

GALERÍA: Venezuela entre Maduro y Guaidó; sentimientos encontrados

Juan Guaidó

Juan Guaidó

El presidente de la opositora Asamblea Nacional juró como presidente de Venezuela este miércoles.
AFP
Barricadas

Barricadas

Opositores al régimen de Maduro bloquearon las calles de Caracas este miércoles.
AFP
Por el cambio

Por el cambio

Los venezolanos han salido a las calles a expresar su apoyo a Juan Guiadó.
Reuters
Chavismo

Chavismo

A las calles también salieron simpatizantes del chavismo, apoyando a Nicolás Maduro.
AFP
Apoyo condicionado

Apoyo condicionado

Los manifestantes pro Maduro esperan recibir algo de comer; un camión repartía paquetes con un sándwich, un jugo, fruta y golosinas.
AFP
Aniversario

Aniversario

Hoy celebran en Venezuela el levantamiento que terminó con la dictatura militar (23/01/1985).
AFP
Apoyo al cambio

Apoyo al cambio

Miles de venezonalos apoyan el cambio que abandera Juan Guaidó.
Reuters
Chávez

Chávez

Los seguidores de Maduro también salieron a las calles, aunque no con la fuerza que esperaban.
AFP
Estados Unidos

Estados Unidos

Seguidores del régimen creen que la plataforma internacional que no reconoce a Maduro está liderada por EU.
AFP
Enfrentamiento

Enfrentamiento

Manifestantes chocan con las fuerzas de seguridad durante la marcha.
AFP

México y su posición timotara ante el chavismo

México nuevamente se equivocó y se puso del lado incorrecto de la historia. La cuestión del chavismo y la relación del gobierno de Nicolás Maduro ha sido un tema muy incómodo para el lopezobradorismo. Pero no es lo mismo andar con guiños y ambigüedades durante la campaña, que las responsabilidades que se tienen ya al frente del Estado mexicano.

Al votar en contra de la decisión mayoritaria del Grupo de Lima (que desconoció al gobierno de Maduro) y escudarse en la Doctrina Estrada y en el principio de no intervención, el gobierno mexicano lo único que hizo fue develar sus preferencias a contracorriente de las naciones democráticas de la comunidad internacional, posición que volvió a refrendar durante el 23-E. Lo que resulta particular es que convenció a Uruguay –fuertemente criticado por alejarse de la posición mayoritaria de sus socios de Mercosur- para que las cancillerías emitieran un par de comunicados llamando a las partes en conflicto a evitar una escalada de violencia y arribar a una solución pacífica.

Lo que es peculiar es la afirmación de que los gobiernos uruguayo y mexicano, en sintonía con las declaraciones de la Organización de las Naciones Unidas y la Unión Europea, así como los gobiernos de España y Portugal, manifiestan su apoyo y compromiso para la resolución del conflicto pacífico en Venezuela. La interpretación de esa “sintonía” es equívoca, o por decir lo menos, imprecisa.

Lee: EU desafía a Maduro: dice que no tiene la autoridad para romper relaciones

No solamente está el antecedente inmediato de que la Unión Europea cuestionó en los hechos la legitimidad del gobierno sudamericano al no asistir a la última toma de protesta de Maduro, sino además está la declaración por la que hace un llamado firme “para el inicio inmediato de un proceso político que lleve a elecciones libres y creíbles en conformidad con el orden constitucional”.

Lo que no quisieron ver los gobiernos de México y Uruguay es que la Unión Europea refrendó un respaldo irrestricto a la Asamblea Nacional de Venezuela “como institución democráticamente electa cuyos poderes deben restablecerse y respetarse”. En diplomacia, el lenguaje cuenta y mucho: en un primer momento, la Unión Europea no se empantanó en la discusión sobre el reconocimiento –o no- de Maduro, considerando su posición de reconocer Estados, y no gobiernos.

Posibles escenarios

La apuesta es arriesgada y ya ha generado en la jornada del 23-E víctimas mortales por la represión de Maduro. Sin embargo, se abre como no había ocurrido en los últimos años, una ventana de oportunidad para terminar con el chavismo, con un ánimo opositor renovado y un apoyo sin precedentes de la comunidad internacional.

Lee: El gobierno de México mantiene una postura neutral sobre la situación en Venezuela

Ojalá que por sentido común y el bienestar superior de los venezolanos –que no suele considerar Maduro- no recrudezca la represión y dé un paso de costado. El Ejército ya sostuvo –y mucho- a Chávez. No puede y no debe reprimir a la sociedad venezolana. Que por el bien de los venezolanos se imponga la solución más rápida y menos cruenta para terminar con la pesadilla del chavismo e ir desmontando su legado destructivo.

Policías antimotines se enfrentaron con manifestantes opositores en Caracas

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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